Movilización de repudio a la intervención yanqui en Haití en la embajada de EEUU en Buenos Aires

El acto fue abierto por Norita Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, quien exhortó a redoblar la solidaridad con quienes vienen sacrificándose por lograr su emancipación definitiva.

Fotos: Resumen Latinoamericano.

La movilización terminó con la consigna de “Haití escucha, tu lucha es nuestra lucha”, mientras cientos de banderas acompañaban el deseo de que ese pueblo que en 1804 fue el primero en liberarse en el continente vuelva a hacerlo en esta pulseada contra el imperio.

Esta acción se enmarcó dentro de una jornada continental de solidaridad con la resistencia haitiana y rechazo a la intervención y ocupación extranjera ya que en Haití se conmemora el 31 de octubre, el asesinato en 1919 de Charlemagne Pèralte, uno de los líderes de la resistencia a la ocupación yanqui.

“Movilicémonos ampliamente para rechazar toda intervención extranjera en Haití y exigir el fin de la ocupación que, bajo diversas formas, mantiene EE UU desde hace un siglo. Solidaricémonos con la Resistencia popular haitiana que rechaza el saqueo y la entrega neocolonial y reclama respeto a su soberanía y autodeterminación”, expresaron en la convocatoria desde el Comité Argentino por el fin de la ocupación en Haití

Carta entregada en la reunión de cancilleres de la CELAC el jueves 27 de octubre:

A los cancilleres de la CELAC y de la Unión Europea
Presentes
Solidaridad con la resistencia haitiana, NO a la intervención extranjera en Haití

El pueblo haitiano se ha movilizado permanentemente durante los últimos 4 años, contra el enorme empobrecimiento de las masas, las escandalosas desigualdades que condenan a la mayoría de la población a vivir en condiciones inhumanas y contra los beneficios económicos de los que goza una pequeña minoría. Desde mediados de septiembre, las movilizaciones han paralizado nuevamente el país con una verdadera insurrección popular, reclamando la renuncia del gobierno de facto, la desactivación del aumento de los precios del combustible exigido por el FMI y el respeto irrestricto a la soberanía y el derecho a la autodeterminación del pueblo. Rechazan los llamamientos a la intervención extranjera que ha hecho de forma ilegítima el primer ministro de facto, Ariel Henry, respaldado por Estados Unidos.

Hoy Haití se encuentra frente a la amenaza de una nueva ocupación militar, con o sin el aval de la ONU y la OEA. Al respecto son preocupantes las declaraciones del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, quien ha solicitado al Consejo de Seguridad la aprobación de dicha intervención de carácter militar, que se suma al reciente arribo de equipo militar enviado por los gobiernos de Canadá y Estados Unidos y la presencia de un buque de EE UU en la bahía de Puerto Príncipe sin autorización de Haití.

Llama especialmente la atención que el gobierno de Henry –un gobierno no elegido por el pueblo de Haití sino impuesto y sostenido desde el llamado Core Group– junto a las potencias que integran ese Grupo (EE UU, Francia, Canadá, España, Alemania, Brasil, ONU, OEA, Unión Europea) buscan justificar esta posible intervención militar con motivos provocados precisamente por las ocupaciones anteriores en la isla, como la de la MINUSTAH entre 2004 y 2017, que propagó el cólera, con numerosos casos de violaciones sexuales y de Derechos Humanos cometidos por los Cascos Azules contra la población civil y el debilitamiento sistemático de las instituciones haitianas. Aducen además la necesidad de controlar las bandas, cuya acción violenta ellos mismos arman y controlan.

Hacemos nuestros los llamados de gran número de organizaciones populares, sindicales y políticas haitianas, a rechazar de forma tajante estos nuevos intentos de ocupación en Haití y todo intento de injerencia. Exigimos expresamente a la ONU, a la OEA, al Core Group, a la comunidad internacional en su conjunto, en particular al gobierno argentino, anfitrión de esta cumbre, y a los gobiernos de nuestra América, que escuchen y respeten al pueblo haitiano. La solución a los problemas domésticos de Haití está siendo impulsada por el mismo pueblo haitiano y debe ser respetada sin ningún tipo de intervención extranjera, priorizando la soberanía, la autodeterminación y el cumplimiento de todos sus derechos.

¡Por un Haití digno y soberano, libre de ocupación!

La policía haitiana asesina activistas políticos opositores

Los cadáveres de cinco activistas de “Baz 47”, un núcleo de base del partido opositor haitiano Petit Dessalines liderado por Jean Charles Moise quienes habían sido detenidos la semana pasada por hombres con uniformes de policía, fueron hallados en la capital, este martes, según informaron fuentes locales.

Al mismo tiempo, la información la confirmó Michelle Obas, integrante del Petit Dessalines, quien aseguró que el grupo fue secuestrado por hombres a bordo de dos vehículos Toyota Lancruizer, como los utilizados por la Policía.

Entre los activistas muertos fueron identificados Paul Ezéquiel y James Mondésir, Enock. Ezéquiel fue quien lanzó la operación “Bwa Kale”, tras la decisión del Gobierno del primer ministro, Ariel Henry de aumentar los precios de los combustibles.

El secuestro, la desaparición y muerte de los militantes se produjo en medio de denuncias por parte de Petit Dessalines de que una franja de la jerarquía de la Policía Nacional de Haití (PNH) incurre en prácticas de venta de combustible destinado a la institución policial.

Al mismo tiempo, otro líder opositor, el secretario general del Rally de los Demócratas Nacionales Progresistas (RDNP), el ex candidato presidencial, Éric Jean-Baptiste, resultó asesinado la semana pasada.

