El movimiento sindical frente a la crisis

El gobierno de Alberto y Cristina Fernández asumió con el apoyo de la casi totalidad del movimiento sindical, un movimiento heterogéneo que no necesariamente jugó un papel uniforme en la etapa anterior, con Macri en la presidencia.

La pandemia potenció la crisis heredada por el macrismo y rápidamente se requirieron medidas de parte del Estado para paliar la situación social y económica. Así, mientras desde el Ejecutivo se implementaron medidas como la ley anti despidos, que en las últimas semanas se extendió nuevamente por 60 días, o la resolución del ministerio de trabajo de no afectar los salarios ni condiciones laborales (que en los hechos no se cumple), por otro lado se acordó entre la CGT y la UIA la reducción de salarios a un 75%.

En la última semana, donde se conoció que la desocupación pasó del 10,4% al 13,1%, con un índice de pobreza que se ubica en 40,9% y de indigencia un 10,5%, el Estado como empleador ofreció un mísero 7% a les trabajadores públicos, marga propuesta que UCPN aceptó, a diferencia de ATE, en una paritaria que suele tomarse como testigo para muchos sectores. La misma semana que los sectores del campo y el agro se vieron beneficiados por la reducción de retenciones y mientras el impuesto a las grandes fortunas se sigue dilatando en el parlamento. El 6 de octubre se realizó un paro general de ATE que es una iniciativa importante para empezar a revertir la situación. También se debe señalar la situación de les estatales de Chubut que hace tres meses no cobran su salario.

Del mismo modo, en este contexto de pandemia, es irrisorio el destrato que perciben les trabajadores de la salud, que protagonizaron diferentes movilizaciones en las últimas semanas, como las del día de la sanidad -21 de septiembre-, cuando fueron reprimidos frente a la legislatura porteña mientras reclamaban por aumento salarial y el reconocimiento de la carrera profesional.

En ese contexto vio la luz el espacio por la producción y el trabajo impulsado por la Corriente Federal de Trabajadores, la CTA de los Trabajadores, junto a la Mesa Nacional Unidad Pyme, la CGERA, CONARCOP (cooperativas), entre otras.

Es un espacio que tiene planteos programáticos correctos, como la necesidad de recuperar el empleo y el salario, con una potencia nacional por su inserción y representatividad. Pero a su vez, corre el riesgo de que toda su retórica desemboque en el mero intento de ser parte del Consejo Económico y Social, donde tienen un rol preponderante la cúpula de la CGT y entidades como AEA. Por su parte, el Frente Sindical para el Modelo Nacional realizó una reunión con Grabois y diferentes referentes de la UTEP y movimientos sociales con la finalidad de promover el Plan de Desarrollo Humano Integral.

Las distintas iniciativas de la CTA, la Corriente Federal, el Frente Sindical y la UTEP son complementarias y correctas, siempre y cuando sean consecuentes con sus propios postulados y no conduzcan a un apoyo pasivo como mal menor al acuerdo social promovido desde las cúpulas de la Central oficial y las cámaras empresariales.

La convocatoria al 17 de octubre de la CGT ratifica una postura pasiva ante una ofensiva patronal que, en lugar de promover radicalizar las medidas progresivas del poder ejecutivo, pretende conciliar con los grandes empresarios que intentan evadir pagar el impuesto a las grandes fortunas y hacer pagar los costos de la crisis a sus trabajadores. Allí cobran relevancia la lucha que encaran los aceiteros en Dánica y la ex Cofco por la defensa del convenio y los puestos de trabajo, el mismo gremio que viene peleando en el norte de Santa Fé por la defensa de los salarios y derechos de les trabajadores de Algodonera Avellaneda, la pelea que encabezan les trabajadores del Subte por la reducción de la jornada laboral, lxs docentes universitarios que comenzaron medidas esta semana, les trabajadores de la salud o en Prensa en la Ciudad de Buenos Aires donde el SiPreBA sostiene un plan de lucha desde hace meses donde si bien han conseguido aumentos parciales continúan la pelea por la paritaria de la actividad y el reconocimiento de parte del ministerio de trabajo.

El 17 de octubre la CGT junto al gobierno realizará un gran acto virtual donde tratará de demostrar un apoyo unánime del movimiento sindical a las políticas del gobierno nacional. Está claro que quienes encaran las luchas mencionadas así como otras en curso, que son quienes estuvieron en primera línea peleando contra el macrismo, no quieren volver a la etapa anterior. Pero justamente, lo que nadie pretende es que se lleven adelante políticas que en última instancia defiendan los intereses de quienes se enriquecieron durante esos años: los grandes empresarios.

Por eso, los distintos sectores del movimiento obrero y sociales, deben unificarse tras propuestas programáticas que tiendan a disputar los costos de esta crisis en donde se pone al desnudo el desastre que genera el sistema capitalista, la falta de planificación y de sensibilidad de un sistema inhumano e injusto.

De esa manera es necesario unificar la lucha en torno a determinados ejes concretos. La disputa por la defensa del poder adquisitivo a nivel general y en cada paritaria, contra la precarización, por el impuesto a las grandes fortunas de manera permanente, la permanencia de la ley anti despidos, la confección y puesta en práctica de procolos y comités mixtos de seguridad e higiene para defender la salud de les trabajadores que están en los lugares de trabajo en el contexto de pandemia, la pelea  por la reducción de horas como proponen sectores de las CTA o incluso las propuestas del Plan de Desarrollo Humano Integral para generar empleo de calidad, por el derecho a la vivienda digna y contra los desalojos de tomas testigo como la de Guernica, que tienen una relevancia que excede esas peleas puntuales que de por sí son muy importantes.


Fuente: https://abriendo-caminos.org/el-movimiento-sindical-frente-a-la-crisis/

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