Desarrollo Indígena o Desarrollo Impuesto

En 1996 el referente wichí Francisco Pérez, fallecido por covid, expuso en Alemania, en una conferencia internacional sobre desarrollo sostenible en el Gran Chaco. Sus palabras siguen vigentes. Aquí se reproduce parte de ellas.

08/06/2021

Para mi lo fundamental es de contarles cómo estamos viviendo nosotros, porque muchos de Ustedes no conocen la zona. Conocen el mapa, pero no conocen la zona. Les quiero contar cómo estamos viviendo allá desde hace mucho tiempo. Yo tengo 46 años. Les puedo contar lo que pasó desde cuando yo era chico hasta ahora. Nosotros vivimos cerca de Bolivia, cerca de Paraguay, cruzando el Río Pilcomayo ya estamos en Paraguay o en Bolivia.

La costumbre de nosotros no está perdida, nosotros estamos cuidando de seguir viviendo como siempre -como costumbre indígena. Somos 4.500 dentro del Fiscal que se llama Fiscal 55 y otros 1.500 están viviendo en el Fiscal 14, en total somos 6.000 personas. Nosotros conservamos nuestra costumbre de pescar, de recolectar frutas del monte, de campear, de buscar miel, la caza, practicamos la agricultura tradicional que no está perdida todavía. En la época mía cuando yo era joven las tierras han sido muy lindas. Había mucho cazerío, muchos animalitos del monte, frutos del algarrobo. En época de sequía nosotros teníamos todavía mucho algarrobo dentro del trochado y podíamos comer todo el tiempo de la sequía. Nunca teníamos un problema de agua, habían lagunas como cañadas porque en las épocas lluviosas los ríos salen y entran en las lagunas y allí se queda el agua. Es como agua de represa, de una represa natural. Allí se quedan los peces y la parte donde se inunda servía para la gente para la siembra. No habían muchos animales vacunos, como vacas, cabras. Ya como chicos sabíamos sembrar, a cuidar las plantas. Todas estas cosas no están perdidas, seguimos como lo estábamos haciendo desde hace muchos años. Nuestras mujeres siguen buscando algarrobo, nuestros padres buscan los animales del monte y hacen sus cercos.

Pero el problema que tenemos ahora, es la gente que vinieron hace más de 90 años. Son criollos, chaqueños. Ellos han traído los animales vacunos, las cabras, vacas, los porcinos. Ellos dejan todos estos animales sueltos, que se van al monte -algunos van hasta 10 kilómetros y ellos comen toda la naturaleza, los pastos. Cuando vienen a un cerco, dan vuelta; después entran y comen todo. Y todo esto en menos de una media hora. Es un problema muy grave para nuestra comunidad.

Hicimos un estudio en 1991 de nuestras tierras. Vimos que hay muchas cosas de la naturaleza que aprovechamos para comer: 28 clases de mamíferos, 10 clases de reptiles, 17 clases de aves, 21 de peces, 20 variedades de miel, más de 70 especies vegetales silvestres, 12 plantas cultivadas. Pero ahora se están perdiendo muchos de estos recursos por causa del ganado.

En eso no estamos contando la cerámica que hacemos, sobre el barro, las tinturas y colores naturales que usamos. Son muchas cosas más que no contamos. Había también muchas plantas medicinales, usábamos otras plantas, como la palma, para hacer las casas. Usamos mucho el fuego en la época del frío. Usamos instrumentos musicales, madera para hacer fuego y otros adornos más como por ejemplo collares, y muchas cosas más. Pero creo que es muy importante de decirles a Ustedes que nuestras costumbres no están perdidas.

Hay un choque grande de costumbre con los blancos, por exigir, por ejemplo, la organización. Dicen los blancos que nosotros, los aborígenes, nos organicemos. Pero me parece algo como que viene un viento muy fuerte que viene, choca con la pared, y ahí está luchando para romper. Parece que en la civilización blanca piensan que nosotros, los indígenas, no tenemos nada, que somos silvestres, animales que andan por ahí, que no están organizados. Parece que ellos piensan así. Están todos equivocados porque nosotros estamos organizados, desde hace mucho tiempo cuando no había policía, no había médico o almacenes para comprar mercadería, nosotros estamos organizados.

Tenemos una serie de leyes que dentro de nuestra comunidad cumplimos. Por ejemplo la forma de pescar: tenemos un reglamento, pero que no está escrito -¿quién va escribir? Nadie sabe escribir-. Pero hay una ley que tenemos que cumplir. Hay una ley que dice que un chico hasta cierta edad tiene que aprender de hacer la casa, tiene que aprender de pescar, de cazar, de campear, de sembrar. A partir de cierta edad; no se lo permite como menor de edad. Hay una ley de protección de la mujer. Se controla hasta cuando tiene que tener su hijo, cuanto tiempo hay que dejar pasar hasta volver a estar embarazada. Había una ley que controlaba el casamiento. No se podía casar como menor de edad, porque no sabe cuidar a su mujer, no sabe campear, no sabe nada. Había una ley también prohibiendo el robo. Seamos pobres, tendremos hambre, pero que no robamos, porque es un peligro de la vida. Y había una ley también cuando una persona mata a otra para intervenir. No había policía ni fuerzas militares. La gente misma sabía cuidar y arreglar, solucionar el problema dentro de la comunidad. No se hablaba de “cacique“, es una palabra criolla. Nosotros decimos Niyat, todo el mundo se habla de Niyat. Si hay un problema muy grave en caso de una persona muerta, es el Niyat quien tiene que hablar con el otro Niyat. Si es un problema muy grave, por ejemplo el Niyat chorote tiene que arreglar con el Niyat wichi. Ellos tienen su fuerza sobre su comunidad, no se cambia, siempre se respeta. Esto es la costumbre de nosotros y esto no está perdido. Aunque el viento quiere romper todo, pero todavía esta allí.

Había una ley también sobre el uso de los recursos naturales. Una comunidad no está reunida con una comunidad muy grande, tiene que separarse por el manejo del recurso de la zona. Las comunidades no tenían su lugar fijo. Se quedaban unos dos, tres meses, se van a otro lado, es decir los que estaban en el monte se iban al río para pescar, y los que querían comer miel se iban para allá, al monte, para buscar miel. Así se intercambiaba el movimiento de ellos. Fue muy lindo, muy tranquilo en época mía.

Nosotros vivíamos sobre el monte. Sabíamos de caminar 60 kilómetros para llegar al río. Cuando llegábamos al río, las comunidades allá nos recibieron, nos daban el pescado para que podemos comer; cansados llegamos, y al día siguiente podíamos ir a pescar con ellos. Y lo mismo cuando ellos del Río Pilcomayo salen a cazar o a buscar miel, allí ellos llegan junto a nosotros. Nosotros entonces les llevábamos iguana o miel o cualquier cosa para que coman ellos, porque vinieron cansados. Después les preguntamos qué están buscando, por qué llegaron, si hay problema o no hay problema, y la contestación de ellos. Cuando no hay problemas vienen a cazar, les acompañamos, porque ellos que vienen del río no saben manejar en el monte. Les acompañamos para que no se pierdan o para que no les ataque un tigre, porque hay algunas partes donde es peligroso de entrar. Toda esta cosa no está perdida. Pero hay un viento que quiere romper todo esto, quiere empujar.

Se habla de la organización que no conocemos. Nosotros tenemos una organización ahora que se llama “Lhaka Honhat“. Solicitamos la inscripción de esta organización para que tenga personería juridica y ya la tenemos. Esto no es una costumbre nuestra, es una costumbre de los blancos. Nos costaba mucho, hasta ahora nos cuesta de entender. Por ahí llega un papel, dice: “dirección Francisco Pérez, Asociación Lhaka Honhat“. Abro la carta y ahí dice: “Dirección General de Impositivas“. Pide que yo pagaré impuestos. Nosotros no tenemos plata. Lo explicamos a las autoridades, pero parece que no entienden; o lo comprenden, pero tienen que cumplir las leyes que tienen ellos. Tienen que exigir los impuestos. Igual que nosotros tenemos las leyes no escritas y exigimos que se cumplen estas leyes. Ellos también exigen que se cumple la ley. No hay otra forma. Pero esto nos cuesta. Algunas veces pienso: ¿Vale la pena seguir o dejarlo? Pero creo que es importante de seguir adelante, porque es importante de aprender las cosas del mundo. No es posible de quedarse sin la necesidad de aprender algo. Como yo en la escuela aprendí de hablar en castellano. Aunque nací en un lugar donde no se habla castellano, se habla nuestro propio idioma. Hasta ahora todavía me cuesta hablar en castellano, no es mi idioma. En mi casa no hablo castellano, mis hijos hablan mi idioma. Pero lo importante es de seguir aprendiendo las cosas nuevas.

