“El mbya puro nunca ha maltratado a las mujeres”

El femicidio de María Solange Diniz Rabela (22) sacudió a toda la provincia el último fin de semana, pero también generó un cimbronazo puertas adentro de las comunidades guaraníes dado que se trata del primer caso en su tipo en registrarse oficialmente en el seno de una población originaria en Misiones.

El cuerpo de María Solange estaba semienterrado e incinerado.

22/04/2020

Es que Diniz Rabela no era parte de la comunidad, recién hace siete meses había comenzado a convivir con Marcelo Núñez (36), su pareja y además cacique de la aldea, quien ahora se encuentra detenido y sospechado, nada más y nada menos, que de asesinar a su concubina, un delito hasta ahora nunca antes registrado dentro de una comunidad aborigen de Misiones, lo cual obliga a repensar la cuestión y reflexionar sobre ella.

Casos de familias “mestizadas” -tal ellos mismos definen- como el Diniz Rabela son cada vez más comunes dentro de las más de 120 comunidades aborígenes que están asentadas en la provincia, lo cual acarrea procesos cada vez más acelerados y profundos en cuanto al intercambio de culturas y es dentro de ese camino que también se empiezan a repensar cuestiones referidas a la violencia, al género y a la justicia.

En la víspera, El Territorio reflexionó sobre todas estas cuestiones junto a Karaí Javier Villalba, miembro de la comunidad mbya guaraní Perutí, ubicada en El Alcázar y conocida como una de las más grandes de la provincia.

Villalba vive en Purutí, trabaja en la secretaría de agricultura familiar de la Nación y además es becario del programa Pequeñas Donaciones de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) desde el 2018, labor que lo llevó a transformarse en un referente de las cuestiones indígenas no sólo en la provincia, sino también a nivel nacional.

En diálogo con este matutino expresó que lo sucedido en la aldea Taruma Poty le provocó un gran dolor y consideró que, en caso de confirmarse la autoría, el sospechoso debería recibir “todo el peso de la ley”, a la vez que sostuvo que “no todo el pueblo mbya guaraní es así”.

“Esto tomó repercusión nacional y mucha gente me llamó para comentarme de la situación del muchacho que mató a la señora. Muchos hermanos vieron que por culpa de uno siempre está mal visto todo el pueblo mbya guaraní”, señaló Villalba al comienzo de la charla.

Y continuó: “El mbya puro nunca ha maltratado a las mujeres a lo largo de la historia. Ahora hay mucha mezcla en las comunidades, casi no hay más comunidades indígenas que no estén mezcladas con criollos. Es una particularidad de ahora y sobre la violencia es algo que lo reflexionamos con las autoridades”.

No a la violencia e igualdad

En este contexto, aseguró que en muchas aldeas ya se trabaja en forma conjunta entre los caciques y el personal sanitario en contra de las situaciones de violencia dentro de las comunidades, especialmente en perjuicio de mujeres y/o niños.

Villalba puso como ejemplo a su pareja, que es integrante de la misma aldea y se desempeña como agente sanitario, labor mediante la cual genera estrechas relaciones junto a las distintas familias.

“Mi señora armó su grupo de trabajo con las mujeres dentro de la comunidad pero juntamente con el cacique y de esa manera hay mucha violencia que se viene parando. En algunos casos se interviene con la Policía porque muchas veces el machismo tiende a eso, a que si uno hace una macana una vez, lo quiere hacer otra vez porque nadie actúa sobre él y se siente superior. Nosotros hemos pasado y hemos vistos mucha violencia dentro de las casas de nuestros vecinos o de nuestros hermanos y siempre nos callamos. Hoy eso ya es distinto”, aseguró el becario de la ONU, dando cuenta así de los cambios de paradigma que se atraviesan hoy en día dentro de las comunidades sin que nadie lo advierta.

Respecto de estas labores, Villalba profundizó en cómo se trabaja para erradicar situaciones de violencia o de desigualdad dentro de la comunidad. “Por más mínimo que sea el reto o la desigualdad dentro del hogar contra la mujer, mi señora trata de hablarlo dentro de la comunidad con las mujeres y organizarse. Todos tienen el mismo derecho, tanto el hombre como la mujer”, afirmó.

Y al mismo tiempo de reconocer la igualdad de género, interpeló también sobre el reconocimiento dentro de las parejas en las comunidades.

