¿Quién paga la cuenta del coronavirus en América Latina y el Caribe?

El informe de Oxfam publicado a fines de julio de 2020 sostiene que la región de América Latina y el Caribe tendrá que afrontar una contracción del 9,4%, “una de las más severas en todo el planeta” a causa de la crisis por la pandemia por coronavirus. El eje: los sectores más vulnerables son quienes asumen el costo. Frente a las consecuencias económicas, sociales y sanitarias, la organización internacional Oxfam propone hacer frente a esta crisis con una serie de reformas que recaigan sobre quienes más tienen y menos han sufrido la pandemia. Entre otras acciones, abren el debate por un impuesto sobre el patrimonio neto de las personas más ricas con el que se podría recaudar al menos US$14260 millones, 50 veces más de lo que ahora se estaría recaudando sobre esta élite de grandes fortunas.

“¿Quién paga la cuenta? Gravar la riqueza para enfrenta la crisis de la COVID-19 en América Latina y el Caribe” se titula el nuevo informe de la organización intenacional sin fines de lucro, Oxfam que expone información estadística y análisis profundo para enriquecer el debate sobre el impuesto a las grandes fortunas que se está dando a nivel mundial para enfrentar la crisis global suscitada por la pandemia de covid19.

En Argentina el impuesto de emergencia a las grandes fortunas impusado por Máximo Kirchner y Carlos Heller fue avalado por el presidente Alberto Fernández el 5 de abril y hasta el día de la fecha no hay avances para su debate legislativo. Mientras tanto, es la clase trabajadora la que aporta produciendo, consumiendo y con el pago de impuestos la mayor parte de los recursos que sostienen a Argentina durante la pandemia; y a la vez son los y las trabajadoras desde profesionales de la salud hasta empleados de comercio quienes están más expuestos a ser víctimas de la pandemia.

Una región con dos realidades contrapuestas en América Latina y el Caribe

El informe Oxfam expone que en la región de AL y C cerca de la mitad de la población vive al día y la informalidad es la realidad del mercado del empleo. “La opción es exponerse al contagio o morir de hambre” resume y descibe que, para la gran mayoría de la ciudadanía, “los confinamientos han acabado por ahogar los magros ahorros o mostrado la vulnerabilidad de unos servicios públicos que no alcanzan a garantizar cobertura ni derechos”.

En pocas palabas, el informe expone que la crisis de coronavirus supera a las viejas desigualdades y es que antes de iniciarse la pandemia muestra que la región ya se encontraba en serias dificultades, con un escenario de bajo crecimiento, alta desigualdad, niveles de informalidad laboral entorno al 53% y, aproximadamente, 150 millones de personas trabajando en la informalidad.

El infome hace hincapié en la particular dimensión del costo de la crisis para las mujeres de la región. “Con una precariedad más profunda, las mujeres tenían una participación 25,9% menor que la de los hombres en el mercado laboral y un salario 17,0% más bajo por el mismo trabajo, y realizaban el 77,00% del trabajo no remunerado”

En cuanto al acceso a los servicios básicos, el informe señala que “el déficit de servicios básicos ya era crónico, con una de cada cinco personas viviendo en un tugurio, más de un tercio de las viviendas sin saneamiento básico, dos doctores y dos camas por cada mil habitantes y cerca de un tercio de la población sin acceso a servicios de salud por falta de recursos económicos”.

Las previsiones económicas arrojan que el costo de la pandemia alcanzaría a que “52 millones de personas caigan en la pobreza y 40 millones podrían perder sus empleos, un retroceso de 15 años para la región”.

El beneficio de la pandemia

En cambio, por otro lado Oxfam evidencia que ser extremadamente rico en ALyC “te convierte prácticamente en inmune a esta crisis económica” y advierte: “la COVID-19 no afecta a todos por igual, una élite se mantiene inmune al contagio de la crisis económica. Desde el principio de los confinamientos, hay 8 nuevos milmillonarios en América Latina y el Caribe, personas con un patrimonio superior a los milmillones de dólares. Las personas más ricas han aumentado su fortuna en US$48200 millones desde marzo 2020, lo que equivale a un tercio del total de los paquetes de estímulo de todos los países de la región”.

Durante las últimas décadas se han venido desmantelando los esquemas de impuestos a las grandes fortunas, hasta el punto de que en la actualidad el informe expone que tan solo tres países cuentan con un impuesto al patrimonio: Argentina, Colombia y Uruguay. Únicamente los diferentes impuestos a la propiedad han ido tomando peso recientemente, mientras los gravámenes sobre las rentas de capital son escasos o y sobre las herencias prácticamente inexistentes.El resultado es que en AL y C el 10% más rico de la población apenas paga un tipo efectivo del 4,8% sobre sus ingresos. Con el diseño actual de impuesto al patrimonio, la organización señala que en el mejor de los casos, se recaudaría en total un máximo de US$ 281 millones de los 6 mil millonarios de la región mientras que, entre otros, con un impuesto sobre el patrimonio neto de las personas más ricas se podría recaudar al menos US$ 14 260 millones.

En cuanto a la situación de sobre endeudamiento de la mayoría de los países de la región, el informe asegura que las nuevas fuentes de financiación y el alivio de las deudas tendrán una importancia esencial para enfrentarla. En este sentido el informe apunta que “la llegada de la COVID-19, con su efecto depresor sobre la economía, plantea grandes necesidades de financiación en la cual la deuda externa deberá jugar un papel determinante. La realidad es que el conjunto de la región se enfrenta a esta crisis con un margen fiscal limitado” por lo que sostiene que “será esencial negociar una suspensión inicial (deseablemente, una cancelación completa de pagos) de la deuda, de los años 2020 a 2022”.

