El reino de España llora la sensible desaparición de la infanta Pilar de Borbón, la reina sin corona.

La Ley Sálica la privó de convertirse en la reina de España.

Ha entregado su vida al todo poderoso la infanta Pilar, la prepotente hermana mayor de Juan Carlos I de Borbón y tía del rey Felipe VI.  Ella se creía también una soberana porque al fin y al cabo fue despojada de la corona a causa de la Ley Sálica patriarcal y misógina que aplicó severamente el dictador Franco.  No obstante, la soberbia y despótica Infanta reinó sin corona, pues hizo lo que le vino en gana. Aunque su prima la reina Isabel II sí que reina en España pues es la soberana y señora de Gibraltar.

Desde muy temprana edad iluminada por su profunda fe catolicista quería salvar a los pobres y hambrientos y por eso estudió enfermería para dedicarse de por vida al cuidado de los niños desvalidos y huerfanitos. De esta manera se convirtió en una aristócrata “Solidaria” y “humanitaria” ya que participaba asiduamente en apoyo de la Cruz Roja y las asociaciones de lucha contra el Cáncer, en dichos actos benéficos se encargaba de recoger jugosas donaciones, organizaba grandes fiestas, bingos, bazares, rastrillos, o sea, que quería ganarse el cielo y ser elevada a los altares. Presidenta de honor rastrillo solidario “Nuevo Futuro” donde gracias a su simpatía y poder de convicción desplumaba a la aristocracia y los acaudalados oligarcas.

La Infanta Doña Pilar, Dios la tenga en su gloria, aparte de ser una rica heredera, merced a su audacia de tahúr, amasó una incalculable fortuna fruto de la especulación inmobiliaria, las inversiones en bolsa, y al recibir millonarias comisiones como intermediaria de oscuros negocios, pelotazos y trapicheos (donde fue muy bien asesorada por su hermano el rey emérito Juan Carlos I) Y es que la marca España es un lobby muy exitoso y productivo.  Pero no sabemos a ciencia cierta cuál es su verdadero patrimonio pues este es un asunto secreto que jamás podrán ser develado.

La Infanta es considerada por las revistas del corazón como “el alma de la monarquía española” Y es que estamos ante una auténtica neofranquista que hace gala de un carácter déspota muy parecido al de doña Carmen Polo de Franco. Tan caprichosa como ella, tan engreída como ella ya que todos sus deseos tenían que hacerse realidad. Contaba con una legión de pajes, doncellas, bedeles y guardaespaldas a su entera disposición pues como Grande de España se creía más divina que humana.  No solo fue madrina de las causas benéficas sino también de la Guardia Civil y el Ejército Español que, al fin y al cabo, son los máximos valedores de la monarquía borbónica.   Y en el colmo mantenida con un sueldo a cargo de los presupuestos generales del reino, es decir, pagado por los súbditos españoles.  A ver quién le explica esto a aquellos obreros y trabajadores que se levantan a las 5 de la mañana para cumplir sus labores diarias y que con sus impuestos financian la vagabundería borbónica.  Pero la familia Real está protegida constitucionalmente por los partidos mayoritarios PP-PSOE, Cs, VOX e, igualmente, Podemos -que ya es casta, y goza de la más completa inmunidad.  La Infanta doña Pilar, desde luego, que hubiera sido la reina que necesitaba España; agresiva, autoritaria y mandona habría aplicado la disciplina draconiana y la mano dura de una caudilla o generala para poner firmes a sus súbditos y no el blandengue de don Juan Carlos I, más dedicado a la bohemia y la dolce vita con su harén de barraganas. No por casualidad las revistas del corazón cada año baten récord de ventas con sus publicaciones donde la aristocracia y la Familia Real son las estrellas más brillantes del firmamento.

La gloriosa Infanta estaba destinada a casarse con el rey Balduino de Bélgica, pues así lo había decidido su padre don Juan, pero al final quien le robó el corazón fue su celestina la beata Fabiola de Mora Y Aragón. Así que tuvo que conformarse con el premio de consolación: el plebeyo don Luis Gómez-Acebo, Vizconde de la Torre (título que recibió días antes del enlace para intentar integrarlo -por vía de urgencia- en la aristocracia) con quien se casó y tuvo 5 hijos. De ahí que se haya visto obligada a renunciar a sus derechos de sucesión al tratarse de un matrimonio morganático al carecer el marido de rancio abolengo o sangre azul.

