Comunidades originarias reclaman obras para agua potable

Son de los pueblos wichí, toba y guaraní que viven a dos kilómetros de Embarcación, una de las cabeceras del departamento San Martín. Para colectar, usan bidones de herbicidas.

Comunidad wichi La Loma, de Embarcación

24 de octubre de 2019

Una familia compuesta por seis personas debe vivir en el mejor de los casos tres días con 400 litros de agua. La cuenta odiosa pero necesaria indica que cada integrante solo tendrá 22 litros de agua en ese lapso. Esa es la realidad que viven las comunidades de los pueblos toba, wichí y guaraní de Misión La Loma 2, ubicada a solo dos kilómetros de la ciudad de Embarcación, en el norteño departamento San Martín.

El cacique toba Arnaldo Torres, contó a Salta/12 la situación que atraviesan unas 70 familias desde hace aproximadamente dos años. El motivo fue la rotura de la cisterna que queda en La Loma 1, desde donde se bombeaba el agua al depósito de La Loma 2.

A partir de ahí el camión cisterna comenzó a ir dos veces por semana salteando los sábados y domingos, y también los días lluviosos que dejan el camino intransitable. Eso afirma el proyecto de resolución que aprobó el Concejo Deliberante de Embarcación en mayo pasado. En la iniciativa se exhortaba al intendente Alfredo Llaya a gestionar los fondos necesarios para hacer los trabajos en la cisterna y brindar agua en red y potable a las familias.

“Al tinaco lo bajé del techo para poder almacenar allí el agua”, contó Verónica, una de las vecinas de La Loma 2. El tinaco es el tanque elevado de agua que prevé una instalación en caso de contar con agua en red. Pero como en la comunidad esa red no existe, es más útil abajo.

Uno de los choferes de los camiones cisterna se enojó cuando la vio “tirar agua” y le reclamó. “Pero yo no estaba tirando el agua. En realidad estaba limpiando el tanque porque tenía un resto de agua sucia”, relató.

Los más afortunados tienen estos tanques. Otras familias recurren a los bidones de 20 litros que consiguen en fincas vecinas. Los bidones fueron alguna vez recipientes de herbicidas. Se supone que para ser reutilizados deben pasar por un proceso de limpieza especial para erradicar cualquier vestigio del agrotóxico. “Sabemos que es peligroso pero no nos queda otra”, dijo Torres casi pidiendo disculpas ante la situación que padecen.

Cuando la comunidad se quedó sin bombeo a la cisterna, los camiones empezaron a llevar el agua en el tanque cargándola donde antes se la repartía en red. Pero la instalación carece de los resguardos mínimos, al punto que los chicos de la comunidad entran a la cisterna a bañarse. Verónica contó que como salían “bichitos” usaban un trapo como colador del agua. En ocasiones, los tractores que llevan el agua tienen operarios que terminan utilizando el líquido para poder limpiarse por el calor que atosiga en la zona. La imagen genera sospechas entre los vecinos por la calidad del agua. No cuentan con un método de potabilización ya sea por hervir el agua o con la utilización de gotas de lavandina.

En una zona que es propicia para la propagación del mosquito Aedes Aegipty que transmite dengue, zika y chikunguña, tener los tanques con agua acumulada termina siendo un factor más a favor del insecto. Las larvas se acumulan en las orillas de los tanques y al llegar la época estival aumenta la población de mosquitos que pueden transmitir las enfermedades. “Quedan como huevas alrededor de los tachos” de agua, describió Torres.

Los concejales ya aprobaron la resolución con el fin de que los vecinos no dependan de la Municipalidad para acceder a su derecho al agua. Pero las obras en La Loma 2 siguen estancadas.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/227087-comunidades-originarias-reclaman-obras-para-agua-potable

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