El éxito de Macri y Martínez de Hoz

Quizá uno de los mejores estudios sobre la política económica de Martínez de Hoz sea el de Jorge Schvarzer, realizado en vivo y en directo, mientras volaban por los aires los pedazos masacrados de nuestro país.

Schvarzer proponía algunas hipótesis fuertes y se metía en un debate que -en este “deja vu” eterno de los ciclos económicos de la Argentina dependiente- reaparece hoy, frente a efectos similares, de políticas económicas similares, con manuales demasiado similares.

Una de las polémicas centrales giraba alrededor de los “éxitos” o “fracasos” del plan económico. Sostenía el autor, en términos tan vigentes que sólo haría falta borrarle el nombre del ministro videlista por alguno de los actuales:

“Numerosos comentaristas han hablado del “fracaso” de la política de Martínez de Hoz debido a su incapacidad para contener la inflación, generar un crecimiento económico razonable y evitar la crisis del sector externo. Dicha falta de resultados es innegable pero el propio término de “fracaso” supone la voluntad de obtener ciertos objetivos que no se pudieron conseguir”[1].

El sábado 31 de agosto, ante el inocultable descalabro político, económico y electoral de Cambiemos, Mirtha Legrand, que ha sido una furibunda militante del gobierno, dijo que Macri se había transformado en un “fracasado”. Más allá de lo anecdótico y patético de la panquequeada de la “diva”, su “exabrupto” es un reflejo de un debate que vuelve a estar en el tapete. No quedan dudas que para la gran mayoría del pueblo el programa de Cambiemos y de la última dictadura fueron calamitosos, en términos de desempleo, pobreza, cierre de fábricas y empresas, distribución del ingreso, etc. Eso es indiscutible. El tema es, como hacía Schvarzer hace 33 años, preguntarnos cuáles eran los objetivos que se querían conseguir. Decía el economista:

“La experiencia de estos años sugiere que la estrategia política de la política económica tenía un objetivo principal en el que no se fracasó y al que se subordinaron todos los otros: ganar y preservar un poder decisivo dentro del país para los representantes más conspicuos de quienes manejan el dinero y las relaciones con los centros financieros internacionales”.

Complementariamente con esto, el autor sostenía que el propósito de Martínez de Hoz era producir ciertas modificaciones en la estructura económica que tuvieran un carácter irreversible. En este sentido, serían claves la reforma financiera (aún vigente), que permite el libre movimiento de capitales, y el desmesurado y fraudulento endeudamiento externo (que sigue dando intereses de los intereses). El “mercado financiero libre de controles y abierto al exterior había fortalecido el papel que jugaban ciertos sectores económicos concentrados en la sociedad argentina”. A partir de estas reformas, el “mercado”, con su elevada concentración y libertad de movimiento podía (y puede) operar de disciplinador social y obturar las decisiones de política económica de un gobierno. Durante la presidencia de Alfonsín se produjo la primera manifestación del exacerbado poder de los “mercados” y el peso del endeudamiento externo. La hiper inflación fue su manifestación extrema.

Schvarzer publicó su libro en 1986, y aun así, desde mi punto de vista, sus principales hipótesis siguen vigentes. O peor aún, la irreversibilidad de las políticas económicas de la dictadura siguen vigentes. Y después de más de 40 años han obturado sistemáticamente la posibilidad de revertir la dependencia, la desigualdad y el deterioro de las condiciones de vida de las/os trabajadores y el conjunto de los sectores subalternos.

Después de las PASO, en un mensaje sin “coacheo” y donde se vio transparente su pensamiento antidemocrático, Macri lo dejó bien claro: lo más grave del resultado electoral es que contradice la voluntad de los “mercados”, que lo eligieron a él. El lunes siguiente ratificarían su descontento con una corrida de dimensiones. Queda claro, los “mercados” se arrogan la potestad de definir el rumbo y destino de nuestro país. Y en plena crisis capitalista, no quieren regulaciones ni mediación alguna. En estos días, Macri y sus “amiguitos” nos regalaron una lección que vale más cara que un post doctorado en Harvard: “capitalismo y democracia son cada día más antagónicos”.

La pesada herencia M

Valiéndome de los parangones y la inocultable continuidad histórica, quería plantear alguna hipótesis sobre el “fracaso” de la política económica de Cambiemos.

Antes que nada hay que decir que su crisis hay que enmarcarla en un ciclo recurrente en Argentina. La “falta de divisas” y el “acogotamiento del sector externo” son las moneditas corrientes que azotan al capitalismo dependiente argentino de manera cíclica, desde hace décadas.

El Kirchnerismo, vía “sintonía fina”, acuerdos con el Club de París y el CIADI, el “cepo”, convenio con Chevrón, la candidatura de Scioli y otras yerbas, le quiso dar una solución “¿gradualista?”, en los marcos del “Capitalismo Serio con Inclusión Social”.

Por su parte, el Macrismo, con su shock agresivo, le dio otra. Ya lo hemos dicho[2], la necesidad de darle una salida a la crisis en 2015 había alineado a todos los candidatos con posibilidades de triunfo bajo un programa bastante similar:

  • Devaluación,
  • Quita o baja de las retenciones a las exportaciones agrarias,
  • Arreglo con los fondos buitre,
  • Eliminación (progresiva o inmediata) del denominado cepo al dólar,
  • Vuelta a los mercados financieros,
  • Eliminación o baja de los subsidios a los servicios.

No era nada casual este acuerdo más allá de la “grieta”. Los “mercados” estaban exigiendo esos puntos programáticos para relanzar las condiciones de acumulación en Argentina.