Oxfam progama que esos recursos liberados gracias a una suspensión de las responsabilidades del pago de la deuda deberían ser canalizados hacia los sistemas públicos de salud —desfinanciados históricamente y que hoy se encuentran bajo una extrema presión—y al financiamiento de líneas de apoyo para los sectores sociales más impactados y para las entidades que realizan actividades productivas con mayor impacto social, como las micro, pequeñas y medianas empresas,que generan cerca del 67% del empleo en la región”.

Ante la crisis social, reformas fiscales de urgencia

Desde Oxfam insisten en que el costo de la recuperación económica “debe recaer principalmente sobre quienes menos han sufrido la crisis, en los sectores infragravados en el pasado debido a las deficiencias del sistema fiscal internacional o en quienes incluso han visto como sus beneficios han aumentado de forma inesperada” y afirman que “son medidas con carácter progresivo y sin efecto distorsionador sobre el crecimiento o la actividad económica”.

La riqueza ha quedado prácticamente desfiscalizada en AlyC. Los niveles de recaudación son absolutamente marginales sobre el conjunto de ingresos públicos. Oxfam ha estimado que la caída de ingresos para el conjunto de países representará al menos el 2% del PIB, unos US$113 391millones. “Las medidas de confinamiento y el gran parón de la actividad económica a nivel internacional también están resultando catastróficos para la recaudación tributaria, y enalgunos países, como Perú o Colombia, esto puede suponer una caída de casi un 30% de su recaudación anua”.

La principal medida que pantea Oxfam entre una batería de figuras tibutarias es el Impuesto extraordinario a las grandes fortunas, que está incluída dentro de las recomendaciones del FMI frente a la crisis, proponiéndola “a modo de ‘sobretasa solidaria’, como ya ha sucedido en otros momentos críticos históricos en el mundo. La propuesta de Oxfam se resume así:

Aplicar en todos los países de ALyC un impuesto sobre los patrimonios netos a partir de US$ 1 millón y con la primera vivienda exenta hasta US$300000. Con carácter progresivo, se aplicarían los siguientes tipos marginales:

•2% para los patrimonios netos entre 1 y 50 millones de US$

•3% para los patrimonios netos entre 50 y 100 millones de US$

•3,5% para los patrimonios netos por encima de los 100 millones de US$

Otra medida que propone la organización Oxfam son paquetes de rescates públicos a grandes empresas que han visto su actividad casi totalmente paralizada o que han sufrido pérdidas considerables “para que accedan a programas de ayuda o a asistencia financiera con fondos públicos sean aquellas que contribuyen a generar valor y retorno social, de cara a futuro”.

Pero Oxfam reconoce que no todos los sectores empresarios sufrieron la crisis, y por el contrario hay tres que específicamente se beneficiaron y muesta el margen de beneficio: el sector e-commerce: +22%; sector tecnológicas: +36%; sector farmacéutico: +8%. Por este motivo Oxfam impulsa un Impuesto a los resultados extraordinarios de grandes corporaciones. “Sectores como el farmacéutico, el de las grandes cadenas de distribución y logística, el de las telecomunicaciones o la economía digitalizada viven periodos de alto rendimiento”.

Con los resultados publicados para el primer trimestre de 2020, el margen de beneficios de Visa ha crecido por encima del 50% y señala que el valor de MercadoLibre se ha disparado por encima del 60% entre enero y junio de este año. “Se trata de aplicar un “impuesto a los resultados extraordinarios por efecto de la pandemia”, que grave al 95% solamente el tramo deutilidades o resultados enteramente consecuencia de esta crisis. Son ingresos tributarios adicionales que podrían destinarse a mitigar el desplome de los recursos públicos y a apoyar la generación de empleo y actividad de las empresas más vulnerables o de los sectores de la economía informal”.

Además, Oxfam propone un impuesto digital que afectaría a empresas como Amazon o Netflix que ha duplicado sus ingresos durante la pandemia y que viven en una “anomalía fiscal” ya que el sistema fiscal internacional fue diseñado, hace ya casi cien años y los vacíos del sistema han permitido operar sin tributar prácticamente nada en los países dondegeneran sus ingresos. “Las soluciones que busca la comunidad internacional pueden tardar años en llegar, pero en el contexto actual, los países no pueden esperar. Los Estados deben proteger ahora sus bases tributarias y adoptar medidas inmediatas para gravar las grandes rentas generadas por las actividades digitales” sostiene Oxfam.

La última propuesta es reducir la carga tributaria de hogares empobrecidos ya que reconoce que “en un periodo de crisis en el que las familias han reducido o perdido sus fuentes de ingresos, no se les puede demandar más sacrificios a través de la tributación”. El sostenimiento fiscal recae de manera desproporcionada sobre las familias, especialmente mediante el consumo. “Del total de ingresos fiscales en ALyC, el 51% proviene de impuestos sobre bienes y consumos”. En resumen la organización sin fines de lucro propone

1) reducir a cero los impuestos al consumo deproductos de uso sanitario y canasta básica familiar;

2) suprimir los aranceles a laimportación de materiales sanitarios y medicamentos de primera necesidad;

3) elevar los tipos del IVA a bienes de lujo y,especialmente, a los bienes que suponen un impacto ambiental negativo.

Leer el informe completo en este enlace

Fuente: https://www.anred.org/2020/07/29/quien-paga-la-cuenta-del-coronavirus-en-america-latina-y-el-caribe/

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