Salarios docentes: comienza el show

Como cada febrero, arranca el show por la “paritaria” docente y ahora es cuando la docencia comienza a ser el blanco de todos los medios y la sociedad nos mira a través de ellos.

“Deberían ganar más”, “gana más un portero que yo”, “trabajan 4 horas, no pueden pretender ganar como un ingeniero” “deberían ganar mejor, educan a nuestros hijos”… esas pueden ser algunas de las opiniones que encontramos en cualquier barrio, porque todxs hablan de cuánto tendríamos que ganar, de cuánto tiempo deberíamos trabajar y también como docentes solemos compararnos con otros sectores que por algún motivo tienen salarios más altos sin preguntarnos cómo lo consiguieron.

¿Paritarias?

Es pregunta porque en 2016 cuando Esteban Bullrich manejaba el Ministerio de Educación de la Nación dejó de convocar a los gremios para acordar el salario mínimo de lxs docentes del país. Si bien ésta era una pauta y no una verdadera paritaria, de alguna manera daba un piso y en ninguna provincia se podía ganar menos.

Es pregunta porque en  Buenos Aires y CABA (al menos) el aumento salarial lo impone el gobierno por decreto y lo viene haciendo desde hace varios años. Y como también los decretos están de moda y no solo durante el gobierno kirchnerista, el mes pasado Finocchiaro (el ministro de educación de la Nación) firmó un DNU para eliminar definitivamente el piso salarial a nivel país.

¿Por qué luchamos?

Difícil sintetizar nuestros objetivos cuando tenemos una crítica tan profunda a este sistema y a la escuela. Pero yendo a las cuestiones de las que hablamos es imperioso recuperar el salario de 2018 que quedó alrededor de 15 % por debajo de la inflación; un salario inicial de 40 mil pesos que garantice vivienda, salud, educación, esparcimiento, vacaciones, formación y los consumos mínimos que se necesitan para vivir (datos del INDEC a diciembre de 2018), comedores con alimentos nutritivos, condiciones edilicias dignas para estudiar y trabajar. También peleamos para que se dé marcha atrás con la UNICABA y con todas las reformas educativas que avanzan con la mercantilización y en una educación cada vez más al servicio del mercado.

Con estas conducciones no va a alcanzar

Mención aparte merecen las conducciones de los gremios mayoritarios (SUTEBA en Buenos Aires y UTE en CABA) ya que sumado al atraso salarial al que nos someten los gobiernos, la mayoría de los sindicatos vienen teniendo demasiada paciencia, proponen paros aislados y salen a la calle solo cuando la docencia se lo impone, es decir cuando no les queda otra. Esto lo vimos con el intento de cierre de escuelas nocturnas en diciembre, con la UNICABA (que finalmente la legislatura porteña la aprobó), con la reforma en educación especial y en técnicas en la provincia de Buenos Aires y en otros ejemplos que si hacemos memoria recordaremos fácilmente. Podemos acordar con algunos discursos de los dirigentes “celestes” (cercanos y del kirchnerismo), ya que por ahora no acuerdan con la propuesta del gobierno de aumentar según la inflación de 2019 ya que no contempla la pérdida del año pasado y tampoco proponen recomposición en insumos para comedores, o dar marcha atrás con el cierre de cursos. El problema de esta dirección es que es puro cuento y todos los años volvemos a las aulas pensando que tanto paro ni sirvió para nada, pero eso es porque no vamos hasta el final. Necesitamos accionar en nuestra realidad cotidiana, en la calle, en los ministerios y consejos escolares, en las escuelas. Necesitamos participar activamente, discutir en asambleas, votar en plenarios y no enterarnos de las decisiones por TV. Necesitamos la unidad de toda la docencia a nivel nacional y con el resto de la clase trabajadora, porque el ajuste es el mismo y nuestros sufrimientos también.

Noelia, docente e integrante de El Roble

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