Ya circula “Alimentación de poblaciones originarias. Nuestra experiencia”

El volumen reúne trabajos de cinco barilochenses, más el aporte de especialistas que residen en otras latitudes. Se inspiró en el Taller de Recuperación de Ingredientes y Recetas Originarias que funcionó en el Centro Cultural Camino Abierto.

Ya se hizo tangible “Alimentación de poblaciones originarias. Nuestra experiencia”, el libro que a través de una conversación con Valentina Farías, El Cordillerano había adelantado a fines de febrero. Además de la psiquiatra, aportaron textos al volumen la psicóloga social Patricia Franco, la historiadora y chef Sol Montes, lawerkenmapuche Marta Ranquehue y el médico generalista Roberto Vitale, vecinas y vecino de Bariloche. La publicación también incluye textos de investigadores de otros orígenes.

El trabajo se relaciona íntimamente con la vinculación entre dos instituciones. Una de ellas es el Centro Cultural Camino Abierto, “dispositivo del Servicio de Salud Mental que depende del Hospital Zonal Bariloche”, según puede leerse en el prólogo, que escribieron Mirta Elvira y Patricia Franco. En ese ámbito “trabajamos en la práctica de derechos ciudadanos de las personas con padecimiento mental, expresados, en primer término, a través de la atención y la rehabilitación en su comunidad de origen como requisito básico.

Actividades culturales, deportivas y laborales son los pilares sobre los cuales se fueron construyendo a través de todos estos años las redes, los lazos y una amplia participación comunitaria, gracias al trabajo conjunto no sólo con los usuarios de salud mental, sino con la comunidad en general”.

“Uno de esos lazos tejido fuertemente es el entrecruzamiento entre el centro Camino Abierto y el Centro de Etnosalud”, completa el texto de Elvira y Franco. Por su parte, éste “está dedicado a la investigación y promoción de temáticas de salud (Determinantes en Salud y Prestaciones en Salud) consideradas desde lo Cultural específico”. Según explica la publicación en el apartado “Acerca de…”, “el Centro apunta a desarrollar proyectos de investigación e intervención principalmente (aunque no exclusivamente) con Poblaciones originarias y con Comunidades de inmigrantes”, entre otros cometidos.

Volvemos al prólogo para terminar de entender el origen del libro. A Camino Abierto y el Centro de Etnosalud, “nos une el respeto y la valoración de la cultura del pueblo que habitamos y sobre esta base vivimos una experiencia única que nos transformó durante un año y medio en el que participamos trabajadores/as de la salud mental, usuarios/as del servicio y vecinos/as del barrio en el Taller de Recuperación de Ingredientes y Recetas Originarias”.

Antes y después

Según Elvira y Franco, “este taller será un antes y un después para todos y todas. Estamos muy agradecidas por haber vivido esta experiencia donde la transmisión verbal de recetas de generación en generación nos nutre y nos une más allá de todo. Los alimentos nos hablan de la tierra, de la historia, de las culturas de las costumbres. Y nos nutrimos también de esos marcos teóricos, de la historia, de otros proyectos realizados y presentados para intercambiar y enriquecernos todos”.

“Ahora nos queda disfrutar de la lectura, revivir esas experiencias y compartirlas”. He ahí el sentido de la publicación.Su introducción corrió por cuenta de Farías y de Javier Mignone. El segundo es psicólogo y epidemiólogo social, que se desempeña como investigador y docente en la Rady Faculty of Health Sciences, en la Universidad de Manitoba (Canadá). Después de repasar someramente los avances legislativos en materia de derechos indígenas que se produjeron en la Argentina a partir de la reforma constitucional de 1994, consideraron los autores que “entre los factores centrales de la lucha por el rescate y revalorización de las identidades de los Pueblos Originarios, se encuentra el de la salud y enfermedad. El dominio de la visión occidental sobre los procesos de salud y enfermedad ha negado y limitado la valoración de estos procesos desde la cosmovisión indígena”.

Farías y Mignone se conocieron en el Centre for Aboriginal Health Research de la universidad canadiense. “A partir de ahí comenzamos a intercambiar ideas acerca de la salud etnocultural y la psicología (trans)cultural. Luego de algunos trabajos conjuntos, fuimos haciendo un lenguaje común, una forma conjunta de ver las problemáticas de salud”. Luego, en 2007 “se funda el Centro de Etnosalud, con el apoyo de ASAEC (Asociación de Estudios Argentino-Canadienses) y la Embajada de Canadá en la Argentina. En el Centro de Etnosalud intervienen dos universidades: la Universidad FASTA y la Universidad de Manitoba”, explica el texto.

En síntesis, “el centro tiene como línea directriz ayudar a desandar el camino de la Transculturación. De ahí que nos propusimos, con la colaboración de numerosos colegas, trabajar sobre temáticas entrelazadas, entre ellas, la alimentación de las Poblaciones Originarias”. En la charla que mantuvimos con Farías en febrero, calculaba que “Alimentación de poblaciones originarias. Nuestra experiencia” llegaría a las librerías durante el mes que transcurre.

Goulasch de cordero con spätzle de harina de maíz

Durante la realización del taller que inspiró el libro, se organizaron “ferias de platos”. En una ocasión, la consigna fue elaborar un plato “no tradicional”, en la “vertiente gourmet-originaria”. He aquí un caso.

Ingredientes

1 kg de carne de cordero
1 kg de cebollas coloradas
Harina de maíz fina (no polenta)
Caldo de carne
Sal
Pimienta, pimentón
Un huevo de choike

Preparación

Cortar la carne y la cebolla en cubos. Salpimentar la carne y rociarla con bastante harina. Cubrir el fondo de la olla usando manteca y aceite en cantidades iguales (mitad y mitad).
Dorar la carne y luego agregar la cebolla. Seguir dorando hasta que la cebolla esté vidriosa. Agregar media taza de caldo y bastante pimentón.
Hervir 40 minutos revolviendo.
¡Una porción: 2 cucharones!

Para el spätzle
Por cada 400 gramos de harina de maíz, poner 100 gramos de harina de trigo.
Sumar los huevos. Se les puede ir agregando leche o caldo. (Lo hicimos bastante a ojo pero salió muy rico). Luego de hecha la pasta, deslizar a través de una spätzelera o un colador con el agua caliente. Y ¡buen provecho!

Fuente: https://www.elcordillerano.com.ar/noticias/2019/04/18/77872-ya-circula-alimentacion-de-poblaciones-originarias-nuestra-experiencia

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