Históricamente en Argentina se suele dar que en aquellos años donde hay elecciones, la economía tiende a comportarse “mejor” que aquellos años donde no hay elecciones.
Haciendo un poco de memoria el pasado reciente, podemos ver que las grandes devaluaciones se dieron en el 2014 (cuando el precio del dólar pasó de 6$ a 8$); en el 2016 (de 10$ a 15$); y en 2018 (de 20$ a casi 40$). Todas y cada una de estas devaluaciones vinieron acompañadas por una recesión en la economía y una caída del salario real, lo que trajo aparejado obviamente un empeoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Como contracara de esto, los años donde hay elecciones, tienden a tener un dólar estable, suelen registrar crecimientos en la economía, y los salarios suelen crecer, o al menos, mantenerse.
A resumidas cuentas, los políticos tienen una gran injerencia en los cambios coyunturales de la economía, y en aquellos años donde se celebran elecciones procuran mantener cierta “calma” y “prosperidad” para ganar votos; en tanto que en aquellos años donde no hay elecciones, suelen aplicar sus duros ajustes.
Este 2019 tiene un poco de cada cosa. Por un lado, al ser año eleccionario, se espera que no traiga consigo un ajuste como el de 2018. Sin embargo, por la realidad económica del país, cuesta imaginar que este año no tenga algo de ajuste sobre la clase trabajadora.
La economía todavía no se recupera del 2018. Para el 2019 se espera una inflación de más del 30%, al tiempo que el gobierno ya fijó una pauta salarial de 23%, lo que va a seguir destruyendo nuestras condiciones de vida. El cierre de fábricas y la destrucción de empleo que se registró en 2018 parece que va a continuar al menos durante la primera parte de este año, dejando miles de trabajadores en la calle. El recorte del gasto público va a seguir reduciendo los subsidios a la pobreza, al tiempo que la deuda externa continúa su crecimiento astronómico, y los fondos del FMI solo alcanzarían hasta fin de año.
Todo lo anterior plantea un 2019 complicado en términos económicos. Sin embargo, dado que se vienen las elecciones, cabe esperar que el gobierno utilice el gasto público para frenar un poco la recesión, y que con los dólares de la deuda busque mantener “calmado” al precio de la divisa.
Más allá de las oscilaciones alrededor de los comicios, quedan varias cuestiones claras. Por un lado, vemos que dentro del capitalismo, estos ajustes se repiten constantemente, y siempre se observa que recaen sobre nosotros, la clase trabajadora. En función de esto, es sabido que gane quien gane, en el 2020 se viene un nuevo ajuste, por lo que los laburantes no debemos depositar ninguna esperanza en las próximas elecciones. Frente a esta realidad, como trabajadores solo nos queda resistir estos embates, al mismo tiempo que debemos organizarnos como clase, con la finalidad de expropiar a los patrones y establecer finalmente un gobierno socialista.
Cristian
Fuente: https://periodicoelroble.wordpress.com/2019/02/25/2019-un-ano-electoral-con-una-economia-calma/