¿El fin justifica los medios?

Jugando un poco con esa célebre frase que se le atribuye a Maquiavelo, me permito hacer un breve análisis de los medios en su doble acepción, no solo como sustantivo sino también como estrategia para cumplir un objetivo determinado, en este caso, desinformar y confundir.

En lo personal, desconozco por completo sobre cuestiones técnicas relacionadas con las vacunas. Por eso me guío por las opiniones científicas de quienes sí están capacitados.

¿Y vos? ¿Gozás de esta capacidad para discernir si una vacuna es apta o no? Ah, no. Entonces… Te preguntaste en qué se basa tu posición fundamentalista en feroz rechazo a la Sputnik V ¿cuáles son tus argumentos? O, mejor planteado el interrogante… ¿cómo te informás sobre esta temática para darle sustento a esos argumentos y formar una opinión personal? ¿No te querés vacunar con la Sputnik V? No hay drama, no es obligatorio. Pero… a qué se debe esa incesante necesidad de difundir tu opinión sobre una vacuna, como si tuvieras la autoridad técnica para hacerlo, cual Nobel de medicina. Tal vez tenga la respuesta: odio inoculado. Lo que los medios hegemónicos combaten con fiereza, hay que enfrentarse y combatirlo porque ese es el mal.

Y siguiendo con los medios sustantivos… Qué lejos quedaron todas aquellas tapas de diarios coordinadas solidariamente y demostrando que, más allá de las diferencias, “al virus le ganamos entre todos”.

Es asombrosa la intensidad y la persistencia del lobby en contra de la vacuna rusa por parte de la mayoría de los medios y parte de la oposición.

Lo más tragicómico es que esta gente dejó vencer, en un frigorífico de la Ciudad de Buenos Aires, millones de vacunas antigripales y otras tantas de la Triple

¡¡Desguazaron un Ministerio de Salud para degradarlo a Secretaría!! ¿Se entiende la hipocresía?

Un caso llamativo es el de Larreta y sus voceros del Grupo Clarín que, por un lado, expresan sistemáticamente que la Sputnik V es una porquería inservible y, a contrapelo, reclaman al Gobierno Nacional que le llegaron menos dosis de las esperadas. En qué quedamos muchachos.

¿Cuántos sobres y sobornos pueden hacer conspirar a un político o periodista contra la salud pública? ¿Cuánta impunidad crees tener para decir por TV que un vaso de dióxido de cloro es más efectivo que una vacuna testeada y aprobada por especialistas en la materia? ¡¡¡Estamos en pandemia!!! No les reclamo un ejercicio profesional imparcial y regido por la ética, eso que debiera ser la norma y hoy es una extraordinaria excepción… ¡No! Solo pretendo, como ciudadano que está viendo enfermarse y morir a mucha gente, que tengan un poco de responsabilidad y, por un momento, posterguen sus intereses personales en pos de un pesar lo menos duro posible de toda la población.

Si no van a contribuir a la solución, por favor, no compliquen más aun una coyuntura ya extremadamente dura de por sí.

Tengan cuidado porque el fin se les puede volver una carga insoportable y, más temprano que tarde, van a tener que rendir cuentas sobre los medios utilizados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *