Perspectivas del conflicto ruso-ucraniano

La Operación Militar Especial en Ucrania intensifica el acercamiento de Rusia al mundo no occidental. Rusia se enfrenta a un desafío crucial tanto militar como política, ideológica y económicamente, ante los países de la OTAN y la Unión Europea, liderados por los Estados Unidos, que tienen como único objetivo su total derrota, evalúan analistas rusos del Grupo Katehon.

Disparos de artillería rusa contra posiciones de las Fuerzas Armadas ucranianas en Lugansk, Rusia. Foto: RIA Novosti; Viktor Antonyuk.

Operación Militar Especial: resultados de 2022 y perspectivas para 2023

Por Grupo de Reflexión (Think Tank) Katehon. Artículo publicado en geopolitika.ru.

30 de diciembre de 2022

El 24 de febrero de 2022, Rusia lanzó una operación militar especial en Ucrania. Los objetivos de la Operación Militar Especial eran la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, la eliminación de la amenaza militar proveniente del régimen de Kiev a las repúblicas del Donbass (DPR y LPR). El conflicto adquirió inmediatamente un carácter mundial: Los países de la OTAN y de la UE, liderados por Estados Unidos, así como Nueva Zelanda y Australia, comenzaron a prestar apoyo militar a Ucrania, fijándose como objetivo la derrota militar de Rusia. Se impusieron sanciones contra Moscú, se congelaron sus reservas de oro y divisas, y las empresas occidentales empezaron a abandonar Rusia. La Operación Militar Especial se convirtió en un desafío para la propia Rusia, tanto militar como política, ideológica y económicamente.

A pesar de todos los problemas, la Operación condujo a la expansión del territorio ruso: tras los referendos del 23 y 27 de septiembre, las regiones de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, Kherson y Zaporozhye pasaron a formar parte de Rusia.

Imagen de la Operación Militar Especial rusa que acompaña el artículo original.

Aspecto militar de la Operación Militar Especial

Desde el punto de vista militar, la Operación puso de manifiesto los problemas más graves del funcionamiento de las fuerzas armadas rusas y de los departamentos que las dirigen, a la hora de dotar a las tropas de armamento, sistemas de comunicación e inteligencia, equipos de protección personal de combate, formación del personal en estrategias y planificación táctica y mando y control.

La apuesta inicial por una serie de ataques rápidos de pequeñas fuerzas contra el enemigo, que, posiblemente, deberían haber obligado a las fuerzas armadas ucranianas a abandonar la resistencia y llevar al poder en Kiev a un liderazgo cuerdo y negociable, no se ha justificado. Como resultado, no se suprimió el sistema de defensa aérea ucraniano, no se obtuvo la supremacía aérea completa y no se interrumpieron las rutas occidentales de suministro de armas a Ucrania. Las fuerzas y los medios no eran suficientes para resolver las tareas fijadas al comienzo de la operación. Por lo tanto, Rusia se vio obligada a renunciar a la iniciativa en el conflicto, abandonar el norte de Ucrania, la región de Kharkiv y la ciudad de Kherson, tomadas bajo control en la primera fase, y pasar a la defensiva.

Al mismo tiempo, las unidades de voluntarios de la DPR y la LPR, donde la motivación ideológica es fuerte, así como el Grupo Wagner PMC, demostraron ser las formaciones más eficaces. Estas últimas demostraron la presencia de un sistema de control eficaz, un entrenamiento excelente y espíritu de lucha.

La movilización parcial, que comenzó en octubre de 2022, ha contrarrestado en cierta medida la superioridad numérica de las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) observada a lo largo del año. Según datos oficiales, 150.000 de los 300.000 movilizados se encuentran en la zona de operaciones militares especiales, lo que actualmente permite establecer la paridad con las Fuerzas Armadas de Ucrania. Sin embargo, si la tarea es la de romper las defensas ucranianas en el nuevo año, la sociedad rusa debe estar preparada para nuevas oleadas de movilización.