Su Alteza Real nunca trabajo, ¿para qué?, que trabajen los lacayos que ella está ocupada en asuntos más trascendentales como el redimir a la humanidad desvalida. Desde luego que hay que reconocer sus méritos pues se empeñó en seguir la senda de la madre Teresa de Calcuta dedicándose de cuerpo y alma a ayudar al prójimo y a las causas sociales. Emporio filantrópico fundado junto a su eminentísimo esposo don Luis Gómez-Acebo, duque de Badajoz (título que le regalo su padre don Juan) prestigioso inversionista y uno de los más grandes ejecutivos a nivel mundial (según se destaca en su biografía)

Pero su Alteza Real se destacó también como comisionista en turbios negocios inmobiliarios ¿tal vez aconsejada por su hermano el rey emérito don Juan Carlos I? Igualmente, apasionada por las corridas de toros en las que no ocultaba sus instintos sadomasoquistas pues le producía un inmenso placer observar cómo se desangraban los morlacos en el albero. Esta grácil amazona y dirigente del Comité Olímpico Internacional era muy directa y nada hipócrita ya que no disimulaba sus simpatías con la derecha más recalcitrante, y, por ende, fiel defensora de la unidad de España; enérgicamente condenaba como ninguna el separatismo catalán o vasco que definía como una “peligrosa plaga de terroristas que querían destruir la sagrada unidad del reino de España”.   Como matriarca de la saga de los Gómez Acebo se distinguió como la máxima defensora de la institución monárquica (Y no podía ser de otra manera pues se aprovechaba de estos privilegios cobrando jugosas comisiones de la Marca España)

Desgraciadamente los periodistas descubrieron en el año 2016 que su nombre aparecía en los “Papeles de Panamá” donde durante 40 años tuvo una empresa radicada en ese paraíso fiscal y se había beneficiado de la exención de impuestos. Algo que por activa y por pasiva negó diciendo que se trataba de una “confabulación de los enemigos de la monarquía”. ¡Ella cumplió fielmente con sus obligaciones tributarias en España! Por lo tanto, estaba también inmersa en las corruptelas, malversación y fraude fiscal -Algo muy parecido a lo que sucedió con Iñaki Urdangarín y su instituto Nóos. ¡que paguen los súbditos y lacayos que ella necesitaba esos millones para salvar a la niñez desamparada! Incluso en los actos oficiales la muy descarada gritaba alto y fuerte ¡Viva España! Amor patrio que le enseñó su padre el inolvidable don Juan.  Siempre se manifestó solidaria con Iñaki Urdangarín, fundador del Instituto Nóos y condenado por malversación, prevaricación y fraude a la administración, delitos fiscales y trafico de influencias.  Seguramente también ella fue cómplice de sus fechorías, pero los jueces (por órdenes emitidas desde altas instancias) no quisieron investigar sus implicaciones en esta trama. Recordemos que el finado duque de Badajoz, brillante impulsor de negocios inmobiliarios con la Comercializadora Peninsular de Viviendas que, a su fallecimiento continuó con la saga familiar, está acusada del delito de estafa a más de 2.000 familias madrileñas. El monarca y sus hermanas cobraron 2.7 millones de euros repartidos en partes iguales, mientras los Gómez-Acebo se embolsaron una increíble comisión de 1.5 millones de euros.

Fundadora de la ONG “Nuevo Futuro” para la protección de la infancia y la adolescencia. (sin duda alguna inspiradora del delincuente Iñaki Urdangarín) Siempre lista a prestar un servicio “desinteresado” a la comunidad. Al fin y al cabo, su filosofía “humanista” -igual que la del instituto Nóos- promovía la caridad (farsa de la aristocracia para lavar sus conciencias) como un gran negocio.  Lo primordial es que se sigan reproduciendo las desigualdades- postulado que asumían sin mayores reparos los muy perversos “filántropos”. La ONG Nuevo Futuro, que se constituyó sin fines de lucro, pero genera inmensos beneficios monetarios y recibe millonarias subvenciones públicas (evidentemente conseguidas gracias a la influencia de la Casa Real) además de jugosas donaciones de grandes empresas y multinacionales. Esta organización filántropo-mafiosa se encuentra entre la espada y la pared pues debe afrontar un juicio por explotación de sus empleados. Menos mal que los súbditos españoles son bastantes tolerantes con las tropelías de estos zánganos y parásitos o de lo contrario la institución monárquica ya habría fenecido.

Carlos de Urabá 2020.

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