Con más de cuatro mil casos confirmados de la Covid-19, la Nación Navajo, reserva indígena más grande de Estados Unidos, es hoy el primer foco de infectados per cápita de la pandemia en el país.
19/05/2020
Según medios locales, ese pueblo nativo-americano tiene una tasa de infección del nuevo coronavirus 10 veces más grande que la del estado de Arizona en su conjunto y registra hasta este lunes 170 muertes a causa de la enfermedad respiratoria provocada por el coronavirus SARS-Cov-2.
El número de contagios allí, en comparación con su población, supera a Nueva York y Nueva Jersey y podría ser incluso más elevada que el de países enteros.
Cuentan con sólo 12 centros de salud en los 71 mil kilómetros cuadrados de su territorio, donde apenas disponen para la emergencia con 13 camas en cuidados intensivos y 28 respiradores, reseñan reportes de prensa.
El rápido aumento de contagios ?se registraron 90 nuevos positivos a la enfermedad desde el sábado- enciende las alarmas en ese pueblo original del noreste de Arizona, partes de Nuevo México y Utah, que ha sido víctima del despojo de parte de sus tierras.
Los expertos en salud proyectaron que la Nación Navajo vería su pico de nuevos casos a mediados de mayo, publicó el diario Navajo Times.
En 2009 la variante H1N1 de la influenza A provocó muertes entre los integrantes de ese grupo poblacional en una proporción cuatro a cinco veces mayor que el resto de los ciudadanos estadounidenses.
Uno de los problemas principales de la Nación Navajo -donde viven más de 170 mil personas descendientes de ese pueblo originario- son los pocos fondos comunitarios y todavía espera por los demorados recursos de la ayuda aprobada por el Congreso de Estados Unidos.
Además, sus habitantes carecen de servicios básicos como el acceso al agua potable, el cual no conoce entre el 30-40 por ciento de su población, mientras el hacinamiento caracteriza a casi un tercio de los hogares navajos.
Al igual que comunidades de minorías étnicas como afroamericanos y latinos, los factores sociales desempeñan un papel decisivo a la hora de agravar la crisis de salud, advierten analistas.
A la reserva indígena más tóxica (alberga 521 minas de uranio abandonadas y más de mil 100 sitios de desechos radiactivos) -señalan- se le tiene allá, lejos, en la angustia de la pobreza y frente al genocidio mayor que puede significar esta pandemia.