A un año del inicio de la recuperación de tierras de Guernica

Balance de la lucha por tierras en el conurbano bonaerense. Experiencia acumulada: de Agustín Ramírez a Guernica.

El presente balance fue escrito por el Equipo de Tierra y Vivienda FOL Regional Sur Eléctrico (Brown- Echeverría-Pdte. Perón) parte de cuyos integrantes fueron también vecines de la recuperación de Guernica.

SÍNTESIS

  1. Nuestro ingreso a la recuperación de tierras de Guernica

1.1       Radiografía de los grupos organizados en la recuperación de tierras

1.2       El desborde de la intendenta Cantero

1.3       Las contradicciones al interior del peronismo

1.4       La reacción tardía del peronismo progre

1.5       Nuestra intervención: organización, solidaridad y lucha

  1. Experiencia acumulada, Agustín Ramírez como emblema
  2. Por qué Guernica fue Guernica
  3. Los porqués del desalojo

 

  1. Nuestro ingreso a la recuperación de tierras de Guernica

Las familias que se organizan en el FOL se incorporaron a la recuperación de tierras al final de la primera semana de iniciadas las acciones, los días 24 y 25 de julio, en el último sector de tierras que quedaba libre, sector donde luego se organizaría el barrio La Unión, que llegó a contar con unas 350 familias. Justamente en esos días, nuestros enemigos, Bellaco SA y pequeñas mafias de tierras locales iniciaron su ofensiva legal y física contra la toma.

Las familias del FOL nos integramos al conjunto de familias que estaba peleando en Guernica por su tierra, con la misma necesidad que nosostres. Desocupades, changarines, estudiantes y laburantes de sectores precarizados, mujeres y disidencias víctimas de violencia de género, con una fuerte presencia de migrantes bolivianes, paraguayes, colombianes y peruanes. Todes con la misma necesidad.

Hicimos pie en territorio como organización y pusimos en discusión colectiva (en sucesivas asambleas) la experiencia acumulada de lucha por tierra en el conurbano desde los ’80, y nuestra propia experiencia, particularmente en barrio Las Cavas 2005, barrio 14 de Febrero en 2009 y el intento de construir una coordinadora de recuperaciones de tierra en el 2007.

Desde la primera asamblea barrial en lo que más tarde sería el barrio La Unión, el día 25 de julio, comenzamos el debate con les vecines en torno a cómo debería ser nuestra organización comunitaria, criterios, el proyecto de barrio, el nombre, política de prensa, la estrategia judicial, el marco de alianzas y la necesidad de construir la unidad en el territorio con todes les que se estaban asentando. En contra de la venta de terrenos, la violencia entre vecines, el enfrentamiento entre sectores en la gran recuperación.

En definitiva, tratar de discutir la construcción de una organización comunitaria entre todes les que estaban luchando por tierra en esas cien hectáreas, entre esas 2500 familias. Eso implicaba salir de la zona chica de La Unión y abrirse a discutir y construir con miles de familias más. Esa fue la tarea que dio sus frutos al constituirse la Coordinación de Vecines, Delegades y Organizaciones de Recuperación de Tierras de Guernica, que se expresa con un primer comunicado el 7 de agosto del 2020. Se tardó dos semanas en construir una organización general de la toma, donde mientras tanto predominaron fuerzas políticas y delincuenciales que apoyan el sistema capitalista y se manejan con criterios punteriles.

1.1       Radiografía de los grupos organizados en la recuperación de tierras

Al momento de recorrer, charlar, interactuar con les vecines de la recuperación fuimos conociendo los grupos sociales que organizan el territorio con sus criterios y lógicas de poder. Como es habitual en este tipo de tomas no existe una organización que centralice un proyecto común de barrio entre los que van llegando. Se van armando estructuras de poder por zonas y las formas de construcción del hábitat y de distribución de la tierra expresan distintas líneas políticas, incluso proyectos de sociedad. Por entonces, a fines de julio, todo era muy distinto, con zonas donde la urbanización no existía, sin manzanas, calles o plazas, con formas de decisión punteriles y violentas, sin asambleas o delegades, con una total injusticia en la distribución de la tierra, donde había familias que tenían dos manzanas y otras que vivían amontonadas en medio lote.