De esos organismos opositores denunciaron que la inacción de la PNH ante el deterioro del clima de seguridad resulta de lo que llamaron ciertas prácticas instituidas por el Alto Mando de la institución policial que debilitan su desempeño.

Estos nuevos episodios se dan en medio no solo del clima de violencia interna, sino del aumento de las gestiones para promover una intervención extranjera, aunque desde Canadá se ha informado que “no se ha tomado ninguna decisión sobre el despliegue o no de una fuerza militar en Haití”.

De hecho, el embajador canadiense en Haití, Sebastien Carriere dijo el lunes que Canadá debe desempeñar un papel de liderazgo para ayudar al país caribeño, en medio del caos debido a la proliferación de pandillas y el empeoramiento de la epidemia de cólera.

Canadá y Estados Unidos ya enviaron vehículos blindados a Haití y se aprobó una intervención militar para restablecer el orden a propuesta del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Beverly Keene.

Entrevista a Beverly Keene del Comité Argentino por el fin de la ocupación en Haití

¡No a la intervención en Haití! ¡Solidaridad con la resistencia haitiana!

MH: Beverly fue parte de la organización de la movilización que el pasado 2 de octubre se desarrolló frente a la Embajada de EE UU en Buenos Aires. ¿Cuáles fueron los motivos?

BK: Convocamos con un mensaje muy claro y sencillo: ¡No a la intervención en Haití! ¡Solidaridad con la resistencia haitiana! El pueblo haitiano está en las calles desde hace varios años, pero sobre todo desde mediados de setiembre tiene paralizado el país.

En primer lugar viene reclamando la renuncia del actual gobierno que es un gobierno de facto, que no fue elegido por el pueblo haitiano, sino impuesto por EE UU, la ONU y un grupo de países centrales que desde hace 4 o 5 años vienen tomando las decisiones más importantes en Haití.

Reclaman también que las mismas recetas del FMI que se aplican en nuestro país, dejen de hacerlo en Haití. En setiembre hubo un alza del 128% del precio de los combustibles para cumplir con las exigencias del FMI y ese alza torna la vida, que ya está bastante difícil, imposible, porque impacta en todos los precios de los alimentos, el transporte y lo más básico para la vida.

Y ahora se suma la amenaza cierta de EE UU de realizar una nueva invasión, una nueva intervención militar en Haití.

MH: Incluso pensada al margen de los organismos internacionales porque la vez anterior, con la MINUSTAH esa parte la cubrieron, pero ahora sería una intervención directa de EE UU, Canadá y algún otro país aliado.

BK: Aparentemente. Vienen diciendo que están dispuestos a hacer la intervención, con o sin el aval de la ONU. Han tratado de sacar una resolución a través de la OEA, como se hizo en otro momento y, por suerte, hay bastante resistencia de muchos países.

MH: Rusia y China en el Consejo de Seguridad se han opuesto y también el Grupo de Puebla que integra nuestro país, y que no es menor, porque muchos países que lo integran  fueron parte de la MINUSTAH como Argentina.

BK: Hay mucha resistencia de los gobiernos, sobre todo en América Latina, porque el pueblo haitiano está en las calles, movilizado, en un estado de insurrección popular, y reconocen también el gran problema de inseguridad, la acción de las bandas armadas que desde hace varios años vienen creciendo de manera alarmante. Ese problema ha sido creado y financiado por los mismos poderes centrales que hoy se rasgan las vestiduras por Haití. Vinculadas al gobierno, a su régimen, a EE UU y otros poderes extranjeros.

Si quieren terminar con las bandas es muy sencillo porque si ellos las manejan, también las pueden desarmar.

MH: En los últimos días ha habido ataques a periodistas por parte de la policía haitiana y también asesinatos e intentos de asesinato a reconocidos políticos.

BK: La situación de seguridad se ha tornada muy grave y, sobre todo, desde el jueves, viernes de la semana pasada hubo un cambio de blancos en el sentido que antes la violencia en la calle fue más una herramienta de control, de amedrentamiento, pero quienes sufrían esa violencia era más al azar.

En los últimos días asesinaron a tiros a un reconocido político de centro derecha, por su trayectoria, compromiso y honestidad. Ya van seis o siete ataques, incluyendo dos asesinatos contra periodistas.

MH: En una sede policial.

BK: Efectivamente. Un grupo de periodistas que habían ido a la comisaría para protestar por la detención de un colega que fue alcanzado en la cabeza por una bomba de gas lacrimógeno y falleció un rato después. O sea, hay un aumento de los ataques que van directo a blancos particulares.

Periodistas que mantienen una línea crítica hacia el gobierno, que rechazan la posibilidad de una invasión, o políticos comprometidos con un cambio en Haití. Un abanico de grupos, partidos políticos y movimientos sociales viene reclamando en la calle, todos los días, su derecho básico a la autodeterminación.

La semana pasada estuvimos frente al CCK reclamando a los cancilleres de la CELAC y la UE una política de no intervención. Y hoy más directamente a EE UU que el mundo también rechaza esta nueva intervención que está planificando. También al gobierno argentino para que no intervenga en Haití como se ha hecho muchas veces en años anteriores.

Esta semana las acciones que realizamos aquí y en otros países de América Latina no solo tienen que ver con la situación que vive Haití en este momento, sino también con el hecho que el lunes pasado fue el aniversario del asesinato de un campesino, Charlemagne Péralte, líder contra la ocupación estadounidense en 1919.

Esta historia de lucha y resistencia del pueblo haitiano es larga y tiene clara su historia y sus líderes que lucharon por su autodeterminación y va a seguir persiguiendo ese objetivo.

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