Acampe de cooperativistas frente a la Municipalidad de La Plata

Desde las 11 de hoy y hasta el día viernes cooperativistas municipales protestan ante la sede comunal platense. “El municipio se había comprometido a crear nuevos puestos de trabajo, pero eso no fue cumplido. Muchas de esas familias quedaron desocupadas. La espera ya se hizo insostenible”, declaró Daniela, referente del Frente de Organizaciones en Lucha, en momentos de iniciar la medida.

Foto: Prensa FOL

El acampe es convocado por un amplio arco de movimientos sociales que comprenden al Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), la CTD Aníbal Verón, Frente Popular Darío Santillán CN, La Falcone, Justicia y Libertad, Izquierda Latinoamericana Socialista, Igualdad Social, ADDHES, Frente Territorial SURGE, Agrupación Evita y Octubres.

El conflicto lleva más de cinco meses y el gobierno de Cambiemos sigue sin dar respuestas, dilatando la resolución y jugando al desgaste de las familias que menos tienen. Cabe destacar que a fines del 2018 el Municipio había prometido abrir nuevos puestos de trabajo en las distintas delegaciones, y que hasta el momento no han cumplido con dicho acuerdo.

En un contexto donde las políticas de ajuste golpean de manera feroz a la clase trabajadora, la espera se hace insostenible. Los y las cooperativistas perciben un salario ínfimo de 5.700 pesos, cuando hoy se necesitan 29.500 pesos para no ser pobre y 11.844 para no ser indigente. Es decir que el gobierno de Julio Garro condena a las cooperativas a apenas sobrevivir por debajo del nivel de indigencia.

Sumado a esto, en lo que va de un año los alimentos han aumentado un 64%, y la mercadería que se destinan para los comedores es cada vez más insuficientes ya que a diario se acercan muchas familias nuevas a buscar un plato de comida.

Desde los movimientos señalan además que al mismo tiempo, los barrios se encuentran en un completo abandono, mientras el intendente Julio Garro vuelve a pavimentar y arreglar calles céntricas que estaban en perfecto estado. Con cada nueva lluvia los y las vecinas más pobres se levantan con el agua a las rodillas, y es sólo el trabajo de limpieza y sanjeo que realizan las cooperativas lo que amortigua un poco la situación.

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