Santiago Rey: “Rafael Nahuel empezaba a levantar cabeza y el Estado lo mató por la espalda”

A un año del crimen de Rafael Nahuel, el periodista que más conoce el expediente analiza el caso, sus causas históricas y el rol del Estado en su rol represor de los pueblos originarios.

25/11/2018

“Era un pibe pobre del alto Bariloche, donde miles de su misma condición están condenados a la marginalidad y la pobreza, sometidos a la vulneración permanente de sus derechos. Y a pesar de esos condicionantes había empezado a levantar cabeza, era un líder natural y el Estado lo mató por la espalda”. El periodista Santiago Rey describe así al joven mapuche Rafael Nahuel, de cuyo asesinato a manos de la Prefectura en territorio recuperado de Villa Mascardi se cumple un año.

Rey estudió en Buenos Aires pero se radicó luego en el sur, y desde allí fue testigo privilegiado y meticuloso cronista del sinuoso devenir del caso. Más aún, recogió el testimonio de Nahuel. “Decía que la forma de zafar de la vida a la que estaban sometidos los pibes del Alto era precisamente volcarse de lleno a su condición de mapuche. Me decía ‘si estoy laburando todo el día para poder comer ¿cuándo vivo?’”, cuenta sobre el que más lo conmovió.

“La mayoría no se acuerda, o no sabe, y un enorme porcentaje dirá que Rafael disparó, hubo un enfrentamiento y murió en su ley”, afirmó en diálogo con La Izquierda Diario sobre una de las motivaciones que tuvo para plasmar el seguimiento de la investigación de la muerte de “Rafita” en un libro. También explicó que el juez a cargo está empeñado en invalidar el peritaje balístico que fundamentó la imputación contra el cabo Pintos como autor material del disparo que mató a Nahuel.

Rey es reconocido por ejercer desde hace dos décadas buen periodismo desde la Patagonia. Nieto y bisnieto de escritores, hijo de madre y padre artistas, sostiene que encontró en este oficio “un lugar de equilibrio -no de confort- para canalizar cierta sensibilidad artística y el compromiso por un mundo más justo”. Hoy dirige el sitio En Estos Días y desde allí sigue permenorizadamente la causa.

A un año del asesinato de Rafael Nahuel, este lunes se presentará Silenciar la muerte. Crónica e investigación sobre la vida y asesinato de Rafael Nahuel. Su autor estará a las 19 en la sala de sesiones del Concejo Municipal de Bariloche junto a Laura Méndez y Ricardo Ragendorfer, quien escribió el prólogo.

“La idea de hacer el libro surgió de la convicción de que iba a ser difícil sostener el tema en la agenda. Y fue sedimentando el relato construido por el Ministerio de Seguridad y los diarios dominantes. Como si el episodio hubiese sido un enfrentamiento entre un grupo de las fuerzas de seguridad y una suerte de grupo guerrillero que desde el sur del país pone en riesgo la integridad nacional. En ese contexto, al verse superados en número y armamento, y con tácticas de guerra como dijo el ministerio, los integrantes del grupo Albatros se defendieron y así mataron a Rafael Nahuel. Desde el comienzo no tuvo la repercusión de otros casos, como fue el de Santiago, y la construcción de ese relato entre la noche del 25 y la mañana del 26 de noviembre de 2017 fue como anclando en el sentido común”.

-Sin embargo, fue muy evidente el crimen de Rafita.

Sí, claro. No caben dudas de que a Rafael lo mató una bala de un arma 9 milímetros, que junto a la pistola Beretta y el subfusil MP5 son las que usa el grupo Albatros, que la bala entró por la nalga izquierda, se alojó en el tórax y lo mató; que a pesar de que transcurrió un año ninguno de los uniformados está seriamente imputado en la causa y mucho menos detenido; a pesar de que la pericia más importante que es la balística dio con claridad de qué arma salió el proyectil fatal, de que en todas las pericias y en la inspección ocular y todos los testimonios, con excepción de las testimoniales de los albatros, queda claro que ese relato de enfrentamiento no se condice con la realidad.

Fue más a la vista, más alevoso incluso que el caso de Santiago Maldonado. Lo que pasa es que acá no hubo desaparición de por medio, lo cual creo que el caso de Santiago despertó una fibra latente del pueblo muy cercana que es la del desaparecido a manos del Estado.

-También hay desaparecidos mapuches, cuyos casos no trascendieron.

Es que han tenido siempre mucha menos visibilidad. Porque los mapuches son pobres, morochos y con muchas menos herramientas para llegar a las agendas de los distintos medios. No es una competencia sobre la gravedad de uno y otro caso, sino para explicar la diferencia de visibilidad. Y luego de haber tenido acceso al expediente y a muchos testimonios tomados nos pareció que plasmar eso en un libro iba a ser menos perecedero que una nota en un diario online.

-Villanueva quiere hacer un nuevo peritaje balístico. ¿Atenta eso contra el caso en el sentido de forzar que sean favorecidos los prefectos imputados?

A mí me da mucho temor. Por algún motivo que es embarrar la cancha, la Prefectura no puso peritos en la primera pericia. Esperó todo este tiempo, que se articule una estrategia de defensa para después poner en duda el resultado de esa pericia. Con el primer resultado todos los albatros ya dijeron que el cabo primero Francisco Javier Pintos no subió a la montaña con el MP5 de donde salió la bala que mató a Rafael, siembran una duda, dicen que el único que subió fue el cabo Obregón, y que hay solo un número de diferencia entre un arma y otra, que se pueden haber equivocado los peritos. Si cambia el resultado de esa pericia, lo cual sería un escándalo, se cae el andamiaje de cualquier acusación contra los albatros porque habilitaría a que se ponga en duda de dónde salió el disparo.

