¿El progresismo ofrece una salida a la crisis?

Una nube de palabras que sintetice los golpes que nos dieron este año podría incluir: pandemia, desalojos, despidos, suspensiones, mayoría de paritarias que no llegan a ganarle a la inflación, femicidios, gatillo fácil, represión, abortos clandestinos, aumento en subtes, naftas, electricidad, gas, desapariciones.

A nivel regional, nada parece muy estable. Movilizaciones gigantes en Chile contra Piñera; nuevas elecciones Bolivia luego del golpe; en Perú tres presidentes en una semana con intensas movilizaciones; incendio del parlamento en Guatemala en medio de protestas. Y Trump pierde las elecciones en EE.UU.

Por supuesto que la lista es más larga. Pero además de recordar hechos…¿Cómo hacer un balance de un año tan particular?

Desde este periódico, que tomó forma virtual a la fuerza, siempre intentamos difundir las noticias de nuestra clase, sus organizaciones, sus luchas, sus ideas. Por eso, si pensamos en un balance, también debemos posicionarnos en este lado de la verdadera grieta. ¿Qué vemos en la tele y en la mayoría de los diarios y programas radiales? Un olvido completo respecto de las consecuencias de esta pandemia; un posicionamiento del lado de los empresarios, de distintos gobiernos y muchas veces simplemente una repetición del sentido común, de lo que bajan las grandes corporaciones mediáticas, o gobiernos de turno, o tal o cual que pone guita.

El gobierno nacional, pese a haber llegado al poder con un discurso que prometía trabajo, aborto legal y estabilidad económica, hizo todo lo contrario. Pandemia, dirán. La crisis producto del Covid es innegable pero no se puede tapar el sol con las manos.  Antes de la pandemia, Fernández ya había otorgado un aumento por decreto para las jubilaciones y pensiones, que fue un ajuste liso y llano, ya que dieron un aumento por decreto de 1500 pesos más el 2,3 porciento para todas las jubilaciones. Así, el haber mínimo pasó a ser 15.892, con un aumento real de 197 pesos respecto a la inflación. El resto de las jubilaciones, perdió. En diciembre y luego de roscas internas en el mismo Ejecutivo, el Senado está discutiendo en comisiones la nueva ley de movilidad previsional pero todo hace pensar que ni las jubilaciones ni las pensiones le ganarán a la inflación.

Además, en estos días han avanzado en contra de la tan nombrada soberanía nacional, como el acuerdo para instalar las megafábricas de chanchos, la continuación de la megaminería y el inicio de la producción de trigo transgénico. ¿Qué hicieron para frenar los incendios?

¿Y el aborto? Durante meses dijeron que no era esencial, como si no fuese obvio que la salud de la mitad de la población es primordial. Finalmente, en diciembre llega el debate al Congreso, como quien saca de una caja algunas medidas que pueden tener el apoyo popular, como la Ley del “impuesto a las grandes fortunas” que es por única vez y la legalización del aceite de cannabis. Por supuesto que no importa cuál es el motivo por el cual el ejecutivo lo manda ahora, hay que sostener la necesidad de legalizar el aborto y seguir recorriendo este camino de lucha para que se garantice el acceso.

Primeros días de diciembre y nos encontramos en este berenjenal. La crisis es más que evidente y como siempre, seguimos pagando los costos quienes todos los días salimos a laburar y también lo hacemos en nuestras casa.

Desde algunos sectores bienintencionados levantan la bandera del impuesto a las grandes fortunas (recién aprobada en el Senado) como la solución a todos los problemas. Sabemos que no es así ya que el propio Estado financió a los menos de 10.000 grandes patrones que se verían alcanzados con el “aporte solidario” otorgándoles a muchos de ellos el ATP, la posibilidad de pagar menos salarios a los trabajadores y trabajadoras suspendidas durante la pandemia y, fundamentalmente, la posibilidad de incrementar ganancias con la devaluación del peso.

No habrá soluciones mágicas, ni en la economía, ni en la política ni en ninguna de las batallas que tengamos que librar. ¿Es posible dentro de este sistema encontrar soluciones a los problemas centrales de nuestra clase? Desde este periódico consideramos que no. Por supuesto que hay que pelear por cada una de las demandas que tenemos como laburantes, como estudiantes, como mujeres y disidencias, como pueblos originarios, como pueblos que se enfrentan día a día a la contaminación ambiental…y tantas y tantas luchas.  Por supuesto que hay que pelearla día a día, pero siempre siendo conscientes que desde el poder no vendrán las soluciones. Solo con la organización de cada uno de los sectores de nuestra clase podremos construir un poder que pueda barrer con los opresores.

Equipo de El Roble


Fuente: https://periodicoelroble.wordpress.com/2020/12/07/el-progresismo-ofrece-una-salida-a-la-crisis/

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