Santucho desclasificado. La caída del Roby en los documentos de la CIA

El 19 de julio de 1976, la dictadura genocida cumplió uno de sus más preciados objetivos político-militares. Ese día, un grupo de tareas del ejército dio con el paradero de Mario Roberto Santucho, secretario general del PRT-ERP, el hombre más buscado por la dictadura[1]. El “Roby” o “Negro”, como le decían afectuosamente sus compañeros/as, se encontraba en un departamento de Villa Martelli, provincia de Buenos Aires. Con él estaba su compañera, Liliana Delfino, una de las fundadoras del Partido, Benito Urteaga -miembro del Comité Ejecutivo (CE)- con su hijo de tres años y Ana María Lanzillotto.

Ante la sorpresiva irrupción de los militares se produjo una balacera y cayó muerto Benito Urteaga. Mientras que Santucho quedó fatalmente herido al igual que su perseguidor, el capitán del ejército Juan Carlos Leonetti. Liliana Delfino y Ana Lanzilotto, fueron secuestradas y conducidas a Campo de Mayo. Ambas estaban embarazadas y aún permanecen desaparecidas. Ese mismo día, en operativos aparentemente conectados, fueron secuestrados Domingo Menna, también miembro del CE, y Fernando Gertel, secretario y enlace del buró político.

Tapa Clarín, 20 de julio de 1976

En 2016, Maximiliano Menna Lanzilotto, hijo de Ani y el Gringo, recuperó su verdadera identidad. A la hija o hijo del Roby y la Alemana aún lo estamos esperando.

Desde aquel día fatídico ha habido una pregunta recurrente, y que vuelve a resonar cada vez que pensamos en las causas de la derrota de la lucha revolucionaria en los ’70 ¿Qué información fue la que condujo a los milicos al departamento de la calle Venezuela 3149, aquel 19 de julio, horas antes que el Roby partiera al exilio?

En 2015, la revista Sudestada le dedicó su nota central a la temática[2]. Bajo el título “¿Quién traicionó a Santucho?”, se resumían las diferentes teorías que se fueron tejiendo, durante 40 años, alrededor de aquellos episodios. Según Hugo Montero, las hipótesis se resumirían en cinco: 1- “La pista montonera”, que responsabiliza a Firmenich y a la cúpula Monto; 2- “La pista cordobesa”, que atribuye la traición al “Negro”, un dirigente de la regional Córdoba[3]; 3- “La pista del Pelado”, que acusaba a Gorriarán Merlo, 4- “La pista que rompió al Partido”, que fue construida en el exilio y que sostenía que el traidor era el “Vasco”; 5- “La pista del nebulizador”, que detallaremos más adelante. El número de la revista no pasó desapercibido y provocó varias réplicas, entre ellas de una de las hijas del Roby, Marcela Santucho[4].

Santucho desclasificado

Hace pocos días, la Casa Blanca anunció la desclasificación de 5.596 nuevos archivos sobre Argentina[5]. Una parte sustancial es sobre los años ‘70. En muchos, lógicamente,  se menciona a Santucho y al PRT-ERP. Entre esa masa enorme de materiales di con un documento que se refiere a los hechos del 19 de julio y otros que contienen información estrechamente relacionada.

El informe en cuestión es un cable de la CIA, del 21 de julio. De entrada hay que decir que no aporta datos para construir una nueva hipótesis, sino que se refiere a varios de los elementos que conforman la “pista 5”, aunque parcialmente cambiada. Además, vale la pena aclarar que en la parte superior del cable dice que se trata de “información” que “no ha terminado de evaluarse por la Inteligencia”. Es decir, a hasta ese momento, provisoria.

Vayamos al grano. Según el informe remitido a la CIA:

“la información que permitió a las fuerzas de seguridad localizar a Mario Roberto Santucho (…), fue proporcionada por un oficial del ERP, que se puso en contacto con el ejército argentino y ofreció revelar los datos de Santucho y otros líderes a cambio de la liberación de su esposa, que había sido secuestrada”[6].

A renglón seguido sostiene que:

“El ejército no sólo aceptó, sino que prometió al oficial de ERP que le daría dinero y asistencia para salir de Argentina con su familia. En ese momento, el ejército llevó al oficial del ERP para que corroborara que su esposa estaba detenida y se encontraba bien. Después de lo cual, el oficial señaló el edificio de Villa Martelli, provincia de Buenos Aires, cerca de la Capital, donde Santucho y otros líderes estaban escondidos. El oficial del ERP dijo que Santucho había estado viviendo en ese edificio cerca de un mes”.

En las “Memorias” de Gorriarán Merlo se mencionaba una versión similar a esta, que el Pelado descartaba de plano. Decía Gorriarán:

“Entre esas versiones, la primera que tiraron fue que el Gringo Menna había concurrido ese día a una cita con un médico cuya esposa estaba en manos del Ejército, y que los militares habían cambiado la vida de su esposa por la entrega de esa cita con el Gringo; a partir de ahí, después habrían seguido al Gringo, llegaron a la casa y se encontraron con Roby, Benito… Pero esta versión es falsa, en primer lugar porque el Gringo no estaba en la casa, llegó después que había sucedido lo de Roby y ahí lo apresaron (…) Además, ninguno de nosotros supo nunca de la existencia del mencionado médico ni de su esposa, o sea que es totalmente falso”[7].

Sin embargo, esa versión, aunque con varios agregados, fue retomada por Gustavo Plis-Sterenberg en su libro muy bien documentado sobre “Monte Chingolo”. Plis-Sterenberg señala que al “médico”, le decían así porque era el responsable de sanidad de la Escuadra Especial. Y que era muy amigo del Gringo Menna, de cuando militaban en Córdoba. Para Plis-Sterenberg las cosas sucedieron así:

“El 18 de julio, el “Médico” se presentó en el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército (en la esquina de Callao y Viamonte) e insistentemente pidió hablar con el coronel Fernando Verplaetsen pues poseía “una información delicada”. Fue llevado a Campo de Mayo, y ahí le propuso al coronel canjear la libertad de su compañera por la entrega de su amigo, el Gringo Menna. Para ello facilitó una cita a la cual asistiría el líder del ERP. Horas después, los enamorados charlaban en una de las habitaciones del Comando de Institutos Militares. Al día siguiente, a las 9:30, Domingo Menna acudió a la cita envenenada. El Gringo fue atrapado con vida y trasladado a Campo de Mayo”[8].

Acá Plis-Steremberg le añade otro componente que es determinante. Para él, Menna no fue seguido hasta su casa, como decía Gorriarán, sino que al momento de su secuestro tenía un documento trucho y otros papeles. Entre ellos “había un recibo por el alquiler de un nebulizador. En ese papel Menna había puesto su verdadero domicilio: Venezuela 3145, 3º “A”, de Villa Martelli”.

También Mario Santucho, hijo de Roby y Liliana Delfino, director de la Revista Crisis, sostiene que la hipótesis del nebulizador es “la más convincente”. Así lo afirmó en una entrevista que le hicieron el año pasado:

“Mi tío Julio Santucho recibió una carta de puño y letra de Eduardo Merbilháa, miembro del buró político del PRT, donde están los indicios ciertos de que a Menna lo entregó un ex militante del PRT, capturado por el Ejército un tiempo antes y que negoció entregar a Menna a cambio de que no mataran a su mujer y sus hijos”[9]. 

Ahora bien, el documento de la CIA no menciona al Gringo Menna. Según el informe el supuesto delator, que habría cambiado la vida de su mujer por información, conocía directamente el paradero de Santucho. Por su parte Gorriarán afirma que, obviamente, “muy poca gente conocía la dirección de la casa, no más de ocho o diez personas”.

“[Luis] Mattini, el Vasco [Orzacoa], Eduardo Merbilháa, Carlos All, Mauro [Carlos Germán], yo [Gorriarán], compañeros ligados a la secretaría del buro político que trabajaban con Fernando Gertel, o “Alicia” -esposa de Alberto Merbilháa-, por ejemplo”.

Por su parte, Plis-Steremberg relata que Menna, “enterado de la traición de su amigo, alcanzó a escuchar cómo cerca de él comenzaba el interrogatorio del entregador y su novia, quienes no serían liberados”. Mario Santucho dice que “de ese médico nunca pudo precisarse la identidad”.

Todas las versiones que circulan incluyen la delación o la infiltración. Nadie piensa que la caída de toda la cúpula del PRT haya sido casual. Claro que no es lo mismo que haya sido el “médico”, quien aparentemente era más bien un simpatizante o ex militante. A que haya sido alguien de la conducción del Partido. Ahí está uno de los nudos.

El informe de la CIA menciona a un “oficial del ERP”. Si existió el nebulizador y la imprudente receta con la dirección, es una cosa. Si, en cambio, el “traidor enamorado” señaló la dirección es otra. Muy pocos conocían ese lugar.

