El coronavirus profundizó las desigualdades para las mujeres indígenas y potenció las redes solidarias

En diálogo con Télam, académicas e investigadoras indígenas coincidieron en que la pandemia evidenció las situaciones de discriminación hacia las mujeres originarias en su rol de trabajadoras, madres y defensoras de tradiciones ancestrales.

Donde se profundizan las desigualdades también “se consolidan las redes de solidaridad entre mujeres originarias”.

05/09/2020

La pandemia por coronavirus evidenció las situaciones de discriminación hacia las mujeres originarias en su rol de trabajadoras, madres y defensoras de tradiciones ancestrales, coincidieron académicas e investigadoras indígenas.

Las profesionales analizaron la situación en el contexto del Día Internacional de la Mujer Indígena, que se conmemora cada 5 de septiembre en homenaje a Bartolina Sisa, heroína de origen aymara y luchadora por los pueblos originarios, asesinada en 1782 por las fuerzas españolas.

“Durante la pandemia se ha intensificado la responsabilidad que las mujeres tienen sobre la crianza de los hijos, la alimentación, el amamantar, las tareas escolares y, en este contexto, en las ciudades se vuelve imposible no sólo poder continuar con la elaboración de las artesanías sino también venderlas”, contó a Télam Luciana Quispe, del equipo de investigación y extensión universitaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA), vinculado al trabajo con pueblos indígenas.

Ante esta realidad “muchas deben depender de planes sociales, de la tarjeta Alimentar o del IFE (Ingreso Familiar de Emergencia). A esto se suma una complejización y profundización de la discriminación, la estigmatización, la xenofobia, por ejemplo, sobre quienes cobran algún plan; si se merecen cobrar, si son ‘argentinas o extranjeras’”, detalló la integrante de la comunidad Qhapaj Ñan.

En los hospitales, sufren maltrato, discriminación, prejuicio sobre el cuidado de los hijos.

Además, se refirió a la importancia del trabajo artesano para las mujeres de una comunidad para “poder mantener formas tradicionales de elaborar artesanías, respetando nuestras prácticas ancestrales tradicionales” aunque muchas veces “estamos obligadas a tener un trabajo formal porque el modelo mundial que rige la sociedad nos obliga a eso”.

En la misma línea, sostuvo que se suman otras desigualdades por la que atraviesan como cuestiones étnicas o culturales y explicó que “la mayoría de personas con identidad indígena, con rostro indígena y, específicamente, las mujeres” no tienen “la posibilidad de acceder a trabajos ya sea de gestión pública o privada, aunque en algunos casos sea una elección no depender económicamente del Estado”.

“A nivel general podemos decir que ocurrió una paralización del empleo, sumado a una profundización de situaciones de racismo hacia integrantes de pueblos indígenas que están en las comunidades alejadas de las ciudades, resistiendo con miedo de ser desalojadas y sin agua potable en este contexto que hay que cumplir con protocolos de higiene”, resumió Quispe.

En tanto, Alfonsina Cantore, becaria doctoral de la UBA, cuyo trabajo se centra en mujeres Mbyá Guaraní de Misiones destacó que la población indígena presenta “mayores indicadores de pobreza que la media nacional. “Obviamente los efectos de la pandemia son muchos y algunos se van a dar a conocer más adelante”, añadió.

Cantore consideró que “en las mujeres de estas comunidades un efecto inmediato fue que se frenó la venta de artesanías que comercializan en ciudades turísticas como Iguazú o San Ignacio”.

Y dijo que la Asignación Universal por Hijo (AUH) fue “fundamental” para ellas porque “son pocas las guaraníes que se insertan en el mercado laboral con trabajos formales o quienes tienen ingresos estables como ser agentes sanitarias o, en menor medida, auxiliares bilingües en las escuelas”.

Por otra parte, Cantore, explicó que la opción de las comunidades Mbyá para llevar adelante las medidas de aislamiento fue frenar la entrada y salida de personas externas.

Por lo general son las mujeres quienes “salen más de las comunidades para la atención en el sistema público de salud de sus hijos o de sus embarazos”.

La situación de las artesanas “es crítica” aunque algunas recibieron ayuda alimentaria por parte del municipio o cobran el IFE.

Por su parte, Cecilia Benedetti, antropóloga e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), señaló que la producción artesanal, que es una fuente ingresos para muchas mujeres indígenas del país, se ve “tremendamente afectada por la pandemia” porque las ferias y otros espacios de venta están cerrados.

La antropóloga consideró que la situación de las artesanas “es crítica” aunque algunas recibieron ayuda alimentaria por parte del municipio o cobran el IFE pero “no alcanza porque no están teniendo trabajo”.

“La pandemia afecta profundizando las desigualdades que ya atravesaban, por ejemplo, en la precariedad de las tierras, la desigualdad en acceso a los recursos como el agua, indispensable para la prevención de la enfermedad”, detalló.

En cuanto al acceso a la salud, lo evaluó como “desigual” y “aunque la discriminación que viven las comunidades afecta también a hombres, las mujeres, en los hospitales, sufren maltrato, discriminación, prejuicio sobre el cuidado de los hijos e incluso problemas para comunicarse porque algunas no hablan el castellano”.

“Es un espacio hostil cuando debería ser un espacio de contención”, aseveró.

En este punto, Benedetti, no quiso dejar de destacar que ante las situaciones donde se profundizan las desigualdades también “se consolidan las redes de solidaridad entre mujeres originarias”.

La Asignación Universal por Hijo (AUH) fue “fundamental”.

Fuente: https://www.telam.com.ar/notas/202009/510447-mujeres-indigenas-casos-coronavirus.html

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