Sin lugar para el silencio

En 2017 la sociedad argentina se movilizó de manera multitudinaria para rechazar el 2×1 para condenados por crímenes de lesa humanidad; en esas marchas apareció de manera pública por primera vez colectivo de hijas, hijos y familiares de genocidas que se oponían a la impunidad y que defendían el proceso de memoria, verdad y justicia. “Escritos desobedientes” reúne esas historias que se rebelaron a la trama familiar de silencio y disciplinamiento. Con la presencia de sus protagonistas, el libro se presenta este lunes 6 de mayo a las 18 horas en el auditorio de la Comisión Provincial por la Memoria, calle 54 N 487, La Plata.

“La voz negada por el mandato de silencio tiende siempre a buscar su cauce, y la escritura, por lo menos en nuestro caso, ha sido su expresión más directa. Las angustias, las culpas, la vergüenza y demás sentimientos que compartimos emergen a través de la palabra con inflexiones personales, particulares”, dice el manifiesto escrito por el colectivo Historia desobedientes, que reúne a hijas, hijos y familiares de genocidas que condenan los crímenes perpetrados por miembros de sus propias familias.

Ese manifiesto es la definición política del colectivo y sirve como preámbulo al libro “Escritos desobedientes” que, desde su publicación, fue reconocido como un valioso aporte para los procesos de construcción de las memorias sobre la dictadura militar y también de la búsqueda de reparación y justicia. “Este colectivo es una consecuencia lógica de ese recorrido de derechos humanos en el país, de la lucha de los organismos de derechos humanos y de los juicios”, dice Analía Kalinec, una de las integrantes.

“Escritos desobedientes” se presentará el próximo lunes a las 18 horas en el auditorio de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), con la presencia de las integrantes del colectivo Analía Kalinec, María Laura Delgadillo y Elizabeth Rodríguez, y la integrante de la CPM e hija de desaparecidos-asesinados por el terrorismo de Estado, Yamila Zavala Rodríguez. La mesa de presentación estará coordinada por Ana Barletta, también integrante de la CPM.

“Que nos convoquen desde un organismo de derechos humanos nos emociona, nos honra y, al mismo tiempo, nos genera una gran responsabilidad, también por esa ciudad; La Plata es uno de los lugares donde más hijos e hijas desobedientes hay y tiene que ver, claro, con la magnitud que tuvo la represión en la ciudad”, señala Kalinec.

María Laura Delgadillo es una de las hijas desobedientes de La Plata: “En lo personal, esta invitación es para mí un reconocimiento muy fuerte. Soy de acá y siempre supe que la DIPPBA (Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires) estuvo ahí; sin embargo nunca me atreví a visitarlo hasta la semana pasada cuando llegué al archivo a buscar qué información había sobre mi padre y su participación en el esquema represivo”.

Laura es hija del ex miembro de la Policía Bonaerense Jorge Luis Delgadillo y sobrina de María Ilda Delgadillo, desaparecida por la dictadura militar: sus restos fueron identificados en 2008 en el cementerio de La Plata, estaba enterrada como NN. “Milité en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos cuando fueron los juicios por la verdad, pero siempre me identificaba como familiar de desaparecida y no revelaba mi filiación paterna. Era una carga de vergüenza y culpa que tuvimos que elaborar en este colectivo para salir a la luz. Encontrarnos nos dio un lugar de pertenencia”, valora Laura.

“Veníamos de un recorrido hecho en soledad, de mucha vergüenza por ser parte de estas familias y ser partes de una desobediencia que era vista como una traición al seno familiar por no convalidar esos crímenes. Encontrarnos fue un momento de catarsis que nos permitió trascender esa soledad hacia la construcción colectiva”, agrega Analía Kalinec.

Analía es hija Eduardo Emilio Kalinec, el represor conocido por los sobrevivientes como “Doctor K” y condenado a prisión perpetua en 2010 por secuestros, torturas y homicidios cometidos en los centros clandestinos de detención Atlético, Banco y Olimpo. Analía conoció esa historia recién en 2005: “Nunca había vinculado a mi papá con la dictadura hasta que se reabrieron los juicios”, recuerda.

Los escritos de Analía y María Laura son parte de los relatos que integran el libro. “Por este mandato de silencio, muchos hemos callados y en un momento de catarsis escribimos para no sentirnos solos”, explica Delgadillo. Muchos de esos relatos son previos al momento de conformación del colectivo Historias desobedientes. “Muchos escribíamos desde antes a título personal, en redes, en diarios íntimos, en poesías, novelas, cuentos. El trabajo de este libro fue más bien un trabajo de recopilación de esos relatos”.

El libro reúne en total relatos de 18 autores, todos integrantes del colectivo, además del manifiesto que sirve de preámbulo, también se agregaron algunos escritos realizados colectivamente y un posfacio a cargo de la doctora en Lengua y Literatura Francesa Verónica Estay Stange, hija de víctimas de la dictadura pinochetista y sobrina de un torturador.

Si bien el colectivo Historias desobedientes se constituyó como tal el 25 de mayo de 2017, Kalinec señala que el verdadero punto de inflexión fue la marcha contra el 2×1; ese día, aparecieron en la escena pública como hijas, hijos y familiares de genocidas que condenaban los crímenes de lesa humanidad y no aceptaban el grave retroceso en materia de derechos humanos que significaba el fallo Muiña.

“La primera percepción que sentimos en la calle era perplejidad ante lo inédito, y después el abrazo y la sensación de bienvenida. Me quedo con un comentario que nos hicieron en las redes en esos días: ‘siempre los estuvimos esperando aunque nunca nos habíamos dado cuenta que estaban’”, recuerda Kalinec. “Este colectivo viene a traer un pedazo de historia que completa la memoria colectiva”, cierra Delgadillo.

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