“No somos un grupo paramilitar, la prensa y el Estado nos siguen criminalizando”

Ariel Fabián es uno de los fundadores de la Guardia Comunitaria “Washek” Wichi del Chaco, una organización indígena que nació debido a la persistente opresión. Cansados de las operaciones mediáticas y del olvido estatal, rompieron el silencio en una imprescindible charla con Conclusión.

10/05/2020

“Olhamel Ta Ohapehen wichi” (Nosotros los Wichi)

Caminan erguidos, con la dignidad y la memoria como estandartes inquebrantables, así se sostienen aquellos que siguen sufriendo el invisible látigo de un Estado que jamás resarcirá el daño irreversible que ha originado. Se organizan, resisten, avanzan, no miran hacia atrás, aquella tierra regada con sangre debe ser regenerada, ya que así la soñaron los antiguos.

Aquella invasión al Gran Chaco, todavía resuena en los corazones de los pueblos preexistentes al Estado que lejos de doblegarse, siguen gritando su dolor buscando hacer temblar los cimientos de un cerco informativo que desde aquel entonces, siempre buscó invisibilizarlos y criminalizarlos.

Aquellas actividades pesqueras, de caza y recolección que sostenían la autodeterminación, mutaron de manera abrupta apuntaladas por el desmonte, la exclusión y la transformación de aquellas manos libres, en la esclavista excusa de un progreso que los detesta. Empujados a la servidumbre, muchos de ellos se vieron obligados a migrar, cuando el desmonte le abría paso a un modelo sojero que terminaría de esmerilar su cotidianeidad.

En ese marco, el de la marginalidad y el ostracismo, los pueblos indígenas siguen luchando por conservar su identidad, aquella que fue profanada a través de la imposición de una nueva cultura que llegaría para tratar de hacer fenecer el tesoro más grande, la memoria ancestral. Pero claro, cada levantamiento, cada alarido que pueda provenir del vientre del monte, buscará ser rápidamente desarticulado por los esbirros tanto del poder estatal, como del privado.

Los pueblos originarios deben batallar con aquellos que le han marcado una hoja de ruta tan deshumanizante como incomprensible. En ese vaivén opresivo, el rol de los medios de comunicación juega un papel preponderante a la hora de tergiversar la información y sembrar el odio racial, tanto que en muchas oportunidades, suelen oficiar de puente para futuras represiones y violaciones a los derechos humanos básicos.

¡Excelsior! ¡Gloria a los ejércitos! El sol de mayo rompe los celajes luctuosos del Oriente, las banderas argentinas flamean en orden de parada con la majestad del orgullo y del triunfo, las armas heridas por el rayo de la luz lanzan vívidas chispas, como el pedernal golpeado por el hierro, el grito de la Civilización invade los aires, y los cañones de la Patria lanzan sus estampidos, anunciando la Victoria y la Conquista, desde el teatro colosal de la guerra.

Así celebraba Estanislao Zeballos, pocos meses más tarde, la conquista de la pampa (Campaña al desierto). Una conquista que, en la visión de este abogado y periodista rosarino nacido en 1854, suponía el triunfo conjunto del espíritu patriótico y de la “Civilización” liberal. Aquella pluma hegemónica, racista y colonial, sigue escribiendo, haciendo mella en aquellos receptores que aprendieron a ser fieles borregos de un poder económico que los manipula a través de sus esbirros maquillados de .

Nada ha cambiado de aquel entonces, de poco ha servido el genocidio programado para acabar con aquellos indígenas araucanos que cometieron el peor de los crímenes, ser libres en una tierra que después de ser despoblada, pocos se han animado a volver a poblar. La Campaña al Desierto no ha finalizado, se reproduce con un sinfín de rostros a lo largo y ancho de un país que, le resultó más cómodo tragarse el discurso nacionalista, que ponerse a reflexionar sobre el rol del Estado y su matriz terrorista.

Hemos considerado pertinente dejar fluir esas líneas con la clara intención de intentar graficar el poder con el cuentan los medios hegemónicos a la hora de moldear subjetividades. La construcción de la idea del , ha sido utilizada una y otra vez por aquellos que no tuvieron que esforzarse en absoluto para parecerse al que tanto se preocuparon en crear.

