El concejo de la Comunidad Huarpe “Paula Guaquinchay” del distrito La Asunción se dirige a los Señores Legisladores para manifestarles la preocupante situación que padecemos en esta Comunidad del secano Lavallino sobre la problemática del Agua.
20/11/2018
Vivimos en el noreste de la provincia de Mendoza, somos 11 comunidades las que habitamos desde siempre, generaciones tras generaciones estas tierras, y sentimos la profunda necesidad de hacerles saber a Ustedes que nos oponemos a la Fractura Hidráulica (Fracking), como así también a la reforma de la ley 7722; porque sufrimos y padecemos desde hace muchos años la escasez de agua.
Como muchos de Ustedes saben, desde que se construyó el dique Potrerillos, no se mandó más agua por el Río Mendoza, que abastecía a nuestro territorio desembocando en las Lagunas del Rosario declaradas sitio RAMSAR, por el cual el gobierno de Mendoza y San Juan firmaron un convenio para mantener los humedales que jamás se respetó. Con la justificación de que vivimos una crisis hídrica, nos quitaron el agua que era nuestro sustento, con ella cultivábamos alimentos y criábamos nuestro ganado. Hoy nuestras comunidades NO TIENEN AGUA, pero si hay agua para las empresas megamineras y de extracción de petróleo y gas no convencional. Estas nuevas decisiones que nos quieren imponer, están haciendo oído sordo a este histórico reclamo, de querer vivir dignamente en el lugar que nuestros ancestros y nosotros hemos habitado por siempre.
La poca agua con la que contamos está contaminada por altos niveles de arsénico, y a través de una Asociación de Agua “supuestamente” potable, ubicada en el distrito de Gustavo André, nos están instalando medidores en nuestras casas, siendo que el agua de esa perforación fue declarada no apta para consumo por el propio E.P.A.S., quien mediante estudios así lo determinó, y de todas maneras ellos nos la cobran.
La falta de agua por el río Mendoza y el agua potable, son derechos que nos están negando, siendo la misma un bien indispensable para la vida. Nuestros antepasados fueron pioneros en la canalización del agua que hoy tiene toda Mendoza, pero en este territorio estamos sufriendo la falta del vital elemento.
Necesitamos que las decisiones comiencen a inclinarse en favor de la vida de “todos” los que habitamos este suelo mendocino, de nuestra producción y que se trabaje en nuevos modelos de energías que sean menos nocivas para el ambiente.