Las elecciones regionales en Bolivia o fueron un empate o las perdió el gobierno

Entrevista al ex diputado constituyente y senador peruano Ricardo Napurí
Las elecciones regionales en Bolivia o fueron un empate o las perdió el gobierno
Mario Hernandez

M.H.: Continuamos con los procesos electorales en nuestra América Latina, comenzamos analizando Perú y Ecuador y nos vamos ahora a Bolivia y Chile. El Presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció un vínculo entre el millonario Elon Mask y el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019. En una rueda de prensa realizada en México el jefe de Estado boliviano afirmó que detrás de los planes golpistas de 2019 estuvo el interés por el litio y otros recursos naturales de Bolivia. ¿Qué nos podés comentar al respecto? Incluso ha habido desclasificación de documentos que hablan de los servicios de inteligencia británicos detrás del golpe contra Evo Morales.

R.N.: Si bien no puedo saber exactamente si esto es o no cierto, el hecho concreto que mencionás es menor frente al hecho central que ya se sabe porque el gobierno de Evo lo denunció permanentemente. Sea el problema de la coca o la expulsión del embajador, porque siempre estuvo metido en la vida política derechista del país. De tal manera que los intentos golpistas han sido muchos. No olvidemos que en su momento tuvo que intervenir el Mercosur, el propio presidente Kirchner, para evitar el golpe de Estado en Bolivia. Ese es un problema menor y real en sí mismo frente al acoso permanente que ha tenido el imperialismo norteamericano y los países hostiles para tratar de derribar esa experiencia particular que para ellos era de un radicalismo social importante. Arce tiene razón en la denuncia y yo la extiendo, porque Bolivia siempre estuvo en peligro, por el carácter del proceso radical de su país.

M.H.: Incluso hemos conocido días pasados la intervención del Canciller norteamericano pidiendo por la libertad de la ex presidenta Añez.
¿Cómo evaluás las últimas elecciones en Bolivia? Elecciones a alcaldes, gobernadores e intendentes.

R.N.: Es un aviso, una llamada de atención. No es que se diga que estas elecciones intermedias, que en Bolivia no son tan intermedias, porque se eligieron Gobernadores y Alcaldes, que generalmente el gobierno de turno las pierde; pero este gobierno apenas tenía unos meses en curso.
El problema es el aviso, hay que ir más lejos en la reflexión, en Bolivia hay peligros reales, que se haya restituido el derecho de Evo y la venganza histórica de que haya vuelto al gobierno, no al poder, a través de un proceso electoral contundente, sino hay que escuchar a los peligros reales.
Estas elecciones o fueron un empate o las perdió el gobierno, porque en las regiones más importantes, Cochabamba, Santa Cruz, La Paz, fueron ganadas por la oposición. Lo que pasa es que nosotros normalmente no le damos la importancia debida a un proceso electoral que es una vía de distorsionar la lucha política, pero sí debemos reconocerla como un aviso, y este es un alerta para el gobierno actual, porque este gobierno tiene peligros reales.
Dejando de lado que es lo más progresista que existe entre los gobiernos de centro izquierda radicalizados de América Latina y la experiencia sui géneris de Bolivia, el peligro real está en la situación de América Latina y el contexto mundial. No solo la pandemia que desorganiza y destruye todo lo positivo que se puede hacer en un país, sino la acción del imperialismo norteamericano.
Biden inmediatamente agredió a Cuba y Venezuela, y Cuba y Venezuela en el sur de nuestro continente es Bolivia, y los antecedentes de intervención norteamericana en Bolivia son permanentes. Van a apuntar a destruir este ensayo y esta especie de “punto negro” que tienen en América Latina. Sería ingenuo pensar que porque es un gobierno democrático y porque diga unas palabras favorables, el imperialismo ha cambiado.
En la etapa actual, de la crisis del capitalismo y los destrozos que hace la pandemia, EE UU necesita más que nunca a América Latina. Si todos los intentos anteriores fueron recolonizarla con diferentes resultados, eso hoy está más vigente que nunca. Por esto cualquier gobierno centrista, nacionalista, de centro izquierda llamado populista o no, sabe que o capitula ante el imperialismo o este lo va a agredir, la acción va a ser permanente y ya lo es. De tal manera que Bolivia está en peligro.
Dicho esto, realmente viene el otro problema, el proceso boliviano no depende tanto del punto de vista de llevar al país a una posición de populismo de izquierda, como le llaman ahora, sino de los peligros en Sudamérica. Todo el mundo habla de Lula como una especie de salvador, pero hay un Lula que ganó el derecho histórico y Lula hoy, que está diciendo todos los días que si con la derecha tiene que gobernar, porque la necesita por su poder y porque dan los votos, lo hará. Pero ya él se había aliado con el Partido Democrático, que era la derecha de la derecha antes, para mantener la gobernabilidad. En su primer gobierno eso pasó porque Brasil crecía a tasas chinas y su pacto con la burguesía industrial de San Pablo le permitió cogobernar hasta el momento en que llegó la época de las vacas flacas y ahí el proceso terminó con la destitución de Dilma y finalmente recayó en Bolsonaro.
La vuelta de Lula no garantiza que haya una vía reformista garantizada en América Latina, por la realidad del mundo, la crisis del capitalismo, porque la situación de Brasil no se puede comparar con la del Brasil del 2000 cuando Lula emergió; porque la situación de crisis siempre va a inestabilizar a ese país.
Todo lo que ocurre en la realidad de los otros países, incluso Bolivia, está contextualizado por la realidad en general y particularmente por Brasil. Yo esto lo considero un aviso, para el gobierno de Arce, a quien todos esperamos que le vaya bien, aunque yo tenga una posición anticapitalista definida, pero no soy tan torpe para no discernir que es lo más progresista que existe entre los gobiernos de centro izquierda de América Latina con la particularidad que a través de la acción del MAS emergieron las masas, siempre rebeldes en Bolivia, y fundamentalmente los campesinos haciendo ese proceso.
Yo lo alerto, mi misión no es solo analizar la situación actual sino decir cuáles son los problemas inmediatos y reales que van a tener las fuerzas progresivas dentro del capitalismo, con peligros reales. Estas elecciones, la acción de Biden y lo que haga en un futuro es un aviso para ver directamente que toda acción progresiva en América Latina que signifique nacionalismo radicalizado y reformista va a ser atacado por el imperialismo.
Y en Bolivia los agentes del imperialismo están vivos, se han expresado, tienen poder económico, tienen Santa Cruz, que ha ganado el bárbaro ese de Camacho con el 50% y que quiere anexarse a Brasil.
Aunque sea de paso, aviso los peligros que corre la realidad boliviana y que ponen a la orden del día si el MAS va a ser capaz, porque cuando sucedió el golpe no fue capaz de defender lo que tenía que defender y lo sabemos bien. Quien corrigió el proceso fueron las masas populares, esos campesinos rebeldes que a través del voto lo pusieron nuevamente en el poder, dando una lección histórica de que no hay que abandonar nunca la defensa de los intereses de clase y, sobre todo, cuando se tiene una parte del poder en nombre del pueblo.