Para el éxito de las hostilidades, Rusia deberá resolver las tareas de aprovisionamiento de tropas, incluida la producción de munición suficiente, la saturación de las fuerzas armadas con drones y otras armas que han demostrado su eficacia durante el conflicto, y el establecimiento de sistemas integrados de comunicación y control que funcionen. Por otra parte, cabe destacar el problema de eliminar la excesiva lentitud burocrática, acelerar los procesos de toma de decisiones en las tropas y garantizar la movilidad vertical: sustituir al personal que ha demostrado ser negativo o que no está preparado para una situación de guerra en todos los niveles del Estado Mayor por veteranos de combate.

Ucrania intentará compensar las pérdidas humanas movilizando a nuevas categorías de la población, incluidas las mujeres, y las armas y municiones se obtendrán mediante suministros del extranjero, incluidas armas de tipo soviético producidas por países de Europa del Este, principalmente Bulgaria y la República Checa.

Los ataques de Rusia contra las infraestructuras de Ucrania afectarán negativamente al funcionamiento del sistema militar. Sin embargo, es evidente que Rusia tendrá que cambiar la táctica de los ataques: siempre que Ucrania logra adaptarse, consigue eliminar rápidamente sus consecuencias y minimizar los daños. En el orden del día está la cuestión de intensificar los ataques, aumentar su precisión y evaluar rápidamente las consecuencias para la interrupción efectiva de la infraestructura y los sistemas de control en Ucrania.

Los países occidentales reforzarán el apoyo a Ucrania mediante mercenarios y el suministro de armas y municiones.

Aspecto de la seguridad interior

La Operación Militar Especial ha detectado vulnerabilidades críticas en la seguridad interior de Rusia: los continuos bombardeos del territorio, los sabotajes, incluido el malvado asesinato de Daria Dugina en la región de Moscú, los ataques con drones a la base aérea estratégica de la ciudad de Engels, en la región de Saratov, indican la insuficiente preparación de Moscú para contrarrestar una guerra de sabotaje. Los temores se deben a la información sobre la participación en la guerra de sabotaje de células “durmientes” creadas por los servicios de inteligencia de la OTAN.

Ucrania y los países de la OTAN a su cargo demuestran eficacia en el campo de la inteligencia y las operaciones psicológicas. En la agenda de 2023 estará la cuestión de contrarrestar la guerra informativa-psicológica del enemigo, reforzando el control sobre el segmento ruso de Internet, creando e implementando nuestra estrategia de guerra ciber-psicológica dirigida a minar la moral y el espíritu de lucha tanto de Ucrania como de los países de la OTAN. Anteriormente, se había demostrado cierta eficacia en este asunto mediante una serie de estructuras rusas que recibieron el nombre de “fábricas de trolls”.

En 2023, es probable que se produzcan algunos cambios de personal en Rusia en las instituciones de cultura, ciencia y educación, donde existe una discrepancia total entre la situación actual de las estrategias y las personalidades.

La agenda también incluirá la cuestión de llevar a cabo nuestras operaciones de sabotaje y cibernéticas en Ucrania y los países de la OTAN. En primer lugar, en los puntos clave relacionados con la producción y el suministro de armas a Ucrania, la formación de personal y el suministro de información de inteligencia a las fuerzas armadas ucranianas.

Aspecto diplomático

La diplomacia rusa ha declarado en repetidas ocasiones que es imposible llegar a un acuerdo con Kiev. Al mismo tiempo, Moscú se declara abierto a las negociaciones. Sin embargo, en 2022, todos los intentos de salir de la confrontación militar por medios pacíficos -en Minsk y Estambul- acabaron en fracaso. Occidente y Ucrania interpretan la situación actual como una derrota para Rusia y sólo proponen condiciones obviamente inaceptables para el inicio de las negociaciones: el regreso a las fronteras de 1991. Rusia no puede hacer tales concesiones.

Los dirigentes político-militares estadounidenses, por su parte, están satisfechos con la situación presente, en la que Ucrania puede agotar a su adversario geopolítico, Ucrania y la UE soportan los principales costes de la guerra y las sanciones, y Washington puede pasar a la confrontación con China, a condición de que su complejo militar-industrial reciba inyecciones presupuestarias con el pretexto de ayudar a Ucrania.