Desde junio, el Partido venía sufriendo duros golpes. Días antes de la caída de la dirección del PRT, el ejército descubrió las dos imprentas clandestinas más importantes, en Córdoba y Buenos Aires. El 14 de julio, el Coronel Alberto Valín, jefe del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, le informó a un agente del FBI acerca de los “éxitos” que habían obtenido en la lucha contra el ERP. En su informe detallaba que:

“Durante el periodo del 11-12 de julio de 1976, las unidades del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) en operaciones conjuntas con la policía provincial de Buenos Aires y la policía provincial de Córdoba, descubrieron dos imprentas en la provincia de Buenos Aires y la provincia de Córdoba. El SIE cree que el ERP ha quedado gravemente herido…”[10]

Instalaciones de la imprenta en Córdoba

En las operaciones fueron secuestrados/as varios/as compañeros/as. Las imprentas eran dos sofisticadas instalaciones, que se encargaban de sacar fundamentalmente El Combatiente y Estrella Roja. Al margen del costo de los equipos y los arduos trabajos que significaron su instalación subterránea, cualquiera que provenga de la tradición leninista, puede mensurar la importancia que tenía la prensa para el Partido[11]. Aún así los periódicos seguirían saliendo regularmente, aunque con menos calidad,  hasta fin de año.

Pero además de las imprentas, el informe cerraba con una frase, que a la luz de los episodios posteriores resulta intrigante:

“Como una señal de los éxitos de las fuerzas de seguridad sobre el ERP, la SIDE recientemente detuvo a dos hermanos de Mario Roberto Santucho, y estuvo muy cerca de detener a Santucho mismo. Es sabido que Santucho es el legendario líder del ERP”.

Evidentemente venían pisándole los talones. Es probable que en esos días hayan terminado de juntar la información suficiente que les permitió dar el gran golpe. Veamos.

Frente a la dictadura, la OLA

Por otro lado, el documento de la CIA del 21 de julio incluía otros elementos que nos permiten analizar la verosimilitud de los contenidos del “cable” y la información que manejaba la inteligencia militar:

“2. El oficial del ERP también dijo a las autoridades que, por el peligro que corría la vida de Santucho, a causa de la campaña antisubversiva en Argentina, estaba planeando viajar a finales de julio hacia Cuba, vía Mendoza en Argentina, Chile y Europa, para permanecer en Cuba cerca de un mes.
Comentario: la esposa de Santucho, sus padres y sus hijos de un matrimonio anterior se cree que están en Cuba.
Comentario: fue encontrado un boleto aéreo con destino a Cuba en el cuerpo de Santucho”.

Efectivamente, a raíz de una serie de caídas importantes en el Partido, en el Comité Ejecutivo de julio se había resuelto la salida de Santucho del país. Salida que él pospuso para el 20 de julio, para participar personalmente de una reunión con Montoneros, e intentar sellar la unidad de las organizaciones revolucionarias en la “OLA”, Organización para la Liberación de Argentina.

La otra cuestión que adelantaba el “informante” era la designación de Mattini como Secretario General del Partido.

“El oficial de ERP dice que un reemplazo probable a Santucho como comandante del ERP es Luis Mattini”.

Finalmente, el supuesto delator habría dado cierta información sobre la relación con Montoneros:

“3. El oficial de ERP dijo que a principios de julio, Santucho se había reunido con Mario Firmenich, comandante de los Montoneros, para continuar las discusiones sobre la posibilidad de una fusión del ERP con Montoneros. Una situación que aún estaba siendo negociada por las dos organizaciones hasta el 19 de julio. De acuerdo con el oficial del ERP, Santucho también le pidió dinero a Firmenich. Pero Firmenich se lo negó señalando que el ERP ya le debía a los Montoneros U$ 600.000. La reunión entre Santucho y Firmenich se realizó en los suburbios del norte de Buenos Aires”.

Sobre la efectiva presencia de ambos dirigentes en la reunión no tengo certezas. Pero sí sabemos que se estaban llevando a cabo dichos encuentros. Y también es conocido que por parte del PRT-ERP, y en particular de Santucho, se estaban redoblando los esfuerzos en pos de la concreción de la unidad. Así se expresa con toda claridad en el Boletín Interno del Partido, Nº121, del 14 de julio de 1976 “(Secreto: sólo para militantes y aspirantes)”.

