Detuvieron sin pruebas y torturaron en la comisaría al hermano del joven asesinado por un gendarme

El pasado 7 de abril, el oficial de Gendarmería Humberto Gil salió de su domicilio con su arma reglamentaria para frustrar el intento del robo de una camioneta y disparó varias veces contra los jóvenes que nunca lo enfrentaron y sólo corrieron para salvarse: Jordan de 15 años murió, otro continúa internado. Luego del hecho, sin pruebas que lo ubiquen en el lugar del robo, la Policía de Buenos Aires detuvo al hermano de Jordan, Ulises de 17 años; en la comisaría 1ª de San Justo, lo encerraron en un calabozo, lo pusieron de rodilla y lo golpearon brutalmente, mientras se burlaban de la muerte de su hermano. La Comisión Provincial por la Memoria, en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, pidió ampliar la denuncia en la causa por apremios ilegales que se inició tras la intervención del CAD de San Martín.

Habían pasado pocas horas del asesinato de Jordan, Ulises estaba detenido en un calabozo de la comisaría 1ª de San Justo, de rodillas y brutalmente golpeado, los policías se paseaban frente a él para mostrarle la bermuda que llevaba su hermano defecada y orinada producto de las expulsiones del cuerpo luego de su muerte. La burla macabra fue parte de una sesión de hostigamiento, apremios y torturas que el joven sufrió durante varias horas.

Un joven de 15 años asesinado por un gendarme que, contrario a cualquier protocolo de uso de la fuerza, disparó a matar contra cuatro jóvenes que corrían para salvarse y que no atacaron al gendarme en ningún momento ni podían hacerlo, sólo se les secuestró un arma de utilería.

Otro joven de 17 años, el hermano de la víctima, imputado por el intento de robo y detenido sin pruebas que lo ubiquen el lugar del hecho. Incluso, el ataque del gendarme quedó registrado en las cámaras de seguridad: ninguno de los cuatro jóvenes es Ulises.

Actualmente, hay tres causas en la justicia: una en el fuero de responsabilidad penal juvenil por el delito de tentativa de robo; otra en la Fiscalía de Homicidios de La Matanza por el asesinato de Jordan y las lesiones producidas a otro joven; la tercera por apremios ilegales y torturas contra Ulises, que tramita en la Ayudantía de violencia institucional del mismo departamento judicial.

Alrededor de las 19 horas del 7 de abril, en la calle República de Chile al 3300 de la localidad de La Matanza, cuatro jóvenes abordaron, con intención de robo, al dueño de una camioneta Toyota Hilux que se había estacionado en la puerta del domicilio del oficial de Gendarmería Nacional Humberto Gil para entregarles materiales de construcción. Alertado por la situación, el gendarme salió de su casa con el arma reglamentaria y comenzó a disparar contra los jóvenes que salieron corriendo para escapar de los tiros: Jordan recibió un disparo en el abdomen, otro joven en el omóplato: los dos cayeron desvanecidos a pocas cuadras.

En ningún momento, los jóvenes atacaron al gendarme. De hecho, el arma que llevaban y se secuestró en la zona del hecho era una pistola de utilería. En cambio, por fuera de lo indican los protocolos de uso de la fuerza estatal, Humberto Gil disparó varias veces en zonas vitales y cuando no había riesgo para la vida de sí ni de terceros.

Pocos minutos después, vecinos del barrio le avisan a Natalia, mamá de Jordan, que su hijo estaba herido de bala y le escribe a Ulises que, en ese momento, estaba con una amiga. Los dos, por caminos distintos, salen a buscarlo. Cuando Natalia llegó a la zona de los hechos, se encuentra con dos cordones policiales: en uno, ve a Ulises tirado en el suelo, esposado y golpeado; cuando quiere acercarse al otro cordón policial, donde había efectivos de Policía Científica, otro agente de la Bonaerense la toma por la fuerza le dobla el brazo hacia atrás y sin motivo justificado alguno la sube al patrullero y la lleva a la Comisaría 1ª de San Justo.

En la dependencia, donde la tuvieron varias horas, Natalia solicitó que liberen a Ulises, hasta entonces desconociendo los motivos de su aprehensión, y pidió información de Jordan. En todo momento, se dirigieron hacia a ella de manera despectiva, con insultos, ocultándole la verdad que su hijo de 15 años estaba fallecido. Peor aún, una oficial de servicio le decía que estaba llamando a los hospitales, cuando siempre supieron que Jordan había muerto en el lugar. Recién cerca de la medianoche, logró retirarse con la confirmación de la muerte de su hijo.

En ese mismo momento, en un calabozo de la comisaría, Ulises era salvajemente golpeado; según su testimonio, fue obligado a estar de rodilla todo el tiempo, mientras los policías le pegaban piñas y patadas mientras lo escupían y se burlaban de la muerte de su hermano. Ulises está imputado en la causa por la tentativa de robo sin pruebas que lo vinculen al hecho: en las cámaras de seguridad de la zona que registraron el ataque a tiros del Gendarme, se ve a los cuatro jóvenes, ninguno de ellos es él.

A las 16 horas del día siguiente, Ulises fue trasladado al Centro de Admisión y Derivación (CAD) —dependiente del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia—; recién entonces pudo relatar todo el padecimiento sufrido durante su aprehensión. A partir del testimonio del joven, el personal del CAD realizó la denuncia penal ante la Ayudantía fiscal de violencia institucional de La Matanza.

Al tomar conocimiento de los hechos, en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) se entrevistó con la mamá de los jóvenes y realizó varias presentaciones: pedido de informes a las fiscalías donde tramitan las causas por el intento de robo y el homicidio de Jordan y una ampliación de la denuncia en la causa por apremios ilegales.

En esa presentación ante la Ayudantía fiscal de violencia institucional, además de detallar todos los hechos que sufrió Ulises durante su ilegítima detención en la comisaría, la CPM informó de los padecimientos y hostigamientos que recibió Natalia durante el tiempo que estuvo en la dependencia.

Recién este jueves 15 de abril, más de una semana después de los hechos, el fiscal del fuero de responsabilidad penal juvenil recibió a la mamá de los jóvenes, quien le reclamó se tomen las medidas de prueba que ella solicitó y confirman que Ulises, en el momento del intento de robo, no estaba en el lugar.

Al mismo tiempo que la noticia de la muerte de Jordan se conocía en los medios de comunicación, Natalia comenzó a ser hostigada en su perfil de Facebook: desde cuentas falsas le envían mensajes violentos y fotos de Jordan fallecido, imágenes que sólo podrían haberse sacado mientras el cuerpo estaba en custodia policial, agregando frases como “una lacra menos”.

Junto a los escritos judiciales, la CPM también realizó una presentación a la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense para que se investigue las actuaciones del personal policial en los hechos padecidos por Ulises y Natalia. Además envió una nota nota a la Dirección de Control y Prevención de la Violencia Institucional del Ministerio de Seguridad de Nación por la actuación del gendarme Humberto Gil.


Fuente: https://www.andaragencia.org/detuvieron-sin-pruebas-y-torturaron-en-la-comisaria-al-hermano-del-joven-asesinado-por-un-gendarme/

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