Barrio 17 de Septiembre: “la unión hace la fuerza y cuando hay un propósito de avanzar estamos todos unidos”

En charla con Carmen, vecina del barrio 17 de Septiembre en La Matanza, recorrimos la historia del asentamiento anteriormente denominado “1001”, donde la organización fue y es fundamental. El mito de que todas las personas en las tomas de tierras son delincuentes es algo que los medios masivos gustan fomentar, así como perpetuar la palabra usurpación. Al escuchar a una persona que relata la regeneración del tejido social, ese mito se cae.

Por Ernestina Arias.

“Invadir”, “usurpar”, las palabras más frecuentes escuchadas en los medios masivos de comunicación, desde que la recuperación de tierras se hizo visible hace dos meses en Guernica, al sur del conurbano. En este período, el discurso de los medios masivos exacerbó el cuidado de la propiedad privada y profundizó la estigmatización hacia las familias pobres que no sólo no tienen un lugar donde vivir, sino que carecen de recursos, de trabajo y de una forma de subsistir desde hace décadas que les garantice el acceso a la vivienda. Ese problema habitacional no resuelto por distintos y sucesivos gobiernos, sumado a las diversas crisis (económica, sanitaria) generó, aún en pandemia(1), una salida por parte de las mismas personas, que como, por ejemplo en Guernica, empezaron a usar los términos “recuperación” y “tierra para vivir”, que ciertamente parecen más que apropiados.

Las “tomas de tierras” no son un fenómeno nuevo (2), pero quizás sí es nuevo utilizar palabras como “recuperación”, porque resignifica la acción organizada de entrar a terrenos abandonados por años, totalmente ociosos, en algunos casos inmensos basurales a cielo abierto, en otros esperando la concreción de un proyecto que nunca llega, con los famosos carteles “aquí será una plaza” o “aquí será un espacio verde para recreación”. Ocupar la tierra del Estado es ilegal, y los medios masivos muestran el terrible crimen perpetrado por familias con chicos, niños y niñas calentando sus cuerpos al lado del fueguito de una olla popular, pero jamás emiten juicio cuando, negocios inmobiliarios de por medio, los barrios privados o countries no demuestran la posesión de las tierras, ni que paguen impuestos (3), ni tampoco están las cámaras cuando provocan desastres ecológicos en lagunas, humedales y ríos (4).

Así como están ausentes en horario “prime time” las responsabilidades del Estado en cuanto a soluciones para el problema habitacional, y la legalidad de privados sobre la posesión de las tierras, también estas ausentes las semblanzas de vidas anónimas que luchan para mejorar su futuro y el de los suyos.

Una de esas historias se ubica en el oeste del conurbano bonaerense, en el partido de La Matanza. Precisamente, sobre la Ruta 1001 y Echagüe, entre Rafael Castillo y González Catán, un predio que los funcionarios declaran propiedad de la empresa eléctrica Edenor y de la Municipalidad. En esas tierras recuperadas, alrededor de 60 familias se asentaron en 2017 durante días hasta que fueron desplazadas por efectivos, primero policiales y luego de Gendarmería. En la voz de una de sus protagonistas, hoy recuperamos el relato de cómo surge un barrio popular.

Historia de una lucha

“Mi nombre es Carmen, yo estoy en el asentamiento de ‘la 1001’ que ahora se llama Barrio 17 de septiembre”. Se percibe un dejo de orgullo por lo conseguido en la voz de Carmen. Luego de una larga conversación, podemos reconstruir un hilo de recuerdos de los comienzos del 17 de Septiembre, que denota organización en la construcción colectiva del barrio. “Estamos sobre la ruta 1001 y lindero al barrio El Dorado en González Catán. Hace tres años empezó todo, con la toma de los terrenos. Tuvimos a los tres meses el primer desalojo y a los ocho meses el segundo. El último desalojo fue el 18 de diciembre de 2018. En esa oportunidad la Gendarmería quemó las casitas que había una por una. Desde ese entonces nos propusimos continuar con la idea, ya que al sacar a las familias se convirtió en un basural más grande que el que había antes. Este lugar era un desarmadero de vehículos y todo lo que se robaba en los alrededores de La Matanza venía a parar acá. Parecía un ‘cinturón ecológico’ de los carros y camionetas que echaban basura, vísceras, de todo”, relata.

“Entonces, acá los vecinos que estábamos muy unidos y éramos los que no teníamos donde vivir, migrantes, o gente misma del Barrio El Dorado, que vivían hacinados de dos o tres familias en un terreno, gente sin trabajo, que habían quedado sin poder afrontar el pago de un alquiler, y la situación que desde hace rato se viene arrastrando en La Matanza, que es que no se puede alquilar ni comprar un terreno, bueno toda esa gente nos fuimos juntando y hablando. Somos muchos y muchas los que no hemos comprado – continúa su relato – Hemos tomado el terreno al principio. Hay personas que vienen con esta pandemia, porque no pueden vivir más hacinados en sus casas. Al mismo tiempo se formó una comisión, y como siempre se sabe, hay gente corrupta, que al principio está todo bien, como escoba nueva barre bien, y después nos enteramos que empezaron a vender terrenos, que dividieron los lugares, acá está dividido en partes, terrenos, parcelas. Después hubo ‘vivezas’ de quienes hoy son delegados y están lucrando con la pobreza de todos los vecinos. Pero vamos a elegir a otros, porque esas cosas no van”, sentencia.

Carmen comenta un hecho que no es ajeno en el proceso de las recuperaciones de tierras. Un hecho que no representa a la totalidad de los habitantes del barrio, pero en los medios masivos se magnifica al punto de que todos venden terrenos: “las personas deshonestas abusan de las personas que no tienen. Gente que con sacrificio han juntado plata y se han comprado los terrenos. Hay dirigentes que su único propósito es lucrar”, explica Carmen.

Crecimiento y organización del barrio

Carmen cuenta que lo que fue una toma hoy es un barrio: “ahora es barrio, somos el 17 de Septiembre. Hace muy poquito en plena pandemia hemos cortado ruta por el motivo de que no teníamos luz. Dejaron a todo el predio sin luz, y a raíz del corte y las protestas vino Edenor y ya nos han puesto los cables. El mismo Edenor dijo que ya no es una toma, es un barrio. Pusieron tres transformadores, y nos han ayudado distintas organizaciones, tanto como organismos de Derechos Humanos. Todos estos espacios nos han ayudado y apoyado a las personas necesitadas.

Tenemos una Mesa directiva, donde participan 40 delegados y delegadas y Junta Vecinal. Hay discusiones de cómo organizar el barrio. Por ejemplo, no se pueden asentar donde la asamblea predispone que haya un plaza, ni tampoco podemos dejar que una familia viva bajo los cables de alta tensión que hay en la 1001. No se puede crear una plazoleta o espacio verde, para que vayan a jugar niñas y niños donde están los cables de alta tensión. Eso lo hemos peleado todos los vecinos a un dirigente que a toda costa quería meter gente ahí”.

Carmen comenta un aspecto importante de esta recuperación de tierras, que es el respeto por la ecología y un sentido del cuidado del lugar en donde se vive: “en Matanza estuvo siempre el CEAMSE, la basura trae muchas enfermedades, es peligroso para los niños. Ocurre que en el distrito en las tomas las mismas personas que se meten limpian, como pasó acá. Esto era un terrible basural antes de la toma. Eso es lo que no se entiende, la gente que se está metiendo a la vez está haciendo un favor a todos los vecinos y a todos los barrios de Matanza. Porque si se están metiendo es porque es un lugar que está abandonado por el gobierno. Yo creo que el gobierno debería fijarse por qué la gente se ha metido en esos terrenos, por qué ese espacio era un basural. La mayoría de los lugares donde se meten los vecinos eran todos basurales. La gente está haciendo lo que el gobierno no hizo, están limpiando con sus propias manos, con sus azadas, con sus machetes, están limpiando un lugar  para vivir y mantenerlo como un barrio. No sé hasta dónde está penado por la ley limpiar un lugar. Porque sí tendrían que llamar la atención cuando tiran basura, de la misma Capital están viviendo a tirar basura en todos lados. Ya el CEAMSE está mal, tendría que ser todo orgánico.

Tenemos una huerta. La gente no se queda sentada, el poco momento que tiene cuando no está trabajando, hacen huerta, plantan. Las mismas casas las construyen entre los vecinos. Es gente laburadora, todos trabajadores. Hay más gente de estas que corrupta.

