La incidencia por el altísimo nivel de contagios por Covid-19 en las villas ha crecido a niveles exponenciales. Este incremento muestra con total impudicia y crudeza la precariedad estructural, que desde hace muchos años produce la pobreza, el desempleo, la precarización laboral y la falta de respuestas del Estado en todo aspecto pero fundamentalmente en cuanto a planes de vivienda para los sectores más humildes, urbanización, cloacas y otras soluciones que permitan acceder a las condiciones de salubridad necesarias, no sólo ante el coronavirus, sino ante decenas de enfermedades que por falta de condiciones mínimas de salubridad atacan a los más pobres.
La Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) expresa su profunda preocupación, a la vez que se suma a las denuncias por la grave violación a los derechos humanos expresada en esta falta de condiciones mínimas de subsistencia. Cientos de miles de personas no poseen agua potable y están a menos de 5 minutos de viaje de residencias que hasta cuentan con grandes piletas de natación. Como siempre dijimos: no existe el luchar contra la pobreza sin luchar contra la riqueza insultante de unos pocos.
Desde el inicio de la pandemia estaba claro que los primeros a quienes debía proteger el Estado, eran aquellos miles y miles de nuestro pueblo que viven en condiciones de hacinamiento con su salud fragilizada, en muchos casos por enfermedades erradicadas a mitad del siglo pasado como tuberculosis, dengue, etc. Hoy, más que nunca el Estado a través de los gobiernos, nacional, provincial y municipal, debe poner todos los recursos de manera inmediata para garantizar el derecho a la vida en los barrios populares.
No es el camino represivo el que va a llevar alivio y a la seguridad sanitaria necesaria para parar la pandemia en la Villa Azul, la Itatí, la Padre Mugica, la 31, la 1-11-14 y las cientos de villas que hay en el AMBA y otros lugares. No basta con el aislamiento a esas comunidades, hace meses que sabemos que es imposible defenderse del corona virus sin agua, sin comida, sin testeos, sin elementos de higiene y posibilidad de aislamiento dignos. Estas necesidades son DDHH elementales que hoy hacen a la supervivencia inmediata de cientos de miles de toda edad cuyas vidas corren peligro por el coronavirus y por el abandono sistemático del Estado.
Lo inmediato es urgente, pero no menos urgente es que el Estado emprenda ya el camino hacia las soluciones definitivas que lleven a condiciones de vida dignas para todos y todas, caso contrario esta pandemia, que seguramente pasará, va a transformarse en endémica en nuestros barrios populares, endémica como la desnutrición, el dengue, las enfermedades respiratorias y tantas otras que produce la miseria a la que se confina a gran parte de nuestro pueblo.
Desde la AEDD decimos: No a la normalización de la miseria que provoca la muerte de los pobres mientras los poderosos siguen enriqueciéndose.
Fuente: http://exdetenidosdesaparecidos.org/2020/05/28/1620-se-agrava-la-situacion-en-los-barrios-populares/