Sintéticamente, la radiografía de estos poderes era:

  1. a) Familias ligadas al peronismo de derecha, con expresión de barras bravas de clubes y miembros de sindicatos pertenecientes a la burocracia del PJ. Fueron quienes comenzaron la toma en la zona de lo que luego fue el barrio 20 Julio. Al escaparse de sus manos el descomunal crecimiento de la toma, este grupo entra en contradicción con su dirección (el PJ y la intendenta Cantero), ya que esta impulsaba el desalojo y la represión sobre esta misma base social que la había apoyado en campaña. Una parte de este sector, posteriormente hacia septiembre, buscaría un acuerdo a escondidas para un grupo de familias, traicionando e intentando boicotear la organización construida. Otra parte de este sector rompe y apoya a la Coordinación de Delegades y Organizaciones.
  2. b) Asociaciones delincuenciales, en algunos casos con “sentido social”, que organizaban algunas zonas. Se trataba de numerosas estructuras independientes entre sí, que se expresaban en el territorio y se lo disputaban. Tendían a ser dirigidas políticamente por el peronismo de derecha y la policía, y la distribución de la tierra entre las familias perseguía la finalidad de hacer negocios e irse antes de los desalojos, habiendo consumado sus estafas. Un sector minoritario de ellos quedó hasta el final, y también terminó subordinándose a la Coordinación de Organizaciones y Delegades.
  3. c) Punteros y semi punteros “independientes”, que resultaron a la larga reconocer ser parte de sectores más ligados al peronismo de centro como La Cámpora, MTE, FPDS-UTEP, Movimiento Evita y agrupaciones peronistas de Guernica, entre otras, que apoyaban la organización barrial, pero decidieron no mostrar las banderas siguiendo la línea de su organización nacional, ni participar de manera sostenida en las movilizaciones y asambleas barriales. En determinados momentos colaboran en la disputa contra el peronismo de derecha, pero finalmente se acomodan a las necesidades políticas de la conducción del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de provincia. Buscaban operar por dentro del Estado para lograr algún tipo de acuerdo, siendo hacia octubre parte importante de quienes firman las actas con el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de Provincia de Buenos Aires, y se retiran boicoteando la Coordinación de Delegades y Organizaciones.
  4. d) Autoconvocades y vecines independientes. Como en toda lucha se desarrolla un sector nuevo que no estaba organizado y que empieza a construirse en el territorio. Por lo general eran desconfiades hacia las organizaciones, sea cuales fueran. Como les resultaba trabajoso contar con información y organización, eran fácilmente engañades y dirigides por los punteros y delincuentes. Sin embargo, poco a poco va abandonando la influencia de los sectores a, b y c, y se empieza a plegar a la idea de construcción y urbanización de los 4 barrios, la conformación de asambleas por barrio y un cuerpo de delegades y organizaciones que coordinan toda la lucha.
  5. e) Organizaciones piqueteras de izquierda, donde las familias que participaban en estas organizaciones definieron de manera individual sumarse a la recuperación de tierras y rápidamente llevaron al debate interno de sus organizaciones la posibilidad de ir a apoyar. La mayoría de las organizaciones dieron el respaldo, con excepciones vergonzosas. En general hoy las organizaciones que lucharon en Guernica conforman la Unidad Piquetera. Cada organización empezó a construir en el territorio su estructura organizativa entrando en choque con representantes de los otros tres grupos, particularmente con a y b. En el medioano plazo, se logró una muy buena coordinación con el grupo d. Como se mencionó, hacia el final de la lucha fueron traccionando a sectores de a y b que no habían abandonado el territorio, fueron acomodándose a la dirección colectiva construida en torno a la Coordinación de Delegades y Organizaciones.

