Un balcón, y otras intoxicaciones

¿LD? ¿LDV? ¿DV? No sabemos, y no debe de ser fácil averiguarlo hoy.

Lo que sí sabemos es que alguien que pasaba arrancó —no sin esfuerzo, reconozcámoselo— un trozo del balcón. Siguió caminando y a los veinte metros se dijo “no me sirve para nada, ¿para qué lo quiero?”, y lo tiró.

Hay mucha gente así. No digo que haga eso mismo, sino que actúa socialmente con la misma desaprensión (véase esta palabra).

Para comprobarlo no hace falta otra cosa que mirar los resultados de las elecciones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *