“Tirar por la borda el lastre”

– ¡¿Cómo que no rema más?!… ¡¡Me extraña, Fernández!! ¿Estamos o no estamos todos en la misma barca? – Le dice un señor a un hombrecito que rema solo bajo la tormenta mientras otro montón de señores de traje lo miran con expresión de reproche.

El 30 de septiembre falleció Quino, autor de esta viñeta (y de muchas otras, como la tan recordada Mafalda) que, aunque tenga unos cuantos años de publicada, pareciera estar hablando de la situación actual.

“De esta salimos entre todos” o “a todos nos toca poner el hombro” nos decían desde el inicio de la pandemia los slogans oficiales. Sin embargo, la CGT, empresarios y gobierno se pusieron de acuerdo en autorizar rebajas salariales de hasta un 25% y acordaron techos salariales de miseria. El 1% más rico del país amparado por el poder político se sigue negando a pagar un escaso impuesto a la riqueza -que desde el gobierno se apuran en aclarar: “es por única vez”-.

“Estamos en el mismo barco” pero a los que no tienen nada y se lanzan desesperadamente a tomar una porción de tierra, bancandose el frío, la lluvia y las patotas, se les niega la posibilidad de una vivienda digna. En muchas de esas tomas -el caso más resonante el de Guernica, pero son muchísimas más- el desalojo y la represión fueron la respuesta. “El mismo barco” pero quienes comandan el Estado defienden a capa y espada la propiedad privada, aún cuando los supuestos dueños de la tierra estén flojitos de papeles o sea sostenida con estafas vergonzantes como en el caso Vicentín.

En ese “mismo barco” el desempleo ya pasa el 13% y la pobreza alcanza al 40% de la población. Pero se le baja retenciones a la exportación de soja (y a las mineras) como una palmadita en el hombro de los capitalistas agrarios para ver si liquidan la producción, “traen” dólares y dejan de especular con la devaluación del peso… que por cierto haría aún más pobres a quienes parecen ser los únicos que reman el barco.

El chiste de Quino funciona justamente porque no se trata del mismo barco. Las y los trabajadores somos siempre quienes remamos, poniendo el sudor y el lomo en donde se descarga una crisis que esos mismos que reclaman “seguir remando” generan. Porque la pandemia solo vino a profundizar una crisis previa: todas las tendencias que se venían incubando se desataron con mayor brutalidad. No es nueva la crisis económica en el mundo ni en la región. No es nuevo el chamuyo de “la grieta” entre quienes generaron con orgullo las condiciones más propicias para el capital más concentrado y quienes, con discurso preocupado, buscan morigerar la bronca social intentando poner paños fríos pero garantizan las condiciones para que la acumulación capitalista siga su curso. Tampoco es nueva la posición cómplice de la mayoría de las direcciones sindicales que se apuran a cerrar filas con los patrones.

Tan nuestras las manos callosas de remar siempre, como lo son el hambre, la desesperación por no tener un techo, por no tener acceso a la salud. Tan nuestras, como nuestros son los muertos que se cobra este sistema, sea por asesinatos laborales, represión o abortos clandestinos.

El “chiste” de Quino funciona, porque nos deja pensando si se trata de seguir remando ese mismo barco con quienes nos piden “- ¡aguanten!”, o si ya no será momento de organizarse como la misma clase que somos para tirar por la borda todo ese lastre que exige -y concentra, hambrea, explota, reprime, depreda, contamina…- pero que jamás toca un remo.

Equipo de El Roble.


Fuente: https://periodicoelroble.wordpress.com/2020/10/09/editorial-el-roble-n-144-octubre-edicion-especial-por-cuarentena-tirar-por-la-borda-el-lastre/

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