“Para nosotros la palabra género nunca existió. No sé de su valor. Nosotros cuando nos casamos decimos que es nuestra compañera y las mujeres nos dicen compañeros. Eso es distinto a ser esposo o esposa, eso es como que tiene un sentido de propiedad. Acá no hay eso. Entre mujer y hombre son compañeros y de igual manera se trata en todos lados. De esa manera nos vemos y nos reconocemos”, se explayó.

El entrevistado también mencionó los casos de violación que existen dentro de las comunidades, los cuales muchas veces pretenden ser ocultados o que no trasciendan hacia afuera. “Hay varios casos que la mayoría quiere tapar y que después uno se olvide. Entonces por eso en todos lados se dice que es una costumbre mbya. Tal vez en algún momento no hubo tanta incidencia del hombre blanco con esas leyes, pero hoy en día ya estamos adaptados y tenemos que cumplir con muchas pautas que también hacen que nuestras aldeas sean más saludables”, indicó.

La Justicia

Villalba también explicó que en medio de todo el proceso de mestización y de mayor apertura hacia el exterior entienden que algunos hechos además de ser juzgados por la propia comunidad también deben ser sometidos a la Justicia blanca.

“Dentro de la aldea, por ejemplo, el robo de gallinas, como en toda sociedad, es un delito, una infracción. En nuestras comunidades nuestra costumbre no es sancionar sino buscar a esa persona para que no lo haga más. Es nuestra manera de hacer correcciones a los que hacen malas cosas pero al haber mucha mezcla con blancos o criollos ahí ya es otro tema, ahí tenemos que meter un sistema que no es el nuestro. El que está dentro de nuestra comunidad como criollo también tiene sus derechos y eso el indígena lo entiende muy bien”, agregó.

Y explicó: “En ese punto se tienen que cumplir las dos partes. Primero la parte de las autoridades dentro de la comunidad y, si es un delito más grave, como en este caso -por el femicidio de Diniz Rabela- o en las violaciones o maltrato de niños, hoy se tiene que arreglar de otra manera porque si no esto va a seguir y también será una pandemia”.

En este punto de la conversación, Villalba destacó el accionar del cacique de la aldea Pai Antonio Martínez de Fracrán, que no puso ninguna resistencia al procedimiento policial que culminó con la detención de Núñez, el cacique de Taruma Poty sospechado del femicidio de Diniz Rabela.

“Antiguamente estas cuestiones se podían arreglar dentro de la comunidad. Mi abuelo me contaba que estas cosas se resolvían con la muerte y no había discusión, pero hoy con los cambios, con los convenios y las nuevas reglamentaciones, todo eso hace que paremos y nos pongamos a pensar en cómo trabajamos ese tema de la justicia. Creo que está bastante acertado el proceso que se hace en casos de este tipo y también en el de violaciones”, destacó.

Por último, Villalba, como referente de la comunidades aborígenes que hoy alcanzan una población que oscila entre los 10.000 y los 11.000 en toda la provincia, aseguró que “toda la sociedad tiene que saber que ya no estamos más aislados como antes. La sociedad tiene que saber que más allá de los derechos que están establecidos en la constitución nacional y en los convenios internacionales por el derecho indígena, también somos argentinos. Ese ‘ser argentino’ y tener DNI te obliga a cumplir con un montón de funciones y también te obliga a que si vos te portaste mal ante la sociedad tengas que responder por esa cuestión. Esto fue terrible, pero tenemos que seguir luchando por la integración”.

El detenido aún sin defensor

En la víspera, y por segunda vez en dos días, el cacique Marcelo Núñez (36) fue trasladado al Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente. Según pudo establecer este medio con diferentes fuentes, el hombre designó un abogado defensor particular, pero el letrado aún no definió si va a aceptar el caso. Trascendió que deberá analizar el expediente y podría definir su participación o no en la jornada de hoy. Las mismas fuentes señalaron que el hombre tenía intenciones de declarar y que incluso lo hizo, pero ayer no trascendieron precisiones al respecto. Se detalló que más allá de la indagatoria, el proceso se verá condicionado por la feria extraordinaria a la hora de la citación de testigos y trámites de rigor.

Fuente: https://www.elterritorio.com.ar/hemos-pasado-violencia-que-siempre-callamos-pero-hoy-ya-es-distinto-66448-et

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