Alcanzar acuerdos de paz sobre la cuestión ucraniana en 2023 es extremadamente improbable. Más probables son los intentos, bajo la apariencia de iniciativas pacíficas, de sondear a las élites rusas para identificar eslabones débiles, con el objetivo de un posterior reclutamiento o utilización “en la oscuridad” por parte de los servicios de inteligencia occidentales. Merece la pena esperar distracciones en otras direcciones: nuevos intentos de desestabilizar Nagorno-Karabaj y Asia Central, intentos de agitar los ánimos de protesta en Rusia, utilizando redes liberales y estructuras separatistas en las periferias nacionales.

Al mismo tiempo, la Operación Militar Especial intensifica el acercamiento de Rusia al mundo no occidental, incluyendo China, India, Irán, revela el gran papel de Turquía como mediador y socio, y la importancia de los países del Tercer Mundo.

En la confrontación global, Moscú debe ganarse el apoyo del mundo no occidental, explicar sus acciones en el paradigma de la descolonización y la desoccidentalización, fortaleciendo la soberanía de la civilización. La cumbre Rusia-África de julio debería convertirse en una especie de prueba de fuego. En función de cuántos países de un continente suficientemente vulnerable a la presión occidental acepten participar, quedará claro hasta qué punto han tenido éxito los intentos occidentales de aislar a Rusia.

El presidente ruso, Vladímir Putin, acompañado por el gobernador de la región de Tula, Alexéi Dyumin, visita la planta de construcción de maquinaria Shcheglovski Val, filial de la Oficina de Diseño de Instrumentos KBP, en Tula, Rusia, el 23 de diciembre de 2022. Foto: Oficina de Prensa de la Presidencia rusa vía Sputnik.

Aspecto económico

Las sanciones económicas que los países occidentales han impuesto a Rusia en relación con la Operación Militar Especial tienen un efecto retardado. Es en 2023 cuando merece la pena observar cómo afectarán a la economía rusa. Cabe esperar un descenso del PIB (el FMI prevé una ralentización del crecimiento). Los economistas predicen una recesión mundial en 2023, que también afectará a la compra de hidrocarburos a Rusia. La reducción de los ingresos presupuestarios, junto con el gasto militar y social, será un problema para el bloque económico del Gobierno. Ya se está planteando la cuestión de la transición a una gestión intensiva de la economía: inversión en la producción nacional, incluida la inversión en rublos, estimulación de la demanda y desarrollo del mercado interior, y ampliación de la gama de exportaciones.

La Operación Militar Especial requiere la transición de la economía a una base militar, el establecimiento de la sustitución de importaciones, incluidas las industrias de alta tecnología, y la prevención de la salida de capital y tecnología de Rusia.

Las restricciones a la salida de capitales y el estímulo de la inversión en rublos se convertirán en una necesidad urgente, que exigirá un cambio en el propio paradigma de la gestión de la economía y las finanzas en Rusia, que anteriormente se basaba en el enfoque opuesto (negación de la inversión, retirada de los ingresos de divisas en el extranjero, aparentemente para combatir la inflación de acuerdo con las recomendaciones del FMI).

La Operación Militar Especial estimuló el rechazo de Rusia a realizar pagos en divisas de países hostiles (dólar, euro), el paso al uso de sistemas de pago electrónicos independientes de Occidente (SWIFT). En el futuro, cabe esperar una ampliación de la lista de países y de la gama de bienes por los que Rusia efectuará pagos en moneda nacional. También es posible que el oro y el yuan chino sustituyan al dólar en los acuerdos internacionales. Quizás en el nuevo año surjan planes para nuevas monedas de liquidación global, incluidas las digitales.


Traducción del ruso al inglés de Costantino Ceoldo. Traducción del inglés al castellano de Indymedia Argentina.

Columna original del think tank Katehon: https://katehon.com/ru/article/svo-itogi-2022-goda-i-perspektivy-na-2023-y

Fuente: https://www.geopolitika.ru/en/article/special-military-operation-results-2022-and-outlook-2023

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