1.2       El desborde de la intendenta Cantero

Blanca Cantero dio vía libre a las barras para ocupar una pequeña parte del predio como compensación a la campaña electoral donde ella ganó como intendenta. Esta forma de urbanización tiene larga tradición entre los intendentes peronistas. Con la tierra “floja de papeles” pagan campañas electorales y hacen negociados. Pero la crisis económica y pandémica en curso desbordó esta toma de baja escala. En vez de 10 hectáreas, terminaron por ocuparse casi 100, y para colmo avanzando sobre tierra perteneciente a un gran socio del poder municipal peronista, los countries, y en particular el Barrio Cerrado San Cirano. Y con el no menor agravante, de que 36 hectáreas de esta tierra deberían haber estado cedidas previamente para urbanización de barrios populares, tal cual lo establece la Ley 14.449.

1.3       Las contradicciones al interior del peronismo

A medida que la recuperación de tierras se va consolidando, van fracasando los primeros intentos de desalojos y tomando estado público, el peronismo entra en estado deliberativo: Desalojar y ¿Cómo? O bien no hacerlo.

El peronismo de derecha, con la Intendenta Cantero y Massa a la cabeza, convoca a un encuentro de intendentes que le dan respaldo para el desalojo, junto con Berni y el apoyo de los medios masivos. Desde el Ministerio de Desarrollo Social de Nación, a través de funcionarios del Movimiento Evita, impulsan la negociación a fines del mes de agosto, asumiendo que era imposible que las familias se queden, pero ofreciendo la alternativa de una reubicación masiva en otro territorio. Esta negociación termina por caerse debido a las disputas (de público conocimiento) entre la Cámpora y el Movimiento Evita.

Desde septiembre, y hasta el desalojo, toma la conducción de las negociaciones el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires, conducido por la Cámpora. En ese contexto crece la agitación mediática y judicial del Pro y la derecha peronista, a favor del desalojo, y también crece el apoyo de un sector importante de la población que ve en Guernica su propia necesidad.

Este sector “progresista” del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de provincia intenta conciliar en su propio gabinete, donde coexisten con Berni y el Pejotismo que impulsan el desalojo en línea con la presión mediática y judicial. Berni arranca su campaña política para entrar en listas de diputados con la línea de “mano dura contra los ocupas”. En general hay discusiones en el peronismo sobre el qué hacer, quedando abierta su disputa interna a la sociedad.

1.4       La tibia y tardía reacción del peronismo progre

El peronismo que intenta conciliar en el Estado el apoyo a reivindicaciones populares vive una tragicómica contradicción. Mientras que humanamente dan una señal a favor de la lucha, sus acciones estatales demuestran lo contrario. Se expresa la verdadera cara del estado capitalista en sus múltiples facetas, que tiene como función primera la garantía en el derecho a la propiedad privada. Y en este sentido, más allá de declaraciones de principios humanistas y citas papales, toda la acción se mueve en límites sumamente estrechos de la dominación capitalista y patriarcal. Incluso leyes semi progresistas, como la 14.449 de Acceso Justo al Hábitat sancionada hace casi una década atrás y que contempla que los countries deben entregar el 10% del total de las tierras para fines sociales, es puesta en un segundo o tercer nivel de relevancia, detrás de la primacía de la propiedad privada y el lucro inmobiliario. Tuvo que estallar esta oleada 2020 de recuperaciones de tierra para que vuelva al tapete y se empiece poco a poco a rediscutir. Es decir, queda claro que solo las acciones de lucha decididas pueden luego provocar que se aplique un reformismo progresista del estado capitalista. Las propias contradicciones del bloque dominante, sumado a la burocracia estatal y judicial garantizan que toda reforma progresista tienda a quedar sólo en papeles y buenas intenciones. En este sentido, la realidad es que el sector que negociaba en nombre del Estado estaba maniatado, y una vez más quedó en claro como el reformismo es impotente para resolver los problemas populares.

