Hace 13 años mataban al compañero Carlos Fuentealba. No es una recordación. No es una conmemoración. No es una efeméride. Es la constancia de una lucha que además de ser plenamente vigente, se presenta en condiciones igualmente duras. Y es que los gobiernos populares vuelven a la carga con las mismas recetas de desmantelamiento de la Escuela Pública. La propaganda gubernamental no alcanza para tapar lo que se vive en carne propia: miles de docentes pobres, superexplotados, en escuelas con carencias de todo tipo, frente a niños y jóvenes que reflejan la destrucción de las condiciones de vida del Pueblo. Son esas las razones que llevaron a Carlos a la ruta y son esas mismas las que hoy debemos enfrentar.
Su asesino Darío Poblete, un matapueblo pago por el Estado como los que hoy vemos por todos lados “cuidándonos” de la pandemia, gozó de la impunidad del sistema desde un primer momento. Jueces y fiscales pretendieron una imputación por “homicidio simple” (25 años máximo). A ello le sucedieron privilegios propios de verdugos como los que titularon los diarios:
“Neuquén: denuncian que el asesino de Fuentealba realiza requisas junto a penitenciarios”
“Neuquén: aseguran haber visto al asesino de Fuentealba por las calles
La Asociación Trabajadores de la Educación de esa provincia (ATEN) denunció que el ex policía Darío Poblete, condenado a perpetua por asesinar al docente en 2007, fue hallado caminando por la capital provincial“.
“Poblete, condenado por matar a Fuentealba, sale a estudiar en una escuela pública
Lo autorizó una jueza sin oposición de la fiscalía. Lleva 12 años preso. Repudio del gremio docente.”
La impunidad otorgada al ejecutor se magnificó en su responsable político, el ex gobernador Jorge Sobisch, liberado de culpa y cargo por esa justicia que sólo sirve a los opresores. Sin embargo, y hasta donde dieron las fuerzas, la justicia del Pueblo no se hizo esperar en la acción directa.
“A 24 horas de la represión a los docentes Salteños y Neuquinos, un grupo de compañeros docentes, estudiantes y militantes de la UADH , escracharon la sede rosarina del “Movimiento Provincias Unidas”, una asociación ilícita fundamentalmente constituida por el partido de Sobisch y la UCD , con Castellani a la cabeza.
El fusilamiento de luchadores no puede dejar de ser respondido con la mayor firmeza y rapidez, independientemente de que se continúe la lucha por todos los medios en el tiempo venidero y cada vez más.”