Una Constituyente formal no puede dar solución al problema chileno

M.H.: El Presidente Piñera de Chile envió un proyecto de Ley para aplazar las elecciones constituyentes que se debían realizar el próximo 11 de abril.

R.N.: Es difícil conocer directamente por qué lo hacen, uno puede suponer. El hecho real es que la estabilidad del dominio burgués y del propio gobierno en Chile está en peligro, eso es cierto. El Coronavirus lo ha arrastrado a una grave crisis económica y, sobre todo, el hecho de la rebelión de los jóvenes de los barrios populares, los estudiantes y los marginales.

M.H.: Brutalmente reprimidos en los últimos días.

R.N.: Pero eso no está activado todavía, así como acá el proletariado y las masas están pasivas y en algún momento van a entrar en acción; en Chile ya hicieron el ejercicio y solamente es detenido ese ejercicio de rebeldía por el Coronavirus y porque el gobierno logró encausar el proceso aceptando el proceso de Asamblea Constituyente.
Yo particularmente voy más lejos, nosotros participamos en una Asamblea Constituyente de punta también en Perú en 1979 y también tuvimos que empezar el proceso en la Constituyente. Yo no estoy de acuerdo con la idea de que solamente una Constituyente formal puede dar solución al problema chileno, porque la idea de la Constituyente es redactar una Constitución con artículos que pueden ser progresivos y que si no se tiene el poder popular la derecha o sus gobiernos no la aplican.
El problema metodológico es que a través de la lucha por lo que significa una Constituyente, hay que movilizar a todos los sectores implicados en la lucha por beneficios sociales, económicos o políticos, sean estudiantes, campesinos, obreros, intelectuales, las mujeres, todos los sectores oprimidos y postergados en un país.
Redactar una Constitución es una simple forma, pero su contenido es una batalla por cada capítulo de reivindicaciones que después van a estar en la ley y eso no está planteado en Chile como método, porque los rebeldes que no han tenido dirección política y que no tenían por qué conocer lo que es una Constituyente y su método, obviamente se han sentido semi satisfechos cuando lograron que un gobierno tan reaccionario convocara a una Constituyente, donde ellos creen que la reacción va a ser favorable.
Pero si la Constituyente resulta de mayoría, redactan la Constitución que quieren. Por eso la Constituyente es lo anterior a la redacción de la Constitución, es en qué medida uno toca los capítulos que van a estar en las leyes para movilizar a los sectores. Cosa que no se ha producido todavía y que es difícil que suceda en los tiempos perentorios, porque las direcciones no existen y porque esas direcciones que no existen no pueden en corto tiempo encausar metodológicamente el proceso.
Avancé un poco más para decirte los peligros que hay en Chile, y que deja como secundario el por qué quiere postergar o no las elecciones Piñera. Uno podría pensar que posterga por buena fe, siendo ingenuos, por el Coronavirus y porque no hay condiciones para una emisión democrática del voto, pero no hay que ser ingenuos porque estos métodos “burguesitos” son tan reaccionarios como lo es el Presidente de Chile o como es el gobierno de la coalición de derecha.
No son ingenuos, algo se traen entre manos. Entonces yo respondo con la réplica de la experiencia histórica y la experiencia vivida, diciendo qué deberíamos hacer aprovechando la lucha por la Constituyente. Lamentablemente no existe esa experiencia ganada y hay un proceso abierto cuyo capítulo por venir no conocemos.

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