La semana pasada se vivió un acontecimiento histórico, ya que por primera vez se aprobó un reconocimiento a una comunidad indígena en Tigre. Esta medida no fue nada fácil ya que Punta Querandí está localizada en una zona muy codiciada por los intereses inmobiliarios que pisan fuerte en la región. Sin embargo fruto de la constancia de la lucha de más de una década y de la guía de los ancestros, “que siempre nos están manejando” -como dice uno de nuestros referentes Santiago Chara-, por unanimidad todos los concejales y concejalas aprobaron la declaración de interés legislativo municipal.
Agradecemos por las fotos a Rubén Ifran, representante de la Comunidad Guaraní El Tabacal de la Provincia de Salta.
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Esta decisión institucional es un gran apoyo para evitar el desalojo de la Comunidad Indígena Punta Querandí, que es lo que pretende mediante diversos juicios el empresario inmobiliario Jorge O’Reilly, presidente de EIDICO, una de las desarrolladoras de countries náuticos más poderosas de Tigre.
La jornada del martes 27 de noviembre se prolongó muchas horas, con un gran marco de público: empleados municipales, organizaciones sociales, barriales y políticas e incluso un grupo numeroso de “propietarios” de Nordelta que fueron a proteger sus (mezquinos) intereses y lograron evitar la aprobación de un proyecto enviado por el intendente que hubiese permitido el ingreso de colectivos públicos al famoso complejo de barrios privados.
Para las 6 de la tarde estaba convocada la sesión donde se votó el presupuesto de 2019 y fue luego de ésta -y de un extenso “cuarto intermedio”- que empezó la sesión ordinaria donde se trataría el proyecto de Punta Querandí.
Sabíamos que contábamos con los votos de Unidad Ciudadana -que siempre nos apoyó- y del Frente Renovador – hace pocos meses había surgido el compromiso del intendente Julio Zamora. No teníamos en claro la posición del Bloque Cambiemos, pero un rato antes de comenzar la sesión ordinaria uno de sus concejales aseguró en un diálogo informal: “Nosotros siempre estuvimos a favor de Punta Querandí”.
¿Será que todas las fuerzas políticas de Tigre incluso las consideradas más conservadoras están a favor de los derechos culturales y territoriales de los Pueblos Originarios? Alguien que suele estar presente en las votaciones clave en el Concejo Deliberante ensaya su propia explicación: “No sé si todos los concejales estarán muy convencidos, pero es un logro después tantos años de lucha, ya es innegable, no pueden evitar hacer un pronunciamiento. Aunque sea por cansancio, ganaron”.
Eran ya cerca de las 23 horas cuando la presidenta del bloque de concejales de Unidad Ciudadana, Roxana López, hizo referencia a la presencia de los vecinos y habitantes de Punta Querandí y despertó un gran aplauso en la mayoría de los presentes. En esas breves pero significativas palabras, se daba como un hecho: “Es un gran alegría que podamos aprobar este proyecto”.
Una hora antes hubo otro momento de arenga a favor de Punta Querandí, fue cuando desde el sector de la ‘tribuna’ ocupada por organizaciones populares se escuchó fuerte y clarito: “Vamos los pueblos originarios, fuerza Punta Querandí”, y comenzó un aplauso que se extendió hasta incorporar –incluso- a buena parte del grupo de propietarios de Nordelta (créalo o no).
Una sesión inédita no sólo por ser la primera donde se le da algún tipo de reconocimiento a los Pueblos Originarios, sino también por haber juntado en la misma tribuna a quienes denunciamos la pérdida de cementerios indígenas por los barrios privados y al influyente grupo de ‘propietarios’ de Nordelta, un emprendimiento responsable de la destrucción –comprobada- del sitio arqueológico Arroyo Sarandí, enorme enterratorio que alguna vez ocupó las primeras planas de los diarios en la década de 1920.
La aprobación formal del proyecto de Punta Querandí llegó en los minutos finales de la sesión, después de la medianoche, sin transporte público para regresar a nuestros hogares pero qué importaba, la prioridad fueron los abrazos y las fotos celebratorias.
UN PRIMER BALANCE
“Me siento feliz por este reconocimiento de parte del Estado, que nunca nos había dado importancia a los Pueblos Originarios”, expresó Santiago Chara, cacique qom de Tigre y miembro del Consejo de Ancianos de Punta Querandí, en peligro por el avance de los barrios privados en la zona.
“Este apoyo político rompió las cadenas de años de invisibilización y desmemoria en el territorio”, subrayó Jésica Zalazar del Consejo de Mujeres de la comunidad, localizada en el Paraje Punta Canal de la localidad de Dique Luján, a 50 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
Por su parte Reinaldo Roa, del Pueblo Guaraní y del Consejo de Ancianos, agradeció a todos los concejales y concejalas que tuvieron la decisión de respaldar el proyecto. Y relató cómo vivió los momentos previos a la votación: “Estaba tensionado y con mucha emoción, cuando dijeron que se aprobó me agarró una alegría, no lo esperaba, porque nunca fuimos aceptados por nuestros gobernantes, siempre fuimos negados. Pero anoche sentí como una resurrección de nuestro pueblo de todo este continente, un volver a vivir lo que es nuestra cultura, nuestra raíz, nuestro origen”.
“Lo sucedido anoche fue emocionante”, agregó Jésica, quien manifestó que es una gran victoria “para toda la Buenos Aires Indígena que resiste y para el partido de Tigre que hoy despierta un nuevo día fortalecido en su identidad territorial indígena, aquella por la que luchamos día a día hace años, aquella por la que los ancestros han dejado su vida, enseñanzas y mensajes para que podamos reeencontrarnos y resguardar su memoria”.
“Esto da una base para que podamos seguir creciendo y que nos podamos descolonizar de a poco”, se entusiasmó Santiago Chara, quien en Punta Querandí retomó el oficio de la cestería con totora, que aprendió de su padre. “Estamos muy encaminados para que podamos lograr por primera vez mucha ayuda a los Pueblos Originarios de Tigre”, se ilusionó el cacique qom.
“El mérito es de los espíritus de los abuelos, que siempre estuvieron trabajando, están constantemente junto a nosotros, nos dirigen, nos manejan de distintas formas”, concluyó Santiago Chara del Consejo de Ancianos, quien no duda: “Mi viejo, mis abuelos así como todos los demás ancestros nuestros están juntándose junto con los demás pueblos y eso es lo que nos da mucha fuerza”.