Perú: ¿Podemos aprender de Bagua para solucionar Las Bambas?

Para el docente universitario Antonio Peña Jumpa la experiencia de Bagua nos enseña a comprender que estos conflictos confrontan culturas y tradiciones jurídicas, más que temas sociales o económicos. Además, no se resuelven con intervención de las Fuerzas del Orden y el rol del Estado no es el de proteger a un grupo de interés, por más capital o tributo éste pague. ¿Podremos aplicar estas ideas frente al conflictos de Las Bambas?

Foto: Aidesep

De Bagua a Las Bambas

Por Antonio Peña Jumpa*

2 de marzo, 2019.- Entre marzo y junio de 2009, en la Amazonía del norte del Perú, exactamente en la provincia de Bagua, región de Amazonas, se desarrolló uno de los conflictos socio-culturales más violentos en la historia del país. A 10 años de dicho conflicto, se siguen sucediendo conflictos similares, con las mismas características, aunque a veces poco publicitados o manipulados por grupos económicos de interés. Uno de estos recientes conflictos corresponde a Las Bambas, en la región Andina de Apurimac.

El conflicto de Bagua o Baguazo, como se le conoció posteriormente, significó el choque de dos grupos culturales con sus respectivas familias o tradiciones jurídicas: de un lado, la cultura criolla y su familia o tradición jurídica civil (europea) y, de otro lado, la cultura originaria o local y su familia o tradición jurídica indígena. La primera, representada por los gobernantes del Estado (el Presidente, sus ministros y el Congreso de la República) quienes legislaron particulares normas sobre el mercado y los tratados de libre comercio. La segunda, representada por miles de comunidades nativas y comunidades campesinas que al verse afectados por aquellas normas particulares iniciaron largas protestas ocupando vías públicas para reivindicar sus derechos históricos (como el derecho a su territorio, reconocidos en la Constitución Política del Estado y los convenios internacionales).

Tras más de 60 días previos de protesta, las comunidades locales dirigidas principalmente por la étnica amazónica Awajun fueron desalojadas violentamente por las Fuerzas del Orden. Estos hechos ocurrieron el 5 de junio, primero en el lugar denominado La Curva del Diablo y, luego, en una estación petrolera en el distrito Puerto Imacita. El resultado fue trágico: decenas de muertos, cientos de heridos y varios desaparecidos tanto en la población local como en las fuerzas del orden.

La incomprensión de los gobernantes sobre el contexto socio-cultural diverso del Perú que se puso en práctica al promulgar aquellas normas sobre libre comercio ajenas a las comunidades locales, dio inicio al conflicto. La persistencia de los mismos gobernantes en creer en dicha legislación y el libre mercado como fuentes del progreso para el país, desencadenó la violencia en el conflicto.

Han transcurrido 10 años de aquellos sucesos y nuestro aprendizaje sobre el conflicto socio-cultural vivido en Bagua sigue siendo débil. Si bien el gobierno central modificó parte de su normatividad, los grupos económicos de interés han conseguido que dicha normatividad reformada sea interpretada parcialmente o sea modificada nuevamente a su favor. Un ejemplo de esta actitud es la reciente publicación del Decreto Supremo Nro. 345-2018-EF sobre Política Nacional de Competitividad y Productividad, publicado el 31 de diciembre de 2018 sin un debate que incluya a las comunidades nativas y campesinas.

En estas condiciones, recrudecen y aparecen otros conflictos socio-culturales. Uno de los más difundidos recientemente es el conflicto del proyecto minero Las Bambas en la región de Apurimac. Valorizada en más de 10,000 millones de dólares y con una capacidad de producción exportable superior a 2,000 millones de dólares anuales, el proyecto minero Las Bambas tiene en estos momentos la protección de las Fuerzas del Orden y el gobierno central para controlar o someter a las comunidades campesinas adyacentes que reclaman sus derechos. Más allá de los antecedentes sobre el origen y desarrollo de la inversión minera, y de los pagos que habrían recibido familias de las comunidades campesinas afectadas, como la comunidad de Fuerabamba, es importante recordar que el conflicto reside en el choque de dos culturas y dos familias o tradiciones jurídicas.

Cuando el trato o la negociación entre estas dos culturas y tradiciones jurídicas no es transparente y simétrica, no hay acuerdo o cualquier acuerdo es fácil de quebrarse dando paso al conflicto.

De ahí que la experiencia de Bagua nos siga enseñando:

Primero, a comprender que estos conflictos confrontan culturas y tradiciones jurídicas, más que temas sociales o económicos.

Segundo, que estos conflictos no se resuelven con intervención de las Fuerzas del Orden. La violencia del Estado sobre las comunidades que protestan trae efectos adversos (muertes, heridos, daños), sin resolver el conflicto.

Tercero, que el rol del Estado no es el de proteger a un grupo de interés, por más capital o tributo éste pague. En un país como el Perú, el Estado tiene que construir Nación o respetar y desarrollar el conjunto diverso de Naciones pre-existentes.

¿Podremos aplicar estas ideas frente al conflictos de Las Bambas?


*Antonio Peña Jumpa es profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Fuente: https://www.servindi.org/02/04/2019/podemos-aprender-de-bagua-para-solucionar-las-bambas

Comunidad indígena que mantiene bloqueo en mina peruana Las Bambas inicia paro de 48 horas

La paralización, que se extenderá por dos días, busca también servir de presión para lograr la liberación de los asesores legales Frank y Jorge Chávez Sotelo, quienes están detenidos por el presunto delito de extorsión contra el proyecto minero Las Bambas.

La región andina de Fuerabamba, es el epicentro del conflicto generado por los pobladores que mantienen bloqueado el ingreso a la mina, la tercera más importante de Perú, y la carretera que usa para recibir suministros y transportar cobre.

02/04/2019

Lima. El conflicto que se mantiene en torno a la mina Las Bambas, de la china MMG, vive este martes un nuevo capítulo con el inicio de un paro de 48 horas convocado por los frentes de defensa de Andahuaylas y Abancay en apoyo a la comunidad de Fuerabamba.

La región andina de Fuerabamba, es el epicentro del conflicto generado por los pobladores que mantienen bloqueado el ingreso a la mina, la tercera más importante de Perú, y la carretera que usa para recibir suministros y transportar cobre.

La paralización, que se extenderá por dos días, busca también servir de presión para lograr la liberación de los asesores legales Frank y Jorge Chávez Sotelo, quienes están detenidos por el presunto delito de extorsión contra el proyecto minero Las Bambas.

Las Bambas produce unas 400.000 toneladas de cobre por año en Perú, el segundo mayor productor mundial del metal.

Por la magnitud del conflicto, que ya suma más de 50 días, el gobierno peruano instaló una negociación con la comunidad la semana pasada.

Como primer planteamiento, el Ejecutivo ofreció levantar el estado de emergencia -decretado este viernes- en la zona de protesta, a cambio de que la comunidad indígena detenga su medida de fuerza.

El presidente de Fuerabamba, Gregorio Rojas, presentará esta prouesta a los pobladores de su comunidad para decidir si la aceptan o no.

La próxima reunión está prevista para este sábado en Lima entre representantes del gobierno y la comunidad. También estará presente un representante de la empresa minera china MMG Limited.

*Con información de Gestión y Reuters.

Fuente: https://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/comunidad-indigena-que-mantiene-bloqueo-en-mina-peruana-las-bambas-inicia-paro

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