1.5       Nuestra intervención: organización, solidaridad y lucha

Los primeros días de agosto se comienza con reuniones que permiten luego conformar una coordinación entre las organizaciones piqueteras de izquierda y los sectores autoconvocados. Se fomenta construir la idea de que hay que generar un proyecto de barrio de los 4 sectores (20 de Julio, San Martín, La Lucha y La Unión), de manera organizada, para llegar a acuerdos colectivos en las decisiones como planes de lucha, organización interna y negociaciones con el Estado.

Nuestro eje de intervención se centró en poner en discutir la puesta en práctica de recomendaciones recogidas de la experiencia de lucha en el conurbano desde los 80. Hemos participado en muchas luchas por tierra y hemos aprendido de nuestros aciertos y derrotas. La verdad es que la mayoría de las peleas por tierra tienden a desconocer el “abecé” de enseñanzas que nos han dejado nuestros antecesores. Si bien la experiencia acumulada no garantiza la victoria, al menos otorga una base más potente para ella.

  1. Experiencia acumulada, Agustín Ramírez como emblema

De las luchas por tierra de los 80 en las profundidades de la Matanza, Quilmes, Varela y Brown sedimenta una memoria y una experiencia, que por momentos parece soterrada, sobre cómo fue que en 5 años de lucha centenas de miles de personas ganaron su hogar, su barrio, su tierra para vivir. Corridos, atacados por las políticas económicas genocidas de la dictadura militar, miles de familias fueron expulsadas con esa crisis de los 80. A mitad del 1981, organizadas por comunidades eclesiales de base, organismos de derechos humanos y partidos de izquierda se inician las recuperaciones de tierra en Quilmes, y luego en Brown en el año 1982.

Estas recuperaciones construyen una experiencia organizacional que les da fortaleza y luego triunfos. Este ascenso y sus victorias hacen que se pueda hablar de una primera oleada de lucha por tierras que se da en los primeros cinco años de la década del 80. El emblema de este proceso fue sin duda Agustín Ramírez, joven que vivió la zona sur de conurbano bonaerense, miembro de las comunidades eclesiales, animador y coordinador de las luchas por tierra, asesinado por miembros de la policía de Lanús bajo encargo de los terratenientes.

Estas luchas por tierra fueron organizadas con los aprendizajes que ya traía cada organización política de izquierda y la teología para la liberación, que propiciaban una transformación social. Y de ahí proviene la idea de asambleas de base y delegades por manzana, y no la de manejos punteriles y ventas de terrenos. La idea de un barrio que pelea por sus derechos y que vaya progresando a través de su organización interna, manteniendo su proyecto y mística, la idea de un mundo nuevo con criterios anticapitalistas.

La experiencia acumulada nos indica que cuanto más clara, profunda y democrática sea nuestra organización y visión política, mejores condiciones habrá para la victoria. En este sentido, quedan estos ejes constructivos para mirarnos en un espejo y evaluar si nuestra lucha por recuperación de tierras va en dirección de tomar esa experiencia realmente.

La construcción de un cuerpo de delegades basado en asambleas fue una de las tareas que emprendimos fuertemente luego de ir ganándole la dirección a los sectores a, b y c (tarea que conllevó varias luchas violentas y de persuasión, o hegemonía en términos gramscianos). Este Cuerpo de Delegades estaba compuesto por uno o dos delegades generales por cada barrio, y a su vez cada manzana tenía su delegade responsable, quienes se reunían casi a diario, dependiendo la vorágine del acontecer cotidiano. También la conformación de Comisiones de Trabajo por objetivos, que en cada asamblea se iban sumando más vecines con solidaridad de otros actores del campo popular. Algunos de los ejes de trabajo fueron:

Salud: Comenzó con tareas que se reducían en la atención primaria en contexto pandémico, y luego a partir de la organización y la solidaridad de sectores profesionales, se conformó la primera posta sanitaria en La Unión con atención primaria y otras especialidades, llegando a contar con un cronograma semanal de atenciones en clínica, pediatría, obstetricia, ginecología, entre otras. Poco a poco se fueron creando nuevos centros de atención de salud en los otros barrios.

