La comunidad de Costa del Lepá recuperó sus territorios ancestrales. Y eso, por supuesto, molestó al poder. Y este martes, como puede verse en las fotos, fue rodeada de manera violenta por terratenientes que pretenden desalojarlos. La Policía de Chubut esta vez no reprimió pero sí permitió la violencia al liberar la zona, según denunció la comunidad Newentuaiñ Iñchin del paraje de Costa del Lepá.
Capandegui es el nombre de uno de los terratenientes que quiere desalojar violentamente la comunidad. Un tipo al que para hacer sus negocios, no solo no le importa la ilegalidad, tampoco le importa matar animales ni balear pibes. De hecho, está enfrentando un proceso judicial porque en 2017 le pegó un tiro en la nalga a un pibe de 16 años, hijo de Zoila Ñirilef, una señora con quien entró en un conflicto territorial luego de plantar una casa en el campo lindero de esta mujer, con la complicidad del intendente de Gualjaina (localidad ubicada en el Departamento Cushamen, al noroeste de la provincia del Chubut). Después le mató dos chanchos y otros animales, comenzó a hostigarla por todos lados, le corrió los alambres y le cortó el camino vecinal. Cuando atacó al joven ni siquiera la dejó salir para llevar a su hijo al hospital. En un primer momento la Justicia le impuso una orden de restricción a Capandegui pero luego cortaron la causa porque la jueza de Gualjaina es su amiga.
Capandegui es uno de los pequeños terratenientes a quienes el municipio les facilita el acceso a tierras de forma complemente irregular. Son tierras comunitarias, y por eso la disputa, pero gracias a los favores políticos del intendente estas personas que ni siquiera estaban allí con anterioridad se quedan con tierras que no les pertenecen.
Para armar la movida violenta del martes, los terratenientes convencieron a un peñi que pertenece a una familia que llegó a la zona cuando los abuelos Antieco recibieron a los despojados de la tierra de Nahuelpán, desalojados en 1937 en Esquel. Una de esas familias son los quilaqueos, que ahora son mano de obra de los terratenientes y se aliaron a los terratenientes locales para generar esta acción. Gente que esta ahí gracias a los Antieco que les dieron tierras a sus familias mapuche y desconocen el linaje de esas tierras.
Esa es la estrategia: negarles las tierras a los pueblos originarios, negar los orígenes, negarlos tanto hasta olvidarlos. Pero olvidan que ni siquiera el genocidio de la Campaña del Desierto pudo aniquilarlos. Y tienen miedo. Más miedo que nunca. Porque cada vez más comunidades mapuche se organizan para recuperar las tierras. Para recuperarlas del extractivismo y volver a darles vida. Tienen miedo. Y se ponen violentos. Tienen miedo y son violentos porque les están desnudando el negocio.
Fotos: Rox Ana
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