Creo que hay mucha gente nuestra que no tiene ninguna posibilidad de aprender la costumbre blanca. Ya son viejos, tienen más de 70 o 60 años. Difícil que ellos aprendan. Entonces, yo soy representante elegido por ellos. A veces me pongo a pensar y tengo un poco de miedo de llevar a mi gente a otro lado. Lo que quiero decir es: si uno acepte la idea de una organización del tipo de los blancos y sigue trabajando, cuando de repente uno se da cuenta que mi gente no va a entender nada de lo que yo estoy haciendo. Porque yo tengo contacto con gente blanca, con el gobierno, con gente que hacen las cosas distintas. Entonces ellos no van a entender nada y se van a enojar conmigo. Siempre pienso que es mucho mejor de trabajar con todas las comunidades nuestras. Ahí ahora tenemos caciques, representantes, la iglesia -varias personas que manejan la comunidad. Hay que reunirse con ellos y plantear estos problemas, pensar cómo vamos a seguir trabajando, cómo vamos a defender nuestra gente. Muy pocos tienen posiblidades de ser empleado de la Provincia, muy pocos tienen posibilidades de ser enfermero. La mayoría no tiene posibilidades; viven por los montes, de la cacería, como antes, no hay cambios.

Había un plan de lucha contra el hambre. Este plan vino del gobierno nacional. Llegaron “Cascos Blancos” y me dijeron: tenemos unas mercaderías para repartirlo entre 250 personas, nada más. Y yo digo: “¿Qué pasa con los 4.500?“. “Bueno, a los otros lo vamos a repartir después“, dijeron. El Gobierno Nacional manda “Cascos Blancos” que van a luchar contra el hambre con 250 personas. Me parecía chiste, pero hay que aceptarlo sabiendo que ellos van estar una, dos semanas gastando mucha plata, teniendo sus viáticos muy grandes, comiendo bien, paseando, jugando. Después se van y quedamos en lo mismo. Sabiendo esto hay que respetarlo. No hay que atacar nada. Son cosas de ellos, no son cosas nuestras.

Se habla mucho del Mercosur: no tengo idea de lo que es el Mercosur. Tenemos idea de lo que está pasando en nuestras comunidades pero de lo que es el Mercosur no tengo ni idea. ¿Qué pensaría mi gente hablando del Mercosur?, si yo, que estoy leyendo los periódicos, escuchando la radio, el técnico hablando del Mercosur, señalando las cifras, si ni yo entiendo lo que es el Mercosur. ¿Cómo sería para mi gente? No van a entender nada.

Por eso yo con varios otros compañeros estamos trabajando para defender a nuestra gente. Y vemos como primer punto que debemos de hacer entender a nuestro gobierno que no somos animales que andan en el monte. Nosotros tenemos gente que controla a cada comunidad, nuestros líderes, y es la misma comunidad que se controla entre ellos. Nosotros no necesitamos el control desde afuera, al contrario, causa problema. Porque por una cosa viene la policía, presiona a uno, lleva preso a una persona por una cosa que no merece de detener a una persona. No necesitamos el control sobre la comunidad, lo controlamos nosotros mismos. Y pasa lo mismo con las tierras. No necesitamos que viene alguien de Recursos Naturales que controla, que exige que se haga esto o lo otro. Quieren colaborar, para mostrar que nosotros también podemos hacer las cosas. Nosotros también podemos controlar el monte, son nuestros recursos naturales también.

Con respecto a los colonos, que llamamos criollos o chaqueños: ellos ahora hacen sus alambrados dentro de la zona y no dejan que uno entra para cazar, pescar, buscar frutas. Corren a nuestras mujeres que buscan frutas del monte. Estamos muy apretados. No podemos movernos mucho. Por esto hay mucha mortalidad infantil y muchos desnutridos, porque si uno no va a cazar, ¿qué más uno puede hacer? Uno no tiene plata para comprar comida en el almacén. Entonces si ellos no nos dejan entrar en una zona donde hay cazerío, estamos listos, no hay otra vida. Bien, en el fondo, ellos tienen su forma de vida, manejan sus cosas y nosotros también tenemos una forma diferente. Y es muy difícil juntarse con ellos. Tienen que defender sus animales, porque la vida está allí en los animales. Pierden un animal, pierden un poco de la vida.