Asambleas transfeministas y niñez: Habitada por las mujeres y disidencias del predio, las cuales fueron quienes organizaron a través del lazo de sororidad, espacios de debates políticos de problematización que nos atraviesan aún más a las mujeres y disidencias, acompañamientos del emergente como lo han sido las ollas populares, espacios de cuidado, visibilizando a quienes estaban en las tareas cotidianas, desde la construcción de las casillas hasta la autodefensa. Quienes luchaban por un barrio sin violencia y vulneración de los derechos de la niñez, e identidad de géneros. Además, se encontraban con situaciones de violencia física hacia las compañeras que formaban parte del territorio y eran ellas quienes tomaban la autodefensa feminista como herramienta para expulsar a los varones violentos de la recuperación. En las lógicas de construcción de otras luchas de recuperación, sobresalía la referencialidad de los varones delegados. En la recuperación esta dinámica fue totalmente diferente, ya que eran vecinas compañeras aquellas que a través de asambleas de base y horizontales tomaron el rol de delegadas de sectores. Lesbianas trans, travestis y mujeres levantaban bandera de “tierra para vivir, feminismo para habitar”. En la segunda asamblea transfeminista se debate sobre la necesidad de espacios que contengan a las niñeces, puesto que las tareas de cuidado son mayormente asumidas por mujeres y disidencias. La creación e impulso, además, del funcionamiento de encuentros por semana con juegos y merienda. También el rol de este espacio ante los avisos de desalojos, quienes llevaban la tarea de relevar y contener cuando el escenario represivo se iba acercando.

Autocuidado: El autocuidado del territorio fue todo un desafío. La extensión del predio complejizaba el poder garantizar autodefensas en todos los puntos frente a las agresiones para policiales y la amenaza del desalojo. El autocuidado siempre estuvo de la mano con el equipo de legales. La protección de las familias era labor de cada manzana y de toda la recuperación, por las noches cuadrillas de autocuidado recorrían el lugar, para evitar que no hubiera gente extraña que se infiltrara para generar grescas o disturbios. Los hostigamientos eran moneda corriente casi todos los días. Por las madrugadas un helicóptero merodeaba a baja altura, alumbrando las viviendas y generando conmoción y miedo entre las familias. Como respuesta a esto, les vecines salían a a prender neumáticos para que los vieran desde arriba, mostrándoles que allí estaban, resistiendo y que su hostilidad no los iba a vencer.

Urbanismo y proyecto de barrio: La comisión de urbanismo fue impulsada con la ayuda de profesionales de la UBA y UNLP, con arquitectes, urbanistas y geografes de les cuales algunes ya participaban en las organizaciones de la coordinación. Esta comisión generó materiales y trabajo en territorio para planificar la división de lotes e integración urbana, social y productiva, ayudando a que el nuevo barrio se ajustara a los marcos legales previstos por la 14.449. Se trabajó en la construcción de un proyecto que contaba con: a) accesibilidad de los terrenos para todas las familias, acorde al amanzanamiento y calles existentes, b) un programa de lotes con servicios con continuidad de las redes de agua, cloacas y electricidad, c) mediante convenios con prestatarias, fomento de intervenciones de agua + trabajo y cloacas + trabajo, d) espacios libres públicos y paseos ribereño para garantizar el buen funcionamiento de los cauces de agua que circulaban por el predio, e) la construcción de equipamiento sociocomunitario para la realización de actividades educativas, culturales, recreativas y de atención primaria de la salud y f) fortalecimiento de los comedores comunitarios (mejoras de espacios y abastecimiento e implementación) de programas de atención pública a los grupos más vulnerables.

Equipo de abogades: A través de los grupos de coordinación, y desde las organizaciones, se toma la decisión de que La Gremial de Abogades lleve la defensa de las personas que habitaban la recuperación. Casi sobre la fecha límite, presentan la primera apelación, dónde no sólo se remarcan las irregularidades del caso y la ausencia (o precariedad) de documentación de las tierras, sino que también se expone una presentación respecto a los derechos de las niñeces que habitaban el territorio con sus familias. Estas intervenciones llevaron también a exponer todas las irregularidades, y las decisiones puramente políticas del poder judicial por imponer de todos modos el lanzamiento de tal magnitud.

Prensa y difusión: La construcción de redes con medios alternativos, ante los discursos hegemónicos de los medios que estaban furiosamente en contra y desarrollaron con fuerza un lobby mediático estigmatizante, con discurso anti pobres, conservador y macartista. El papel, también de medios como C5N y Radio con Vos, permitiendo dejar al aire al ministro Larroque con un discurso contra los “zurdos”, que luego fue acompañado con tapas de periodismo gráfico legitimando que no existía organización y necesidad, sino que la izquierda estaba “embarrando la cancha”. En este contexto, nuestra red de medios alternativos posibilitó cuestionar las medidas del gobierno, denunciar los avasallamientos e informar de forma crítica y clara lo que sucedía en la recuperación.

La organización de planes de lucha: la lucha hacia fuera del barrio, con movilizaciones y jornadas político culturales, utilizando todos los recursos y amplitud en la solidaridad fue muy importante. Las acciones llevadas adelante, de cuándo salir a la calle y llevar el reclamo al lugar donde era necesario, era discutido en reuniones de la coordinación de las organizaciones con el cuerpo de delegades; que luego hacía el recorrido de llevarlo a las asambleas generales por barrio y volver a discutirlo con los aportes de les vecines. Luego de aprobada la acción, rápidamente les vecines se organizaban para estar presentes en las calles y no dejar sólo el predio, o si la jornada era dentro del predio cada manzana tomaba una tarea para ese día. Como Recuperación de Tierras realizamos numerosas movilizaciones a la Intendencia, al Ministerio de Desarrollo Social de Nación, al Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia, a la Casa Rosada y al emblemático Obelisco.

En síntesis, a medida que las asambleas de manzanas y generales se configuraban en su periodicidad, iban tomando su propia lógica de unidad, autoorganización y mística que caracterizaban una labor colectiva de esa construcción. Estaba claro ya para muches vecines que la recuperación era su lugar donde elegían habitar dignamente y facilitaba que resultara inadmisible la venta de terrenos o violencias, y respetar los acuerdos en cuanto a la distribución igualitaria de los lotes como una de las tareas primordiales llevadas a cabo por las asambleas como proyecto de barrio, lograda con el aporte de la primera comisión de urbanismo, y sobre esta base, se conforman los criterios solidarios contra: negociados individuales, es decir, venta de lotes, la prohibición de narcotráfico y un barrio que no permitiría la violencia de géneros, distribución y urbanización con espacios comunitarios equitativos. El apoyo mutuo cuando los fuertes temporales azotan y destruyen las precarias viviendas. La planificación y rotación de ollas comunitarias y la repartición de los recursos que llegaban gracias a la donación de la población. También fue iniciativa la creación de un fondo económico de lucha, para solventar los distintos gastos que iban apareciendo. Así como la transparencia con el dinero que nos iban donando, o de las propias iniciativas de vecines con actividades de recaudación.

  1. Por qué Guernica fue Guernica

Guernica fue Guernica porque se combinaron muchos factores. Podemos nombrar, entre otros: a) por la masividad de la toma; b) por la rápida referencia mediática en el marco de ausencia de conflictos visibles, exacerbados por la línea de mantenerse en casa que fue exigencia ante la pandemia; c) por hechos de violencia, en los intentos de desalojo, cobertura mediática nacional, algunas de carácter demonizante. Pero, desde nuestra óptica, destacamos como central la acción consciente que fuimos planteando en el marco de la Coordinación de Delegades y Organizaciones entre fin de julio y mitad de agosto, donde avanzamos en la construcción de la organización de los cuatro barrios. Construimos una estrategia judicial, una política de prensa y solidaridad, comisiones de trabajo y urbanizamos. Este trabajo se fue visibilizando y ganando simpatías en la población en general y pudimos cambiar la agenda mediática. Este trabajo retoma lo mejor de la experiencia acumulada en las luchas por tierra del conurbano. Guernica puso en discusión el acceso al derecho de un pedazo de tierra para vivir con una mínima dignidad. Visibilizó el problema del acceso a un hábitat digno. Denunció las políticas estatales y la defensa de la propiedad privada, así como los negociados por parte de especuladores de la tierra.

