Este año hubo un cambio en el liderazgo del procesamiento, históricamente dominado por empresas nacionales. Menor stock ganadero y la caída de SanCor.
Por Patricio Eleisegui.
A tono con la tendencia de los últimos años, el negocio lácteo en la Argentina sigue avanzando hacia la concentración y continúa la tendencia de cierre de tambos de las últimas dos décadas. Sólo de 2021 a esta parte dejaron de operar 370 establecimientos y el stock ganadero marca una caída del 30 por ciento respecto de la década de 2010. El número de vacas lecheras distribuidas suma 1,5 millones de ejemplares y los tambos operativos totalizan algo más de 10.000 aunque 400 de esos emprendimientos concentran casi el 25 por ciento de la producción total de leche y derivados.
Estos datos integran el informe más reciente del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), el cual arrojó como otra novedad que la canadiense Saputo ocupa el primer lugar en la nómina de las compañías que procesan la mayor cantidad de litros de leche. Detrás de la norteamericana se ubica Mastellone, líder histórica del segmento, y luego se suceden Williner-Illolay, Punta del Agua, Noal SA, Adecoagro y Nestlé.
Según pudo constatar iProfesional, SanCor recién se ubica en el puesto 12 de las firmas que más procesan. Milkaut, Corlasa, Tregar y Verónica son algunas de las compañías que superan a la unión de cooperativas.
Negocio lácteo: cuánta leche se procesa
En términos de volumen, Saputo recibe más de 3,78 millones de litros de leche diarios, mientras que Mastellone se ubica en torno a los 3,45 millones. SanCor apenas supera los 533.000. La canadiense hoy ostenta la máxima posición en términos de exportación de quesos y también es un actor de peso en la venta al exterior de leche en polvo. Además de su etiqueta homónima, Saputo comercializa sus productos a través de marcas como Molfino, Ricrem y La Paulina.
“En Argentina en el período analizado la facturación industrial promedio fue de u$s0,62/litro de leche, mucho mejor que la de igual período el año anterior, no explicada por una mejora real sino fundamentalmente por el fuerte retraso cambiario. Este valor, por ejemplo, para el ranking top 20 de las industrias lácteas mundiales está cercano a u$s1,00/litro de leche (IFCN)”, señala OCLA.
“Dentro de las 10 principales industrias, el 36 por ciento de la producción recibida está en manos de empresas multinacionales (con sus casas matrices en otros países)”, añade.
En sintonía con esto último, el observatorio señala que el sistema cooperativo en materia de recepción de leche representa hoy menos del 5 por ciento del mercado.
“En el año 1994 recibía el 35 por ciento de la leche del país (casi el 50 por ciento de la leche en los principales países lecheros del mundo la manejan las cooperativas). Cabe acotar que, como sector de producción primaria, las cooperativas concentran en Argentina alrededor del 25 por ciento de la producción total de leche”, se añade en el informe.
Leche en la Argentina: qué pasa con los tambos
El informe de OCLA menciona 10.076 tambos activos en la Argentina con un total de 1,52 millones de vacas lecheras. Versus 2021, en este ejercicio el stock ganadero disminuyó en 49.522 ejemplares y el cierre de unidades productivas alcanzó los 370 establecimientos.
Según el observatorio, la tasa de cierre se condice con la tendencia que predomina en todo el mundo. Fuera de nuestro país, en los territorios donde se desarrolla la actividad láctea el índice de establecimientos que cesan sus actividades es del 4 por ciento anual.
Apenas 400 tambos producen casi el 25 por ciento de la leche que se genera a diario en la Argentina.
“La concentración se va a acelerar en los próximos años debido a las condiciones económicas y a las políticas sectoriales que sufre el sector. Los problemas de rentabilidad y las medidas que viene implementando el gobierno complican más a los chicos”, dijo al respecto Jorge Giraudo, director ejecutivo del OCLA.
Para luego concluir: “Para que Argentina mejore su eficiencia productiva hay que invertir. Pero para eso se requiere de financiación, que es lo que necesitan aquellos tambos que no cuentan con recursos económicos propios suficientes”.