Nosotros como cazadores salimos con los perros, porque los perros saben cazar, pero también cazan los animales de ellos. Y ellos se enojan y cuando matan un perro, nos enojamos, porque el perro sirve para cazar. Mirando el fondo hay muchas razones. Por eso nuestra organización no está amarga, no queremos chocar con ellos, pelear con ellos. No. Cuando pedimos el título de la tierra no decimos que ellos no necesitan tierra. No decimos que ellos no tienen derecho a la tierra, que nosotros tenemos todos los derechos -no decimos esto. Nosotros decimos que ellos también necesitan tierra, pero que se tienen que separar para tranquilizar a la comunidad nuestra. Y que ellos también estén tranquilos para desarrollar su propia forma de vida. Esta fue una idea de las comunidades indígenas.

Hemos elaborado una historia con la gente vieja, los ancianos, y hemos encontrado que se ha perdido mucha riqueza de la tierra. Pensamos que pronto esto va ser un desierto. Y volviendo al Mercosur, el gobierno también tiene planes de construir unas obras dentro de la zona que también estamos pidiendo. Estamos muy preocupados y lo que estamos pidiendo no es gran cosa: son 400.000 hectáreas para 6.000 personas. No es gran cosa.

Muchas veces el gobierno dice: ¿Por qué quieren tierra estos “matacos” -así dicen-, para poner qué? Por eso es muy importante de explicarles a Ustedes que no estamos comiendo la tierra misma, estamos comiendo de la fruta de la tierra.

Ayer hablaron de enfermos: pero ahora ¿quién está enfermo? Para nosotros allá es la tierra que está enferma. Tenemos que socorrer al enfermo, curar a este enfermo, pero hay que saber qué enfermedad tiene. Un médico no puede dar cualquier medicamento a un enfermo. Entonces busquemos un medicamento para la tierra. Porque tenemos que evitar que pronto se convierte en un desierto. Tenemos que encontrar un medicamento para que no pase eso.

Se escucha de la Comisión Europea y de otras organizaciones que dan plata hablando de proyectos grandes con montos grandes y nosotros muerto de hambre. Escuchamos que se va a financiar un proyecto grande de Formosa para este canal. Viene del Banco Mundial, del BID, viene de Holanda, de la Comisión Europea con tantísima plata. Y nosotros estamos muriendo de hambre. Por eso dije, nosotros no entendemos nada de las organizaciones. Y por esta razón, nosotros queremos elaborar los proyectos que salen de la misma comunidad, que decimos qué es la necesidad que tenemos acá y que le vamos a dar un proyecto a una organización que sale de la iniciativa de nosotros para poder manejarlo, para poder entenderlo. Si es un proyecto que se hace desde aquí de Europa, nosotros no lo entendemos. Muchas veces se habla de una empresa que va dar trabajo a la gente, se inscriben hasta 700 personas. Cuando llega esa empresa, dan trabajo para tres personas nomas. De los 700, están tres personas. Entonces nosotros ahora queremos elaborar los proyectos de la zona con la aprobación de nuestra gente. Porque si seguimos así, no vamos a entender nunca, sino va ser cada vez peor. El Gobierno dice que quiere buscar una solución, pero siempre es mentira. La Comisión Europea quiere solucionar el problema de Argentina, que hace falta dinero allá. Pero ¿qué problema tiene Argentina? Nosotros que tenemos un gran problema no tenemos ningún beneficio.

Se habla ahora de un proyecto para los tres paises: Bolivia, Argentina y Paraguay. Yo les digo que estamos desconociendo el proyecto que viene de acá. Nosotros no estamos tan preocupados por el dinero pero estamos muy preocupados por las tierras. La tierra hasta ahora no es de nosotros, es de la Provincia. ¿Qué estamos haciendo nosotros? A nuestra organización están pidiendo el título de la tierra. Lamentablemente, cuando el Gobierno ve que nosotros nos organizamos bien, él está viendo que es dificil romper y dificil manejar a nuestra gente políticamente, entonces al Gobierno no le gusta eso. El quiere trabajar en cada comunidad para facilitarle su política.

*Coordinador general de la Asociación de Comunidades Aborigenes Lhaka Honhat. Falleció el 06/05/2021.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/346782-desarrollo-indigena-o-desarrollo-impuesto

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