Sabsay y cómo promover el odio racial anti mapuce

Nuevamente sectores defensores de los privilegios del poder tradicional, están alarmados por fallos que comienzan a poner al día al Poder Judicial con las naciones preexistentes. El código civil argentino se puso en ejecución en 1871 mientras se pergeñaba la invasión territorial a la nación mapuce denominada “Conquista del Desierto” y allí quedaba establecido la sacralidad de la propiedad privada. Consumado el genocidio de Julio A Roca se puso en marcha a sangre y fuego esos principios de defensa de los derechos terratenientes y oligárquicos. Es en las últimas décadas donde esos abusos tienen un límite a partir de la lucha incansable de las naciones indígenas que han generado un marco jurídico y constitucional que deben ponerle límite a la impunidad de los sectores de poder tradicional.

Uno de los nostalgiosos de la época macrista donde el pueblo nación mapuce fue declarado “enemigo interno” es Daniel Sabsay. Este hombre ha dejado de lado su rol de catedrático en derecho constitucional, para ponerse nuevamente el traje de operador político, ya que en los últimos días se ha paseado por distintos medios de comunicación promoviendo el odio racial e intentando caricaturizar nuestra lucha. Anoche en la tv, la exposición del “Constitucionalista” se pareció más a una crónica de los diarios que avalaron el genocidio de la Campaña del Desierto hace 140 años, que la exposición de un conocedor de las leyes vigentes y de la constitución.

No por casualidad, anoche compartió mesa con Patricia Bullrich, en el programa “Sólo una vuelta más”, de Diego Sehinkman, por canal TN (Todo Noticias. Usando definiciones racistas tales como: que la lucha mapuce la llevan adelante “hordas violentas”, que supuestamente “han dañado, han quemado”, dejado “víctimas humanas, que han sido apaleadas” y donde “han habido muertes”. Cuando, en realidad, las únicas muertes se han sufrido del lado contrario a los terratenientes: con la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado y el fusilamiento de Rafael Nahuel. Recordemos que esto lo dijo estando Bullrich, la responsable de esas muertes, en la misma mesa junto a él.

Claramente, estos discursos de odio están dirigidos al público porteño que conforma gran parte de la población del país y que desconoce absolutamente la realidad que se vive en cada uno de los centenares de Lof (comunidades Mapuce) que existen a lo largo y ancho del territorio Mapuce.

Desde Buenos Aires, continúa la visión colonialista, livianamente se habla del “Sur” o “la Patagonia”, intentando resumir la realidad que se vive, cuando se refieren a un territorio que es casi 6 veces más grande que la provincia de Buenos Aires. Peor aún, en el caso de Sabsay quien intenta levantar nuevamente el fantasma de que el Pueblo Mapuce quiere “hacer un estado aparte”, cuando no existe organización mapuce que tenga tal objetivo político. De esta manera busca generar el pánico que habilite nuevamente la represión y retome la construcción del enemigo interno que el Macrismo instaló en los medios durante su gobierno. En la realidad, por el contrario, hoy son las propias instituciones del estado argentino, quienes en rigor de derecho están exigiendo a los gobiernos que cumplan con los mandatos constitucionales que nos respaldan.

Tal es el caso del reciente logro judicial de la lucha del Pueblo Mapuce, que se materializó en el fallo de la Corte Suprema “Comunidad Mapuche Catalán y Confederación Indígena Neuquina c/ Provincia del Neuquén s/ acción de inconstitucionalidad”, del 8 de abril del 2021, que lejos de ser asumido, ha generado una nueva campaña de terror por parte de la derecha argentina y los sectores de poder. Es lamentable que en lugar de encontrar en esta decisión de la Corte una orientación para dejar de ignorar nuestros derechos y comenzar a dejar de lado la brutalidad de sus discursos, una vez más demuestran que defienden intereses del poder a cualquier costo, aunque implique dejar de lado la ley con la que antes nos amenazaban.

La armonización entre el derecho constitucional de propiedad comunitaria de la tierra y las propiedades privadas, implica dejar de utilizar las viejas leyes provinciales, decretos administrativos y notariales, que se crearon ignorando absolutamente nuestros derechos preexistentes que hoy, como bien sabe Sabsay, tienen rango constitucional y, por eso, son superiores a cualquier ley nacional o provincial que pretenda regularlos en contrario.

Continuar negando el genocidio mediante el cual se invadió el territorio de los Pueblos Originarios, es desconocer la base que permitirá la reparación histórica que adeuda el estado argentino con casi 40 naciones originarias preexistentes.

Fuente: https://web.facebook.com/XAWVNKO/posts/4130771183670261

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *