Asesinaron a otro pibe pobre en la cárcel de Bouwer

Luis tenía toxoplasmosis desde que nació, a los siete años fue operado y luego debía tomar medicación de por vida. Detenido el 20 de diciembre por presunto robo, tres establecimientos penitenciarios consecutivos le negaron tratamiento, y también impidieron a la familia proveerle la medicación específica que requería. Murió el 20 de marzo, encadenado a su cama. Tenía 26 años.

Luis Alberto Guevara el día veinte de diciembre es detenido por robo (causa en el distrito 2 turno 6), y alojado en la comisaría judicial 7, ese mismo día lo trasladan a la UCA (Unidad de Contención del Aprehendido), recién en febrero lo trasladan a la cárcel de Bouwer, en esa unidad lo tuvieron 8 días. De Bouwer lo llevan al hospital Córdoba. Luis tenía toxoplasmosis desde que nació, a los siete años fue operado y luego debía tomar medicación de por vida. Estaba inscripto en el INCUCAI esperando un trasplante de hígado, siendo beneficiario de la ley 26928. Esta documentación fue presentada al servicio penitenciario.

Tuvo el último control médico el día veinticuatro de noviembre del 2018, le realizaron una endoscopia que determinó que padecía esofagitis, endopatía congénita y duodenopatía congestiva y tenía que realizarse una biopsia a los veinte días, pedido que fue ignorado por el área de salud penitenciaria.

En ninguno de los establecimientos por los que pasó (comisaría, UCA, Bouwer) le recibieron a la familia la medicación específica para su tratamiento. La respuesta era: el médico de la unidad va a decidir qué medicación necesitaba, pero nunca se le dio asistencia médica, ni derivación a centros especializados para tratar la problemática de Luis.

No sólo la medicación se le negó, sino también el alimento que sus seres queridos alcanzaban.

Nunca le dieron una dieta especial, a pesar de que su padre les manifestó que él no podía comer cualquier comida por su delicada salud.

Cada vez que Luis pedía asistencia médica, los guardiacárceles le contestaban que él estaba drogado, y que por esa razón no podía ni estar de pie, y simplemente lo levantaban del piso (a veces) y allí lo dejaban en la celda, medio inconsciente, sin darle ningún tipo de asistencia.

En reiteradas oportunidades, Julio Guevara, padre de Luis, fue a tribunales a buscar una solución, lo atendieron en el juzgado de control cuatro, y allí presentó la historia clínica de su hijo, pero nunca se la recibieron diciendo que en la cárcel lo iban a atender bien.

El día diecinueve de febrero, en Bouwer, cuando la guardia ve que Guevara ya no reaccionaba, recién deciden atenderlo, y de allí es derivado con urgencia al hospital Córdoba. En ese lugar, el médico habla con la familia y le plantea que la bilirrubina había tomado muchos órganos: pulmones, riñones, corazón, hígado, y cerebro. El día veinte, Luis muere encadenado a su cama.

Ese día entregan el cuerpo a la familia, y el día veintiséis exhuman el cadáver, cuando la familia va al cementerio se dan con que el cuerpo no estaba, en tribunales le dieron las explicaciones correspondientes, que la fiscalía (distrito 1 turno 2) investiga la causa de la muerte.

Creo que esta es una política bien pensada para eliminar pibxs pobres. La falta de atención médica en las cárceles no es casual. Como tampoco es casual que a la mayoría de lxs presxs lxs saquen a morir a un hospital, sólo para resguardarse de responsabilidades.

El 26 de marzo acompañamos a la familia a tribunales a denunciar este crimen del estado.

Fuente: https://agenciaparalalibertad.org/article/asesinaron-a-otro-pibe-pobre-en-la-carcel-de-bouwe/

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