Transodio en Indonesia: la muerte de Rodrigo Ventocilla se debe esclarecer

Sebastián Marallano y Rodrigo Ventocilla fueron discriminados por su condición de varones trans y migrantes en Indonesia, con el triste saldo de la muerte de Rodrigo bajo custodia policial y privado de su libertad. La semana pasada se realizaron acciones frente a los Consulados de Perú en diferentes países para exigir justicia. En esta entrevista a Milagros Panta, amiga de la pareja, reconstruimos su historia y la lucha que diversos colectivos llevan a cabo para que el caso no quede impune.

Justicia para Rodrigo y Sebastián

Esta historia de violencia contra dos activistas trans peruanos, Sebastián Marallano y Rodrigo Ventocilla, dio comienzo cuando ambos realizaron un viaje a Indonesia, resultando víctimas de políticas discriminatorias, transodio y xenofobia.

En diálogo con Milagros Panta, amiga de Sebastián y de Rodrigo, repasamos el recorrido de los dos chicos peruanos trans que acababan de contraer matrimonio a inicios de agosto. “Se casaron en Valparaíso, Chile, porque en Perú el matrimonio igualitario todavía no es legal. Justamente, como un viaje de celebración por su unión viajaron a Indonesia, a Bali. Al llegar a Indonesia el 6 de agosto Rodrigo es detenido por la policía del aeropuerto por tener un objeto de uso canábico que tenía recetado por cuestiones de salud.”

De manera arbitraria, totalmente ilegal, la policía detiene a Rodrigo y lo secuestra, lo extorsiona. Le piden una cantidad de dinero exorbitante, de una multa de 13 mil dólares pasaron a pedirle 100 mil dólares. Este atropello lo vivió solo, ya que su esposo Sebastián llega en otro vuelo al día siguiente. “Averigua que pasó con Rodrigo, y en ese momento también es detenido sin ninguna razón, solo por preguntar por Rodrigo. Ambos son vulnerados en todos sus derechos cuando son detenidas, y además no les permiten comunicarse con la familia”, afirma Milagros.

“La familia se entera que ellos están detenidos el 9 de agosto, cuando ambos caen hospitalizados por una intoxicación por unas pastillas que les dieron los policías – prosigue Milagros- y esto se lo comunican de manera inmediata al cónsul de Perú en Indonesia, Julio Eduardo Tenorio Pereyra, quien no tuvo ninguna respuesta. El jueves 11 de agosto Rodrigo fallece.”

¡Cuando un trans muere, nunca muere!

Esta cadena de eventos trágicos tiene responsabilidades compartidas, entre las autoridades de Indonesia y de Perú, que no intervinieron para resguardar la vida de los jóvenes. Milagros relata que “hasta el momento el hospital y las autoridades de Bali no entregan el parte médico de cuáles fueron las razones por las cuales murió Rodrigo. Queremos que se esclarezcan las razones de su muerte ya que murió bajo custodia policial y era responsabilidad de las autoridades de Bali que se encuentre con vida. Asimismo la familia denuncia al cónsul de Perú por la inacción, por no haber acudido a tiempo a poder prestar ayuda, proteger y velar por la integridad de dos peruanos en el exterior. Tenorio Pereyra recién se comunica un día después del fallecimiento de Rodrigo con la familia a prestarles ayuda. Es gracias a la denuncia y el apoyo que hicieron diferentes organizaciones sociales, de Derechos Humanos, LGTBI en Perú e internacionalmente que se pudo rescatar a Sebastián para que regrese a Perú. Él seguía detenido cuando Rodrigo ya había fallecido, y las autoridades de Perú tardaron mucho en hacer las gestiones para que regresara de manera urgente”.

Fue gracias a la presión social de las diferentes organizaciones que se logró que Sebastián regresara con vida. “Sin embargo a Rodrigo no lo tenemos más”, clama Milagros. “Recién el viernes 2 de septiembre llegó el cuerpo de Rodrigo a Perú. Diferentes campañas internacionales movilizaron para que las autoridades del ministerio público de Perú puedan levantar una investigación para que se haga una autopsia. Al parecer la autopsia ya se realizó este martes 6 de septiembre, justo el mismo día que familiares y amistades realizaron su velatorio y entierro”.

Las vidas trans importan

Al tiempo que se llevaban a cabo convocatorias para exigir justicia y reparación en Perú, en Chile y en otros territorios, en el Consulado de Perú en Ciudad de Buenos Aires, sito en San Martin 128, Milagros y varias personas de la Campaña Internacional Justicia para Rodrigo y Sebastián presentaron un documento con muchas adhesiones el pasado jueves 1 de septiembre. El texto, dirigido al cónsul Luis Felipe Isasi Ruiz Eldredge, fue recibido y sellado con la denuncia de lo sucedido a Sebastián y Rodrigo, con el pedido expreso de intervención y colaboración para esclarecer el hecho.

Con el dolor que la impregna, Milagros traza una semblanza de Rodrigo, recordando que “como varón trans Rodrigo fue un economista brillante, estaba haciendo una maestría en la Universidad de Harvard en gestión pública y trabajó muchos años para el estado peruano. Un joven con muchos sueños, con muchos propósitos. Fundador de los grupos de Diversidades Trans Masculina, una de los primeras agrupaciones de chicos trans masculinos en Perú, un activismo muy comprometido con la lucha por los derechos humanos y de las personas trans.”

Los grupos que se conformaron en torno a la Campaña Internacional Justicia para Rodrigo y Sebastián seguirán sosteniendo su tarea de difusión y movilización. Milagros finaliza subrayando el requerimiento a las autoridades de Perú para que no dejen el caso impune. “Exigimos que se haga justicia, reparación para la familia y verdad. Diferentes organizaciones seguiremos levantando la memoria de Rodrigo, porque cuando muere un trans nunca muere y Rodrigo estará siempre en nuestros corazones.”

Nota relacionada: https://www.anred.org/2022/09/01/concentran-en-el-consulado-de-peru-por-justicia-para-los-jovenes-trans-rodrigo-ventocilla-y-sebastian-marallano/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *