“El ajuste no para”

A comienzos de este año nos preguntábamos si por ser el 2019 un año electoral, la economía iba a estar más calma, el dólar se iba a mantener estable o el ajuste iba a ser un poco más suave. No hay que pensar demasiado para darse cuenta que la respuesta es no. Las cosas no están calmas y lo vemos todos los días cuando pagamos el colectivo o tren, cuando vamos a comprar para la comida, en cada conversación en el trabajo o en el barrio. Nos quejamos, puteamos al gobierno, al FMI, a los sindicatos que no hacen nada. Pero, qué más vamos a hacer? No alcanza con quejarnos y sacarnos la bronca con quien tenemos delante.

La inflación para el mes de marzo se estima en 4%, el dólar coquetea con llegar a 45. Según la CTA autónoma, quien toma datos del INDEC, la mitad de lxs trabajadorxs, en diciembre de 2018 ganaba menos de 15 mil pesos y en ese momento para no ser pobre se necesitaban 25.500 pesos (recordemos que hoy el salario mínimo no llega ni a la mitad de esta cifra). Tampoco hay que pensar mucho para decir que en diciembre estábamos muy mal y ahora estamos peor.

Y entonces, qué hacemos? Cómo organizarnos para no perder el trabajo y no quedar debajo de la inflación es algo que desde El Roble, pensamos cada día e intentamos discutir con cada compañerx que lee este periódico.

Nuestro pueblo ha sabido salir a la calle, y mucho. Este año, a 43 años del golpe cívico militar eclesiástico, fuimos miles de nuevo en Plaza de Mayo y desde el encuentro Memoria Verdad y Justicia no solo se propuso la memoria del pasado sino la crítica constante al presente. Dos semanas antes, el 8 también salimos, en el marco del Paro internacional de mujeres y disidencias sexuales, y también fuimos miles. Sin embargo, nos está costando unificarnos en los conflictos laborales. No logramos brindar la solidaridad que cada lucha merece, para cumplir con esa idea que dice “golpear con un solo puño”.  En parte, esto se dificulta por las dirigencias de las centrales sindicales, que están bastante lejos de estos objetivos y en parte también porque no llegamos a divisar la gravedad de la situación, pasarles por encima y elegir nuevos dirigentes.

Lo fundamental: unidad para la lucha

El mes pasado decíamos (y decimos) que Cofco, ex Nidera (la aceitera de capitales chinos) y FATE (empresa de neumáticos con una federación recuperada) eran dos empresas a las que teníamos que prestarle mucha atención porque marcan un camino para lxs trabajadorxs ya que, cada una con sus particularidades, nos muestra las formas organizativas que tenemos que darnos para defender nuestros intereses. En asambleas han decidido qué pasos seguir. El contexto es duro pero solo con la unidad y el respeto a las decisiones democráticas (es decir, en asamblea donde todo se plantea, debate y decide por el voto mayoritario ejerciendo la democracia de nuestra clase) podremos ir avanzando en la defensa de nuestros intereses, que siempre van a ser contrarios a los de los empresarios.

Por eso, junto a las luchas en lugares de trabajo, es fundamental poder discutir con cada compañerx que esa situación particular forma parte de un contexto general y de un sistema político que durante decenas de años nos ha privado de nuestra capacidad de decidir. Somos quienes trabajamos y construimos todo lo que existe y sin embargo son los empresarios quienes se apropian de las ganancias. Somos quienes sufrimos todas las políticas gubernamentales y sin embargo no gobernamos. Somos quienes votamos pero nunca dirigimos nuestro propio futuro.

Por eso, desde estas páginas llamamos a levantarnos contra todas las injusticias, llamamos al debate, la reflexión, el estudio crítico y la organización para construir un mundo sin explotación ni opresiones de ningún tipo.

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Equipo de El Roble.

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