“los recientes avances unitarios en el campo revolucionario nos han colocado ante la posibilidad real e inmediata de construir una organización frentista integrada por el PRT, Montoneros y Poder Obrero, que unifique la lucha antidictatorial y encauce un trascendental proceso hacia la completa unidad política y militar de las organizaciones revolucionarias proletarias y populares (el Partido de la Clase Obrera, el Ejército Popular y el Frente de Liberación Nacional). Dar este paso significará iniciar un proceso de convergencia quizás complejo, pero de un positivismo difícil de exagerar”[12].

Así fue. El Roby puso en peligro su vida, de manera consciente, en aras de la unidad de las organizaciones revolucionarias.

En otro documento desclasificado, del 15 de julio de 1976, se asegura que los servicios de inteligencia estaban al tanto de las reuniones entre ambas organizaciones. Y además, que creían que tanto Santucho como Firmenich estaban en Buenos Aires. Muy buenas razones para pensar que en esos cuatro días (15 al 19/7) toda la inteligencia militar se activó en la búsqueda de los dirigentes máximos de las organizaciones armadas. Fundadas razones para pensar que “alguien” estaba pasando información. Las reuniones, desde luego, eran secretas.

Esto decía el teletipo, que contenía información brindada nada menos que por el Ministro del Interior, Albano Harguindeguy, en una reunión privada con el embajador norteamericano y un informante anónimo:

“Los servicios de inteligencia de Argentina han revelado información, juzgada como confiable, de que las organizaciones ERP y Montoneros unirán fuerzas y anunciarán su fusión en un manifiesto público, que será emitido el 22 de agosto de 1976, fecha del aniversario de lo llamada Masacre de Trelew (…) Los servicios de inteligencia de Argentina creen que el líder del ERP, Mario Roberto Santucho, está en Buenos Aires, como así también el líder de Montoneros, Mario Eduardo Firmenich”[13].

Como decíamos antes. Le estaban pisando los talones. Los cabos sueltos se iban uniendo, las garras de los genocidas se cerraban sobre el Partido. Y si bien las sospechas sobre un filtro quedan en el aire, sabemos que la principal forma de obtener información por parte del ejército genocida fue el secuestro y la tortura sistemática. Quizá lo falso del informe de la CIA sea todo el cuentito del “traidor enamorado”, y la verdad sea que en las sesiones de tortura a las/os secuestradas/os en los días previos, hayan logrado obtener las pistas que los condujo a Villa Martelli.

El otro dato interesante que se ratifica con la lectura de estos documentos, es el grado de integración que había entre los servicios yanquis con las altas cúpulas de las fuerzas armadas. Harguindeguy y Valín reportaban personalmente a la Embajada, la CIA y el FBI.

El otro aspecto a mencionar, es que supuestamente la “pista montonera” se sostendría en información que un agente de inteligencia de la embajada estadounidense le habría dado al periodista Martin Andersen. Al menos en los desclasificados que pudimos revisar no hay indicios de esa hipótesis.

El círculo de misterio continúa y la caída de la dirección del PRT-ERP sigue siendo opaca. Mientras, seguimos juntando las piezas rotas del rompecabezas de nuestra historia, los perpetradores nos deben muchas respuestas. El Estado tiene una deuda inconmensurable con el pueblo. Sabemos que están las listas, sabemos que están los documentos. El genocidio planificado tuvo su burocracia que documentó todo, como revelan también los documentos que hemos citado aquí.

Sabemos también que la verdad es peligrosa, la verdad es subversiva, como Santucho y el PRT-ERP.

El golpe del 19 de julio

La caída de Santucho fue un duro golpe. No sólo para su organización, ni para las y los revolucionarios. Su muerte, anunciada exultante por los medios burgueses y los milicos, significaba la desaparición de una figura que sintetizaba – al igual que el Che- la lucha inclaudicable por la revolución, el ejemplo moral y ético de los/as que no se arrodillarán jamás ante el poder.

Desde aquel entonces, no ha vuelto plantearse seriamente la cuestión del Poder. Estoy convencido que, al igual que Fidel, Santucho no hubiera abandonado jamás la idea de la revolución.