  1. Los porqués del desalojo

Hacia fin de octubre se van combinando factores que fueron la razón del desenlace, del terrible, desmedido y despampanante operativo policial comandado por el ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni. El desalojo fue en la madrugada del 29 de octubre del 2020, donde un ejército de más de cuatro mil policías con alto equipamiento entró al predio, justamente por el barrio La Unión. Podemos decir que estos factores fueron los determinantes del desalojo:

  1. a) Se convirtió en un problema político nacional, y por tanto pasó a estar condicionado ya por fuerzas por arriba de lo que pudiera hacer la acción local de la lucha. Por abajo desde las organizaciones en lucha se fueron agotando las condiciones de lograr una irrupción de lucha y apoyo que cambie la lucha superestructural que se iba cerrando por derecha.
  2. b) Avance de la causa judicial en contra de les vecines. Sabemos que el poder judicial fue uno de los actores que más empujó el desalojo. Jueces y fiscales que son socios de los empresarios, encantados en hacer cumplir la propiedad privada y en lo posible esmerilar el poder político del gobierno.
  3. c) Decisión política de sectores del peronismo de frenar el proceso de tomas de tierra que se había extendido. En este sentido, el pejotismo y la intendencia de Presidente Perón encabezó una ofensiva de 14 intendentes, apoyados por Massa, que salió a decir públicamente, por ejemplo, que a los tomadores se les iba a sacar los planes sociales. Por otra parte, se fueron haciendo varios castigos ejemplares en desalojos más violentos que los habituales como sucedió en barrio Los Pilares La Matanza y en Las Chacritas en Esteban Echeverría, donde se llevaron adelante desalojos sin orden judicial y cometiendo abusos de todo tipo.
  4. d) Nueva ola de agitación mediática por parte de los sectores económicos concentrados frente a la acción del MTE con Dolores Etcheverry en Entre Ríos, donde se ocupa tierra a un directivo de la Sociedad Rural Argentina.
  5. e) Tensión cambiaria que ponía en debilidad al programa económico y al gobierno. Parte de la burguesía había presentado un documento que mostraba un apriete para que se garantice la propiedad privada y así tranquilizar la economía. Cristina Fernández sostuvo reuniones con grandes empresarios, y días después sale una nota en diario Clarín, donde CFK hacía un llamado al pacto social en dicha carta pública, incluyendo al mismísimo grupo Clarín y la Asociación Empresarial Argentina. Luego de este hecho, afloja la tensión cambiaria, el dólar baja y se estabiliza la situación.

En síntesis, las relaciones de fuerza construida por los de abajo no logro superar la presión burguesa, ni a nivel mediático, ni a nivel judicial, a la vez que al interior del peronismo predominó el ala de derecha, que condicionó a los sectores de centro que, representados por CFK, terminaron por tener que avalar la salida represiva.

Al igual que en el caso Vicentin, el reformismo retrocedió en chancletas. Y las clases trabajadoras fueron el pato de la boda para tranquilizar al gran capital, y mostrarle que el peronismo es el verdadero partido del orden.

Vamos conociendo los miles del rostro de un Estado que se publicita como “popular”, pero que termina siempre expresándose como herramienta en múltiples facetas de dominación de una clase sobre otra. Y ahora, Berni candidato… ¿Sera que sectores que se consideran progresistas terminen por llevarlo de candidato? Veremos…

 ¡La lucha por tierra, por autogestión de la vivienda y por barrios comunitarios continúa!

¡No nos han vencido, la organización continua! ¡Guernica vive, la lucha sigue!

Equipo de Tierra y Vivienda del FOL Regional Eléctrico Sur

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