Acerca del tan mentado Pacto Social

El presidente electo, Alberto Fernández, planteó como una necesidad imperiosa para empezar a gobernar, la concreción de un pacto social. Rápidamente, varios dirigentes sindicales salieron hacerse cargo de este pedido, convirtiéndose en arduos militantes de este acuerdo.

Empecemos definiendo  ¿Qué es un pacto social?  Es un acuerdo entre el Estado, los sindicatos y los empresarios en el que se comprometen a llevar adelante ciertos objetivos en común. En general se trata de congelamientos de precios y salarios, junto con otras cuestiones vinculadas a reformas laborales y modificaciones en materia de seguridad social. En la historia de nuestro país hubo varios. Acuerdo de Productividad (1955), Acta de Compromiso Nacional (1973-1975), Plan Primavera (1988-1989), Acta de Coincidencias (1994-1998).  A la larga todos fracasaron y, quizá los que tenemos más en el recuerdo son el del año 73 que terminó con el Rodrigazo del 4 de junio de 1975 y el Plan Primavera que concluyó con la ida de Alfonsín antes que venciera su mandato.

¿En qué consistiría este pacto social? El actual pacto social en marcha tiene su fundamento en que “la crisis es mucho más profunda de la que pensamos”, según palabras de Fernández, repetida por varios dirigentes sindicales.

Sergio Palazzo, titular de la Asociación Bancaria, dijo el 31 de octubre en El destape radio: “Con la magnitud de los problemas a resolver es imprescindible un acuerdo social para salir de la crisis”. Roberto Baradel, Secretario General del sindicato docente de la provincia de Buenos Aires (SUTEBA), planteó el 29 de octubre en un programa del canal televisivo A24: “Los primeros días de marzo hay que empezar las clases. Esto tiene que ser un compromiso de todos. Como está el país todos tenemos que hacer esfuerzos para empezar a reconstruir lo que se destruyó”.

Semanas atrás Hugo Yaski, titular de la CTA de los Trabajadores, planteó lo mismo al hablar sobre la decisión de esta central sindical de incorporarse a la CGT (ver Entre la CGT y la CTA de los Trabajadores hay un “pacto ).

Las preguntas que nos hacemos quizás no se las hagan estos dirigentes sindicales: ¿Qué crisis estamos sufriendo? ¿Quiénes las padecen? ¿Todos sufren esta crisis? ¿Quiénes son responsables de esta crisis?

Al respecto, bien claras son las palabras manifestadas por AMSAFE (Asociación del Magisterio de Santa Fe), delegación Gral. López: “Que dos o tres dirigentes decidan sin previo debate ser parte de un pacto social, perjudica a los trabajadores, no solo en su contenido sino también en su forma. En su contenido, sería firmar la pérdida salarial y pérdida de derechos. En su forma, sería una imposición de la política partidaria de estos dirigentes”.

El pacto social que hasta ahora se plantea es básicamente un congelamiento de salarios y precios y sobre esta base un compromiso de los sindicatos a no hacer paros, para no entorpecer dicho acuerdo y la marcha de la economía. Todavía está por verse si ese compromiso no llega a avanzar en algunos puntos sobre la reforma laboral exigida por las patronales.

La manía de hablar de todos

Se habla como si hubiera un solo país. Todos argentinos, en igualdad de condiciones y responsabilidades, tanto el exportador sojero como el peón de la construcción, el jubilado o el desocupado. El concepto de que “todos tenemos que hacer un esfuerzo” es igualar lo inigualable. La pregunta sería ¿Quién es el responsable de la crisis? ¿Cómo hacemos para que la paguen? Para Palazzo y Baradel, ¿los trabajadores bancarios y docentes no vienen haciendo esfuerzos? ¿No les parece que los trabajadores somos lo que sufrimos la crisis generada por una política que favoreció a un grupo de empresarios mineros, sojeros, especuladores financieros y algunas grandes corporaciones más? ¿La resolución de la crisis pasa por sentarnos alrededor de una misma mesa justos y pecadores para decirnos que esto lo tenemos que sacar adelante entre todos? ¿Inocencia o traición?

¿Quién seguirá perdiendo y quién ganando?

En estos días los precios están subiendo rápidamente y vienen de una larga carrera hacia arriba. Se calcula que la inflación del año podría superar el 55%. Ningún aumento salarial llegó a igualar esa cifra. Pero a esto hay que agregarle que los salarios en este país, salvo reducidos sectores, nunca alcanzaron para que los trabajadores tengamos nuestro bienestar merecido. Siempre la corremos desde atrás y así funcionan las paritarias: en el mejor de los casos se actualizan después de que aumentaron los precios. Aún con aumentos salariales, siempre perdemos. Se plantea que en este caso habría un aumento de los sueldos por decreto para los trabajadores registrados y después congelamiento de precios. Ese aumento, ¿alcanzará la misma proporción que el colchón que se están haciendo los empresarios con la suba actual de precios? Ese aumento, ¿va a cubrir, además, lo que perdimos en todo este año, que se suma a lo que venimos perdiendo año tras años? ¿Y qué pasará con la inmensa cantidad de trabajadores no registrados, que son los más afectados por la crisis? En el caso de los jubilados, ¿el aumento para ellos alcanzará a los $37.815 calculados para cubrir la canasta básica del adulto mayor? ¿Quién y cómo va a garantizar que los precios no sigan subiendo, como históricamente sucede, sin respetar ningún tipo de acuerdo? ¿Desde cuándo las grandes empresas que imponen los precios de los productos son respetuosos de los acuerdos?

Hablando claro, en un pacto social bajo estas condiciones seguimos perdiendo los que más sufrimos la crisis: los trabajadores.

La concepción de la conciliación de clases

El pacto social significaría que los trabajadores dejemos de luchar, de protestar, de pelear por nuestras reivindicaciones, mientras dure el pacto: el acuerdo entre capital y trabajo. Este es un concepto muy arraigado en nuestro modelo sindical, de la mano del peronismo. Es pensar que los capitalistas se van a comprometer en una mesa a no seguir ganando todo lo que puedan ganar. Es desconocer que esa es la esencia del Capital. Es desconocer nuestra historia, que nos dice que aún la mínima mejoría se logró peleando. Es no asumirse como clase y desconocer la lucha de clases como motor de desarrollo de la sociedad. En este caso, en particular, sería como decir “todos nos vamos a portar bien, no vamos a hacer ningún lio, así saldremos de la crisis y todos vamos a estar mejor”. Sería como decir que gran parte de la responsabilidad de la crisis la tenemos los laburantes porque hicimos huelgas. Y aceptar un congelamiento de salarios sería convalidar el argumento de que el aumento salarial produce inflación. (Ver La culpa de la inflación no es del salario )

Repito: con un pacto social de este tipo no se sale de ninguna crisis y solo se garantiza que la sigamos pagando los trabajadores.

Sin Pacto ¿cuál es el camino?

La magnitud de la crisis que vivimos necesita de medidas urgentes a favor de los afectados por esta situación, que somos el pueblo. Esto significa aumento salarial que recupere lo perdido en estos años, aumento de emergencia para los jubilados, control de precios pero  no en los negocios y supermercados, sino bien arriba de la cadena de comercialización, es decir controlar a las grandes corporaciones que generan los precios, y en ese sentido poner una masa de dinero a circular, reactivar el consumo y poner en movimiento una economía estancada. Suspensión de los despidos y congelamiento de las tarifas. Exigir a la banca, que mucho ha ganado en todos estos años, créditos  accesibles para viviendas populares y para la pymes y, con esto, poner en movimiento la construcción y la producción. Exigir que los exportadores liquiden los dólares en tiempo y forma, ni bien los perciban y no que se los guarden especulando  para liquidarlos cuando la divisa suba, revisar la sangría que significa el pago de una deuda externa bochornosa. Esto no se resuelve con un pacto sino con lucha. Es necesario, sí, un pacto de la mayoría de la población para unirse y ponerse de pie para que una ínfima minoría deje de seguir robándonos.


Fuente: http://www.redeco.com.ar/nacional/trabajadorxs/27790-acerca-del-tan-mentado-pacto-social

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