Su vida significaba la esperanza, aún en los tiempos de terror que corrían. Con su caída, se hacía aun más cuesta arriba la supervivencia del golpeado PRT-ERP. Con su muerte se volvía más difícil la unidad, con quienes parecían darle menos importancia que él. Sin su liderazgo se hacía más factible la división y disolución del Partido. Por eso, para mi generación y las que vienen detrás no fue fácil encontrarnos con las tradiciones revolucionarias que sintetizó la experiencia del PRT. Montoneros se había montado sobre una identidad preexistente, el peronismo, y luchaba por potenciar los aspectos plebeyos, obreros y revolucionarios de ella. Derrotada la revolución se licuaron en su interior y quedaron mayormente entrampados en la telaraña del PJ y los aspectos burgueses del movimiento. El PRT, en cambio, era una síntesis de tradiciones que venían de diversos lugares de la izquierda, el movimiento obrero, las luchas campesinas, la revolución cubana, culturas rebeldes del interior argentino, que estaban configurando una nueva identidad revolucionaria: perretiana, ¿guevarista? Un marxismo revolucionario latinoamericano y argentino, empapado de la historia y las luchas de su pueblo. Las fuerzas contrarrevolucionarias pretendieron exterminar esa identidad. No obstante, esa identidad existe, pero está dispersa. Los efectos del golpe del 19 de julio siguen latentes.

Creo que es fundamental seguir preguntando por Santucho y su generación. Por aquello que decía Rodolfo Walsh, que nuestras clases dominantes han procurado siempre que no tengamos historia, doctrina, héroes, ni mártires, que separa las luchas presentes de las anteriores. Estoy convencido que muchas de las claves de otro futuro posible están en esa historia, en esa identidad. Por eso el cuerpo del Roby, como el de tantos/as, sigue en poder del brazo armado de nuestro enemigo de clase. Por eso, aunque los desclasificados de los yanquis abren más preguntas que respuestas, vale la pena analizarlos. Porque siempre han sido las preguntas las que nos conducen al conocimiento. Porque siempre serán las preguntas las que abran las puertas de la revolución.

19 de abril de 2019

Notas

[1] Senda Guevarista, “El Golpe del 19 de julio”, 19 de julio de 2018

[2] Revista Sudestada, “Quiés traicionó a Santucho?, año 14, Nº136, Marzo- Abril de 2015

[3] Esta hipótesis se desprendió del trabajo de contrainteligencia de Pola Augier, una de las fundadoras del ERP y co-responsable del aparato de Inteligencia del PRT. Pola Augier, “Los jardines del cielo. Experiencias de una guerrillera”

[4] Marcela Santucho, “Firmenich no traicionó a Santucho”, julio de 2015

[5] Argentina Declassification Project: Responsive Records

[6] Argentina Declassification Project, ADP-Archives, NW 54739, DOCID-32989988, 21 de julio de 1976. Traducido del inglés por el autor. Fuente: https://www.intel.gov/argentina-declassification-project/records

[7] Enrique Haroldo Gorriarán Merlo, Memorias. De los Setenta a La Tablada, Buenos Aires, Planeta, 2003, p.317

[8] Gustavo Plis-Sterenberg, Monte Chingolo. La mayor batalla de la guerrilla argentina, Buenos Aires, Booket, 2006, p. 436.

[9] Eduardo Anguita, y Daniel Cecchini, “Así investigó el hijo del jefe guerrillero Mario Roberto Santucho las tres hipótesis sobre la muerte de su padre”, Infobae, 19 de julio de 2018

[10] Argentina Declassification Project, ADP_FBI, 2002 Re-reviewed Documents, 1392544-0 – 109-BE-2-1655, 15 de julio de 1976. Traducido del inglés por el autor. Fuente: https://www.intel.gov/argentina-declassification-project/records

[11] Hace escasas semanas la imprenta de Córdoba fue recuperada por el pueblo. Venceremos, “Una casa, un proyecto, una familia: la vida”, 21 de marzo de 2019

[12] Mario Roberto Santucho, BOLETÍN INTERNO Nº121, 14 de Julio de 1976, en Daniel De Santis,  (Comp.) A Vencer o Morir. PRT-ERP. Documentos,  Buenos Aires, EUDEBA, 1998. Tomo 2.

[13] Argentina Declassification Project, ADP-Archives, NW 54739, DOCID-32989906, 15 de julio de 1976. Traducido del inglés por el autor. Fuente: https://www.intel.gov/argentina-declassification-project/records

Fuente: https://lapalabracaliente.wordpress.com/2019/04/19/santucho-desclasificado-la-caida-del-roby-en-los-documentos-de-la-cia/

1 Comment

  • Revolución y fanatismo no se llevan bien, el Marxismo es científico, el autor sostiene que nunca más se planteó el “problema del poder” (Tomar el poder como vanguardia de la clase obrera para desarrollar el Socialismo).
    Se equivoca, hubo intentos, varios, tan serios y gloriosos como el del PRT-ERP, yo formé parte de uno, no importa el nombre, para no avivar el fuego de la autoproclamación que dice -Yo soy el único revolucionario.-

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