Santiago Rey, autor del libro

-¿A qué nivel está implicado Pintos?

Lo que Pintos no pudo explicar es por qué faltan cincuenta proyectiles de los cargadores de su MP5. En su indagatoria del 5 de junio que tal vez se le cayeron, o que tal vez las fue descartando por el peso mientras corría montaña abajo. Villanueva todavía no resolvió la situación procesal de quien hizo una declaración de esta magnitud. Pero lo peor es que Villanueva ahora está a punto de abandonar el expediente, porque está subrogando el juzgado de Bariloche. Se va sin explicar algunos personajes que aparecen en las escuchas y habiendo pedido la captura de los dos jóvenes que bajaron el cuerpo de Nahuel.

-¿Y quién tomaría la causa?

Regresa el juez federal Leonidas Moldes, que proviene del sector más conservador de la Justicia, es quien procesó a docentes por cortes de ruta. Tiene que ponerse al día, y ahora encima con una pericia convocada que puede modificar todo el escenario. Es un panorama complicado.

-¿Cómo ves la cobertura del caso con muchas de las empresas periodísticas haciéndole el aguante a Patricia Bullrich?

La primera nota que informaba sobre la recuperación territorial en Villa Mascardi se tituló “Cien integrantes de la RAM ocuparon terrenos de Parques Nacionales”, sin ningún elemento ni corresponsal en la zona, con el Ministerio de Seguridad como única fuente.

Luego el caso de la pólvora en las manos de Rafael Nahuel, la teoría del enfrentamiento. Fue muy difícil demostrar que la realidad pasaba por otro lado, y que a pesar del deseo de Clarín y sus periodistas premiados Rafael no tenía pólvora en las manos.

En los informes del Centro de Caracterización de Materiales del Centro Atómico, qué se mandó a Salta, a una dependencia del Ministerio Público, se explica por qué malintencionadamente se instaló con décimas partes de verdades algo que no era. Científicamente no se sostiene lo que ellos pretenden. Con todo el material que teníamos igual quiero destacar que fue una patriada que la editorial en estos tiempos haya sacado un libro así.

-¿En Bariloche la memoria de Rafael está viva?

En algunos sectores sí, que no son mayoritarios. Es una ciudad de mucho contraste social e ideológico, hay sectores muy conservadores y otros populares que repiten el discurso de los conservadores. Otros, por el contrario, tienen una mirada más amplia del proceso histórico que el pueblo mapuche está viviendo. El caso de Rafa, y también el de Santiago, se da en el contexto de un pueblo originario que está viviendo un proceso histórico de recuperación cultural y territorial. Cuando tomemos distancia veremos su riqueza, y el Estado los estigmatiza, combate y asesina.

-¿El macrismo se alineó con lo que hace el Estado en Chile?

El proceso en Chile está un escalón por encima de lo que sucede aquí. A partir del caso de Santiago nos fuimos enterando de la cantidad de muertos y desaparecidos que hubo, es imposible no vincularlo. Son gobiernos con los mismos lineamientos. El propio pueblo mapuche habla de que no hay fronteras, a ambos lados articulan ceremonias y acciones..

-¿Quién era Rafael Nahuel?

Era un pibe pobre del Alto de Bariloche, donde miles de su misma condición están condenados a la marginalidad y la pobreza, a la vulneración permanente de sus derechos, y que a pesar de esos condicionantes había empezado a levantar cabeza, había zafado de situaciones de consumo problemático, se había empezado a organizar, se hizo de un oficio, había construido su casa con el programa Un techo para mi país en el barrio Nahuel Hue.

Era un líder natural, en su proceso de crecimiento y se dio el lujo de ir a la búsqueda de sus orígenes, hacer ese proceso de autoreconocimiento como integrante de un pueblo originario.

Su tía María Nahuel, lo alentaba, estaba aprendiendo la lengua mapuzungun, quería aprender telar mapuche en El Semillero, soñaba con construir su ruca (casa) en la recuperación de Villa Mascardi, en la comunidad Lafken Winkul Mapu, quería cuidar animales.

Era el que había asomado un poco la cabeza de un montón del grupo de sus amigos y compañeros, y el Estado lo mató por la espalda.

-¿Qué visión tenés de la llamada RAM?

En el pueblo mapuche las distintas comunidades tienen diferentes miradas sobre cómo afrontar este proceso histórico. Hay quienes creen que debe darse a partir de las pautas del Estado, y llevar adelante planes de comanejo del territorio. Y hay quienes tienen una visión un poco más radicalizada, no de “combatir el Estado” como plantea el Ministerio de Seguridad sino exigir respeto en los territorios que puedan recuperar teniendo en cuenta el despojo del que fueron víctimas durante la Campaña del Desierto. Pero ninguna de las causas judiciales que sustentan el informe RAM que presentó Bullrich en diciembre tiene un solo procesado, mucho menos una condena. Salvo por la decisión de autoadjudicarse algún atentado, no surge nada de las investigaciones así que queda la duda sobre cuál es la verdadera procedencia de esos episodios.

-¿Qué encuentra el lector en tu libro?

Hay mucho detalle del expediente judicial, de la investigación y de las contradicciones con la realidad, con aspectos que el juez no ordenó investigar y que son importantes. Y, por otro lado en tono de crónica el relato sobre la vida personal de Rafael, su vida de chico, sus afectos. No hay revelaciones, ya habíamos dicho en las notas de qué arma salió el disparo mortal. Sí hay mucho detalle del procedimiento y del ocultamiento posterior.

Fuente: La Izquierda Diario

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