Comunidades indígenas de diversos estados de México han cerrado sus fronteras a foráneos, salvo para el personal de salud. Esto explica el poco impacto que ha tenido la pandemia dentro de las poblaciones indígenas mexicanas, en comparación con la situación de otros países.
24/04/2020
Desde que la pandemia del coronavirus alcanzó a los países de América Latina, una de las poblaciones que se ha percibido como las más vulnerables han sido las comunidades indígenas. En sentido en México, uno de los países de la región con más diversidad y cantidad de población originaria, las comunidades han empezado a organizarse para evitar la expansión del virus.
En los últimos días se reportó que distintos grupos indígenas mayas, zapotecas, y purépechas de los estados de Oaxaca, Guerrero, Morelos, Veracruz, Sinaloa, Michoacán y Quintana Roo han restringido el acceso a sus territorios. Esto a pesar de que el Gobierno Federal de México no ha cerrado las fronteras internas del país.
La consecuencia inmediata ha sido clara. Pese a su alto porcentaje de población indígena, en México estos se han visto muy poco impactados por el virus, a diferencia de otros países como Brasil, Colombia o Ecuador. Solo 8 indígenas mexicanos se han reportado como positivo, de los más de 11 mil que tiene el país y ninguno con consecuencias mortales.
“En las zonas rurales la gente es más obediente y disciplinada y entiende las consecuencias. En el campo trabajan para uno mismo, para su familia y para la comunidad. Saben que la comunidad se puede enfermar y que los centros de salud están muy lejos por eso se saben cuidar”, explicó esta semana Gisela Lara Saldaña, coordinadora del programa del Seguro Social (IMSS) de México.
En medio de esta crisis, los pueblos indígenas mexicanos se han visto obligados incluso a modificar determinados hábitos tradicionales. Un ejemplo son los cambios de los procesos mortuorios y de velatorio que han tenido que hacer las comunidades indígenas de Chiapas.
En esta región, ubicada al sureste de México y con mayoría étnica maya, tras el fallecimiento de un familiar la casa suele estar disponible para ser visitada con el difunto en ella durante tres días. Sin embargo, debido a las medidas de distanciamiento social, estas ceremonias han tenido que recortarse a simplemente el entierro.
En México, ante la tardía reacción de la administración liderada por el presidente Andrés M. López Obrador, los grupos indígenas han tomado autónomamente la iniciativa de proteger sus territorios. Algo que lamentablemente, no se ha replicado en todos los países de América Latina.