Gatillo Fácil en La Plata: justicia por Maxi Campos

En estos días se cumplieron 2 años y medio del asesinato de Maxi Campos a manos del policía local Armando Fabián Bonome, en un hecho ocurrido en el barrio San Carlos el 18 de agosto de 2017. La causa la instruye la fiscal Ana Medina, que jamás llamó a declarar al policía que ante un hecho menor como una resistencia a la autoridad fusiló a Maxi de un disparo en el tórax.

Maximiliano Ariel Campos tenía 25 años. Le decían “Toia” y era uno de los hijos mayores de una familia numerosa de gente trabajadora. Había tenido algunas malas experiencias con la Policía, que siempre lo paraba, lo revisaba y lo hostigaba y hasta lo llevaban demorado a la Comisaría 14, conocida como La Unión, del barrio San Carlos. Sin embargo seguía adelante y estaba haciendo algunas changas para colaborar con la familia. La madrugada del 18 de agosto de 2017 Maxi estaba en su casa, vestido con un overol de jean de trabajo. Llegó Facundo, su amigo y ex compañero de su hermana, y salieron a la esquina a fumar. Entre las 6 y media y las 7 de la mañana algún vecino llamó al 911 denunciando a dos sospechosos en el barrio. Así se dio aviso a la patrulla N° 125 de la Policía Local que ocupaban los agentes Armando Fabián Bonome y Milagros Bunger, a quienes acompañaba la agente caminante Jennifer Beltrán.

Al divisar la llegada del patrullero a la esquina de 35 y 131 Maxi y su amigo supieron que iba a haber problemas. Por eso se levantaron y comenzaron a caminar hacia la casa de la familia Campos, ubicada justo en la esquina de 35 y 132. El policía Bonome se bajó y los quiso identificar, a lo que los chicos se resistieron. Entonces las oficiales Bunger y Beltrán intentaron retener al amigo de Maxi, que se soltó y siguió caminando hacia la esquina de 132. Entonces salió de la casa una de las hermanas de Maxi, que llamó a su hermano para que viniera y fue testigo del accionar del policía, que sin mediar palabras le disparó a Maxi en el tórax. La joven le reclamó cómo iba a disparar así, además porque en la vereda estaba el otro hermano de Maxi de 13 años. Mal herido Maxi se metió en su casa y comenzó a retorcerse en el piso de dolor. El disparo ingresó 35 cm por debajo del hombro derecho y salió en el tórax posterior 33 cm por debajo del hombro izquierdo. Eso demuestra que Maxi estaba en una posición lateral a la línea de fuego, como huyendo y mirando hacia atrás, y no enfrentando al policía. En el recorrido la bala le quebró una costilla, le perforó un pulmón, el hígado y la vena cava. El amigo de Maxi quiso entrar a la misma casa, pero al encontrar la puerta cerrada optó por meterse en la casa por el fondo saltando una pared lateral. Allí vio el revuelo que había en la casa de los Campos y decidió saltar hacia el fondo de una vecina y retirarse. La familia sacó a Maxi a la calle y cuando llegó la ambulancia lo subieron y lo llevaron al Hospital San Martín. Maxi murió poco después por la hemorragia que le produzco el disparo.

En sus declaraciones testimoniales ente la fiscal, la oficiales Bunger y Beltrán alegan que Maxi sacó un arma y apuntó a Bonome, que le respondió con un disparo en el pecho. Agregaron que Facundo lesionó a Bunger y le robó el Handy policial. Sin embargo hay diferencias entre los dichos de estas policías sobre a secuencia de los hechos y sobre la posición de los 3 policías y los 2 chicos al momento del disparo policial. Como parte de las pericias realizadas en la zona se encontraron dos armas de fuego viejas en el techo de la vecina que vive al lado de la casa de los Campos. Pero la familia y el joven amigo de Maxi insisten que ellos no estaban armados y solo tenían una pipa realizada con un pedazo de caño. Además no se explica cómo si la casa de los Campos fue allanada y no se encontraron armas, ni cómo la supuesta arma que le atribuyen a Maxi aparecería en los techos vecinos si su hermana lo revisó y no lo vio armado, y Maxi no tuvo contacto con su amigo tras ser baleado como para determinar un descarte por esa vía.

Desde el Colectivo Contra el Gatillo Fácil acompañamos a la familia Campos en esta lucha y logramos constituir en la causa a la mamá de Maxi, Zunilda, como particular damnificada con representación de Pía Garralda, de Apel-PO. Por eso vamos a pedir el llamado a indagatoria del policía, que jamás fue requerido por la fiscal Medina. Sabemos que en estas investigaciones peleamos contra las viejas mañas de La Bonaerense S.A.: los primeros pasos de la instrucción del expediente, con la versión policial exculpatoria incluida, la hizo la Subcomisaría La Unión de San Carlos, la misma que perseguía y hostigaba a Maxi. En el acta de procedimiento el Comisario Ariel Wilchen, cuestionado por cobrar servicios adicionales Polad en el hospital de Olmos y no garantizarlos, dio calificación al hecho como “Robo, atentado, resistencia a la autoridad, lesiones y abuso de armas”.  Los policías pusieron como víctimas a Bunger y Bonome y a Maxi como detenido, cuando ya estaba fallecido.

Desde nuestra querella vamos a insistir contra todas las contradicciones que tiene la versión policial de lo ocurrido y vamos a sostener la versión de la familia de que Maxi fue fusilado públicamente por el policía Bonome con un disparo desmedido, irracional y abusivo, realizado en forma frontal a la víctima, cuando esta se dio vuelta, a corta distancia, en presencia de sus familiares, uno de ellos menor de edad, y que tras ello continuó la persecución de la persona herida que se retiraba buscando resguardo en su domicilio.

JUSTICIA POR MAXIMILIANO “TOIA” CAMPOS.

BASTA DE GATILLO FÁCIL.

SI ES INSTITUCIONAL NO ES VIOLENCIA, ES REPRESIÓN ESTATAL.

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