El paro que no fue

La dirigencia metalúrgica arrugó otra vez.

La vida de los metalúrgicos cada vez es más difícil. El salario perdió más de la mitad de su poder de compra. El 90 % de los metalúrgicos está por debajo del nivel de pobreza, no nos alcanza para mantener a nuestras familias dignamente, vemos cómo tenemos que postergar cuentas y compromisos esenciales, nos roba el estado, las empresas de servicios, las que controlan los alimentos, el gas y un largo etcétera. Con una inflación que va a llegar a los 50 % todos sabemos que vamos a perder. Por eso cuando desde el gremio se dijo que se movilizaba por la reapertura de paritarias a, esto generó importantes espectadoras entre los laburantes. Un 15 era poco, pero de algún modo paliaba la perdida de este año y se podía planificar el pan dulce y las sidras en la mesa de las fiestas. La realidad es más cruda que cualquier imaginación.

La realidad es que ese “plan de lucha” metalúrgico nunca existió. No hubo debate en las fábricas, nadie sabía cómo se encaraba, fueron muy pocas fábricas las que hicieron asamblea para llevar el tema y resolver en asamblea de fábricas. La mayoría de los delegados esperó lo que venía de arriba, lo que “orgánicamente” ordenaba la dirección. Y la dirección nunca movió un pelo para llevar adelante un plan de lucha. Juegan al distraído, son como los estafadores de feria que distraen con las manos y la palabra mientras te roban tu plata.

Faltan dos horas para el 6 de diciembre, día del “paro y movilización” y hay compañeros que todavía no saben si hay paro, si hay movilización, si es de todo el gremio, si son solo los delegados. Esta desorganización tiene responsables, son las direcciones, los dirigentes traidores, burócratas orgánicos que venden nuestro futuro y nuestro salario.

Todos intuíamos que hoy va a pasar lo mismo que todas las veces. Una nueva traición entre gallos y media noche. Siempre encuentran motivos para levantar las medidas de lucha, nunca pensando en el obrero.

Del 15 que pedían pasaron a un 10. De un 10 no se sabe a qué… si van a ser a cuenta de las paritarias que vienen o vaya a saberse. Lo concreto es que nuestros sueldos son cada vez más bajos y a estos corruptos no les interesa un comino.

Hasta que no estemos dispuestos a enfrentar a estos dirigentes, a revelarnos de su estructura orgánica podrida que pacta con todos los gobiernos de turno, con las empresas. Hasta que no estemos dispuestos a echarlos de nuestros sindicatos, recuperar nuestro gremio y convertirlo en una herramienta de lucha, esto no cambia.

Tengamos en cuenta que el 2019 va a ser más duro y estos soretes van a estar en la vereda del enemigo, cómo ahora y como siempre.

Gustavo Galeano, comisión interna de Frisher.

Fuente: https://periodicoelroble.wordpress.com/2018/12/06/el-paro-que-no-fue/

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