El 30 de enero del pasado año, por una orden de los caciques más importantes y respetados de la comunidad Sauzalito, se decidió por amplia mayoría crear la “Guardia Whasek”. La misma nace con el objetivo de la defensa indígena Wichi del Chaco, esta comunidad organizada en defensa de un territorio arrasado por el desmonte, el hambre, la persecución y el narcotráfico. Una organización que poco tiene que ver con un grupo paramilitar estatal como se esmeran en calificarla los discípulos de Estanislao Zeballos.

Por ello, y con intención de contar con la palabra en primera persona de uno de sus fundadores, Conclusión dialogó con Ariel Fabián. “Es muy importante para nosotros como comunidad, poder generar canales de información sinceros ante tan lamentable campaña de difamación que están llevando adelante distintos medios. Estamos ubicados en el Impenetrable chaqueño, a 600 km de Resistencia y 300 de Castelli, en un lugar inhóspito y atravesado por un sinfín de necesidades”.

– ¿Qué fue lo que empujó a la comunidad a crear la guardia comunitaria?

– Una de los puntos es claramente la enorme necesidad que tenemos de poder mostrarle al país en el olvido al que nos han sumido, y otra muy importante tiene que ver, con lo desprotegido que estamos en nuestro territorio que tiene 150.000 m2. Limitamos con Formosa y Salta, y el Estado provincial jamás se encargó de brindarnos la protección debida, cansados de los atropellos a los que veníamos siendo víctima, optamos por organizarnos.

-¿Quiénes integran la guardia Washek?

-La integran aquellos hermanos y hermanas wichi que provienen de distintas asociaciones indígenas, jóvenes y mujeres indígenas en acción junto a otras organizaciones que moran dentro de nuestro territorio. Aquello que siempre nos faltó hoy lo tenemos, y no se trata de otra cosa que personas que cuidan y velan por su patrimonio natural, como por ejemplo la madera, la que se llevan en cantidades, la caza de animalitos por deporte y la pesca furtiva entre otras cosas, fueron lo que nos impulsó a defendernos de las actividades predatorias y de aquellos que siempre nos violentaron.

-Imagino que más allá de la legítima necesidad de protegerse que tiene la comunidad, deben existir otras metas.

-Así es, la idea es poder reactivar nuestras tierras a través de la siembra dentro de nuestro territorio, fortalecer la carpintería con la creación de aberturas y activar nuevamente el tema de la miel que es tan buena en esta zona. Lamentablemente aún no contamos con los recursos para poder generar esas actividades dentro de la comunidad, pero si podemos decir que soñamos en poder vivir con nuestra propia economía.

-¿Manejan posibilidades concretas en torno a quiénes pueden colaborar con el financiamiento de las herramientas y las semillas?

– Esperamos contar con la colaboración de distintas organizaciones, ya que del Estado no esperamos nada, y esta no es una opinión antojadiza, basta con repasar la historia de nuestro pueblo para saber con quiénes podemos contar y con quién no. Otra cosa que podemos iniciar en el monte, es la carbonería, pero todo esto que te pude mencionar choca con las decisiones estatales, ya que se permite la explotación de nuestros recursos naturales para el afuera, pero no se nos permite llevar adelante las mismas actividades de manera autogestiva. Vamos a seguir exigiendo que respeten nuestros derechos, ya que somos los legítimos propietarios de las tierras, contamos con el título de propiedad.

-Circularon una serie de artículos periodísticos en donde los mismos los retrataban de peligrosos y violentos ¿qué hay de cierto en esas afirmaciones?

-Nada, quiénes nos conocen saben que somos personas que no acudimos a la violencia para imponernos. Como te comentaba, nuestro territorio es muy amplio y en el mismo circula el delito al cual tratamos de repeler como podemos. En el monte suelen refugiarse aquellos que trafican o cometen otros ilícitos, ésta es una de las cosas que nos obligó a constituirnos como guardia comunitaria para poder protegernos, ya que el Estado no hace absolutamente nada. Fuera de la ley está el narcotráfico, el contrabando, el desmonte, la droga, la trata de personas. Males que nos golpean desde hace décadas y que ya nos hemos cansado de denunciar, males que han llegado a sus oídos pero ellos siempre han hecho oídos sordos, mirando para otro lado.