Ahora bien, creo que el macrismo ha tenido una victoria pírrica. Desde el punto de vista económico han dejado las bases para que el “mercado”, nuevamente, imponga de manera violenta y fatal su programa. Aunque para ello ha dejado gravemente herido el experimento político, que había logrado por primera vez en la historia, colocar en el gobierno por la vía democrática a los sectores más concentrados de la sociedad. Antes habían tenido que recurrir al voto cantado, fraude patriótico y golpes militares. Hoy, después de esta experiencia desastrosa, hay muchas chances que el PRO vuelva a convertirse en un partido vecinalista de la Ciudad de Buenos Aires.

No obstante, y a pesar de la bronca de Mirtha y el niñito caprichoso del Cardenal Newman, la bomba económica y social que deja Cambiemos está estallando en este mismo momento y promete dejar secuelas muy serias.

Beneficio de inventario

“La propuesta de Martínez de Hoz estaba triunfando. El fracaso pronosticado para las políticas del gobierno democrático no era otro que el derivado de la capacidad de los grupos dominantes de vetar posibles políticas de signo diferente de sus deseos. En la nueva estructura del mercado subyace una nueva forma de poder, que aparece ahora como la traba más difícil para consolidar una democracia con desarrollo y justicia social”[3].

Aquí está el parangón más importante entre ambas políticas. Y aquí está el gran desafío para nuestro pueblo, que inequívocamente ha votado en contra del Virrey Mauricio I, agobiado por los efectos de sus políticas económicas, de saqueo.

Se abre en este momento un grave peligro: Que se vaya Macri del gobierno, pero que queden sus políticas en el poder. Efectivamente, “los mercados” seguirán gobernando, y se seguirán manifestando en contra de todo aquello que altere mínimamente su rentabilidad desmesurada. Es necesario saber que no hay moderación, ni amabilidad, ni palabras de consideración que dichos “mercados” vayan a atender. Su único lenguaje es la ganancia. Y la avidez de ganancia es ilimitada.

Ahora, montados sobre la crisis evidente, exigirán más sacrificios, para “salir del túnel”, “cruzar el río”, “sortear la tormenta”, “subir el Aconcagua” o el eufemismo más bonito que se les ocurra para hacernos saber que tendremos que seguir yugándola.

En primer lugar intentarán completar los ejes programáticos que la resistencia popular[4] le impidió cumplir a Macri:

  • Reforma Previsional
  • Reforma Laboral (a lo Brasil)
  • Un programa de privatizaciones que avance sobre Educación, Salud y lo que quede.
  • Implementación sin límites del extractivismo minero, petrolero y agro industrial, encabezada por la nave insignia Vaca Muerta.

Este último punto ya se está experimentando en Chubut, donde el gobierno provincial ha dejado de pagar los salarios a maestros y empleados públicos porque dice que el Estado está fundido. Para revertir la situación propone la mega minería, como única salida posible.

Vamos cerrando, que se puso fresco

En definitiva, la medida del “éxito” o “fracaso” de las políticas económicas de Cambiemos en el mediano largo plazo dependerán en gran medida de las luchas populares. De la capacidad que tengamos como pueblo, históricamente rebelde, de impedir que los “mercados” y los poderes permanentes tornen irreversibles y más brutales las transformaciones agudizadas durante los últimos años.

Medido al día de hoy, podemos decir sin dudas que, para nosotros/as, los/as de abajo, ha sido un brutal “fracaso”. Que han empeorado las condiciones de vida, los ingresos, la salud, la educación, el trabajo, del 80 o 90% de nuestro pueblo.

Para ellos, los de arriba, ha sido un éxito rotundo. Hasta las mentirosas declaraciones patrimoniales que presentaron estos años dan cuenta de cómo se enriquecieron meteóricamente. Encima tienen casi toda la guita afuera, en paraísos fiscales, y en dólares. ¿Y usted, cuantos dólares compró sin el “cepo”?

Por eso cabría preguntarse: ¿El próximo gobierno convalidará el fraude y saqueo perpetuado? ¿Tendremos que honrar/renegociar/reperfilar la “deuda con el FMI”? Esa deuda que equivale exactamente a la suma de la fuga de capitales. ¡Chingüengüenchas, se la fugaron toda!

Se avizoran tiempos difíciles, de resistencia. Tiempos para ejercer muy poco la moderación con los de arriba y muy mucho la unidad y la movilización con los/as de abajo. Nuestros derechos y conquistas están en serio peligro.

Macri sólo perdió una elección. ¡Hay que derrotar su programa, continuidad histórica del programa de los milicos!

Cada día es más imperioso recuperar la mirada estratégica. ¡Hay que animarse a soñar una patria justa, digna, sin explotación, ni opresión!

¡Ante la barbarie capitalista, revolución socialista!

Notas:

[1] Schvarzer, Jorge, La Política Económica de Martínez de Hoz (Buenos Aires: Hyspamerica, 1986), p. 123.

[2] ‘El Virrey Mauricio, un cascote que no cayó del cielo. (Una mirada económica estructural de los orígenes del macrismo).’, La Palabra Caliente, 2016 <https://lapalabracaliente.wordpress.com/2016/06/21/el-virrey-mauricio-un-cascote-que-no-cayo-del-cielo-una-mirada-economica-estructural-de-los-origenes-del-macrismo/> [accessed 2 September 2019].

[3] Schvarzer, Jorge, p. 227.

[4] Senda Guevarista, ‘Luchas y resistencias frente a la ofensiva macrista (2015-2019)’, Senda Guevarista, 2019 <https://sendaguevarista.com/2019/07/15/luchas-y-resistencias-frente-a-la-ofensiva-macrista-2015-2019/> [accessed 2 September 2019].


Fuente: https://lapalabracaliente.wordpress.com/2019/09/02/el-exito-de-macri-y-martinez-de-hoz/

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