Estamos emparejando las calles, con piedras y cascotes que traen los volquetes. El volquete lo hemos pagado entre los vecinos con mucho sacrificio. Casitas precarias quedan pocas y hay muchas que se van construyendo”.

Aniversario en pandemia y comedores

Carmen también nos cuenta cómo fue para el barrio un nuevo aniversario en medio de una pandemia: “con respecto a la pandemia, hemos organizado guardias donde se les cuida los terrenos a las y los vecinos que han tenido problemas, hay muchos vecinos de Capital, de la 1-11-14, de la 31, de Barracas, de Belgrano, de muchos lugares, es un asentamiento muy grande. Entonces lo que ha hecho la comisión que somos delegados de Manzanas, no se le ha dejado venir a esas personas porque había muchos contagios. Ahora recién están viniendo gente que ha estado enferma que han pasado su cuarentena allá y vuelven a sus terrenos, con sus permisos o comprobantes de que le dio negativo los hisopados que se han hecho. Entonces ahora están volviendo todos los vecinos.

Yo tengo un comedor, pero no alcanza. Hoy viven acá más de mil familias. La demanda es mucha de la gente que está en esta situación, hacen fila y no llega a alcanzar la cantidad de comida. Los sábados y dos veces por semana cocinamos olla popular nosotros acá. Y en esa situación están muchos acá en el asentamiento. En la asamblea hubo acusaciones a aquellas organizaciones que ligadas al gobierno tienen mercadería pero no la reparten, incluso han llegado a vender las viandas a 50 pesos a los vecinos, una vergüenza. Esta al cartel de comedor pero nunca están abiertas las puertas con una olla de comida. Conflictos como ese hay un montón.

Hace dos años que tiene el actual nombre el barrio. Fue cuando empezaron a movilizarse y meterse gente de nuevo, porque antes de 2018, la Gendarmería a caballo entraron y quemaron las casitas precarias de nylon.

El jueves 17 de septiembre nos juntamos los vecinos que estamos viviendo acá y se hizo una comida en la calle, con las distancias que hay que respetar y todas las precauciones que se puedan tener. Hicimos pollo, lo que se puede, porque tampoco la situación está para andar haciendo muchas cosas. Pero pudimos estar, hicimos un recordatorio. Pasamos un rato tranquilo, principalmente tranquilo. Pusimos las mesas en la calle a dos metros de distancia, manzana con manzana.”

Carmen deja en claro su postura frente a la solución que proponen los medios masivos y la Justicia para las recuperaciones de tierras que se multiplicaron en el conurbano y en el país.: “estoy en contra de los desalojos, porque hay familias de por medio. En cada asentamiento hay muchas familias necesitadas. Más allá de las personas que lucran., como en Guernica, o en cualquier lugar, hay personas que realmente necesitan un lugar para vivir. Acá en el 17 de Septiembre, lo importante de este barrio es que entendimos que la unión hace la fuerza y cuando hay un propósito de avanzar estamos todos unidos.”

Con una lúcida descripción, Carmen recorrió como en una obra, la galería de personajes que habitan el desarrollo de un proceso, desde quienes lucran en beneficio personal, organizaciones que responden al gobierno municipal y nacional, agrupaciones y espacios de Derechos Humanos que ayudaron,  hasta las personas que en su día franco siguen trabajando para levantar su casa o tener su huerta. Pero siempre dejó en claro que las formas de organizarse de las y los propios protagonistas permiten los avances, no sin discusiones, no sin debates, pero con la claridad tan sencilla de saber que la tierra la merecen y la van a cuidar.


Notas

(1) https://www.anred.org/2020/08/21/crisis-habitacional-en-la-region-metropolitana-de-buenos-aires-las-ocupaciones-de-tierra-durante-la-pandemia/

(2) https://www.anred.org/2006/01/22/las-tomas-de-tierras-en-la-zona-sur-del-gran-buenos-aires-dos-periodos-1980-2005/

(3) http://motoreconomico.com.ar/economia-nacional/la-usurpacin-del-country

(4) https://www.sanfernandonuestro.com.ar/wp/llego-la-hora-de-poner-freno-al-urbanismo-privado-en-humedales/

Fuente: https://www.anred.org/2020/09/22/barrio-17-de-septiembre-la-union-hace-la-fuerza-y-cuando-hay-un-proposito-de-avanzar-estamos-todos-unidos/

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