-¿Considera usted que la manipulación mediática solo busca criminalizarlos?

-Sin duda alguna, buscan sembrar el odio, la rabia, es la montada del periodismo que quiere mostrarnos como peligrosos. No somos un grupo paramilitar, la prensa y el Estado nos siguen criminalizando, nuestro pueblo siempre ha sido un pueblo pacífico, un pueblo olvidado y hambreado a más no poder. Los funcionarios políticos ilustrados como se dice, desconocen los Tratados Internacionales que nos amparan, es mucha la gente que al día de hoy considera que como indígenas no poseemos derechos, cuando en realidad es todo lo contrario. Por decirles algunos, artículo 1 común a los pactos (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos-Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y culturales), artículos 3 y 4 de la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, solo para citar algunos de ellos.

-¿Qué postura ha tomado la prensa de la provincia del Chaco con respecto a la creación de la Guardia?

-No sabemos si por desconocimiento, o sencillamente por un odio direccionado por el poder, han avanzado en difamaciones que suelen ser recurrentes. Eso nos duele muchísimo, ya que lo único que hacemos en nuestro territorio, es defendernos del libre paso que tiene la delincuencia por estos lados. Tienen que saber que contamos con el derecho a la autodeterminación y a la autodefensa, es muy fácil hablar por otras bocas cuando lo que deberían hacer es llegarse al territorio, el cual nunca pisaron, para poder contemplar en carne propia que todo lo que afirman es falso.

– Basta con conocer el espinoso derrotero de los pueblos indígenas, para tener la certeza de que la Guardia Washek lejos está de ser un grupo paramilitar ¿Por qué cree que los han referenciado de esa manera?

-Consideramos que es parte de una campaña para fomentar el miedo y legitimar los atropellos que pueden llegar a sucederse. Vivimos en el monte, sostienen que estamos armados, eso es cierto, estamos armados de conciencia. Cabe decir que también hemos sido cuestionados por nuestra vestimenta, la misma se consigue muy fácilmente por acá, en lo particular la elegimos porque representa el color del monte ¿Sera que un uniforme puede espantar a quienes con ejércitos han masacrado a lo largo de la historia a nuestros hermanos indígenas en nombre de un Estado, que nunca nos incluyó como ciudadanos condenándonos a vivir y morir despojados, marginados y sin derechos? Que quede claro, nosotros no respondemos ni al gobierno provincial, ni a la justicia, somos una organización indígena que procuró defender su territorio de las permanentes violaciones, ejercemos nuestro legítimo derecho.

–Por último le pediría que nos acerque una reflexión en nombre de su pueblo.

– Solicitamos a quienes simpatizan con nuestra lucha, el máximo de acompañamiento y difusión en estos tiempos duros que vendrán, nos apoyaremos en ustedes para seguir firmes por este camino de defensa y reivindicación cultural y territorial. Señores representantes del pueblo chaqueño que nos acusan de ser violentos forajidos fuera de la ley, alguna vez se han indignado y pedido respuestas inmediatas a organismos y ministerios provinciales y nacionales al enterarse (no les decimos ver porque para eso tendrían que conocer nuestros territorios) como mueren nuestros niños de desnutrición o mala nutrición. Como morimos de chagas y tuberculosis. Como por una simple diarrea o fiebre, nuestros bebes mueren, al no tener una asistencia médica cercana. Como no tenemos acceso al agua potable. Como no tenemos acceso a una educación de calidad intercultural. Como para nosotros no existe la justicia. Como nos despojan de nuestros territorios, para hacer negocios empresariales. Como desmontan nuestros montes ancestrales. Ya que ahora nos ven, tenemos muchos para decirles y ustedes mucho por conocer.

Fuente: https://www.conclusion.com.ar/info-general/no-somos-un-grupo-paramilitar-la-prensa-y-el-estado-nos-siguen-criminalizando/05/2020/

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