Argentina_Brutal agresión policial en San Nicolás, Pvcia de Buenos Aires: NO a la impunidad!

Brutal agresión policial en San Nicolás: NO a la impunidad!

LLamamiento a la denuncia y solidaridad sin fronteras con la abogada ambientalista Ana Fernández, golpeada y apresada ilegalmente en San Nicolás, Provincia de Buenos Aires. (*)

Nuevo episodio de violencia institucional en la localidad de San Nicolás, donde imperan los negociados y la indebida apropiación de tierras públicas en beneficio de los intereses impuestos por el atropello y la corrupción municipal.

Continúa la violencia de carácter mafioso de administraciones municipales y provinciales que pretenden atemorizar, para imponer la hegemonía del saqueo y el sometimiento social.

Reprimen para anular las voluntades que dignamente denuncian y convocan a resistir los modelos neoliberales de la usurpación territorial, la destrucción de espacios naturales para usufructo de las mafias político partidarias y las empresas asociadas.

DEFENDER-NOS
es asimismo DEFENDER A LAS GENTES DEFENSORAS

Es necesario defender  todas aquellas  voluntades rebeldes que denuncian y resisten el sacrificio de los bienes comunes en beneficio de la delincuencia institucionalizada.

Defender hoy los espacios naturales y sociales compartidos sin especuladores privatizadores, es la única alternativa realista; contrapuesta a la sumisión de una oposición “que amaga y retrocede” ante la entrega,  que se autoproscribe del resistir, argumentando motivos de conciliación desde la pasividad y la subordinación. Es un hecho la desmovilización colaboracionista justificada en base a las aritméticas dogmatizadas de las denominadas “relaciones de fuerza” electorales. Agitando  el “cuco de la grieta“, llaman a declinar cualquier iniciativa y quehacer de defensa propia social, convivencial, del habitat aún disponible y compartido por fuera del mercadeo y su saqueo.

DEFENDER HOY es realmente lo posible y accesible. Se trata de asumir estas resistencias como legítimos actos de autodefensa social, pero también para la vida en su conjunto más diverso y en plenitud. 

Lo real es aquí y ahora, aún a contracorriente, clavando la estaca del amarre para defender los espacios y vidas que sobreviven -en libertad condicional- para autodeterminarse, para respetar y reproducir existencia integral y no para aumentar las ganancias del exterminio natural y el aniquilamiento comunitario.

Toda propuesta de quedarse en la quietud y consentir hoy, a la espera de otros futuros, tan imaginarios como impredecibles, cuando supuestamente se lograrían las condiciones ideales para reclamar la recuperación de los espacios hoy entregados y arrasados. Estos mensajes de ventriloquía, no son más que cortinas de humo para ocultar los tejes y manejes de complicidades con el poder saqueador que hoy arrasa territorios y habitantes de cualquier especie que no tributen a la explotación, ni se sometan a servidumbres y sacrificios impuestos.

De poco alcance y corta duración serían los ataques de los enemigos declarados, de los destructores de territorios y pueblos libres; sin la complicidad cada vez menos disimulada de los mariscales de la derrota. Esos encuadramientos partidarios que llevan en sus mochilas los bastones de mando; para arrear y mantener en la noria a miles de víctimas clientelizadas.  

Bastoneros y cocineros de las recetas del capitalismo “bueno”, condimentadas con laureles que otros supieron conseguir. Siguen convocando a la paciencia y la resignación. A cambio de algunas monedas, espejitos de colores y estampitas milagrosas vaticanas; exigen hacerse a un lado, no estorbar en los caminos por donde vienen circulando los peores negocios y traficantes. Incluso tienen el descaro de llamar a la reconciliación con los que siempre vienen degollando…

Como en otras épocas de dignas resistencias al saqueo y la corrupción instituida, hoy tampoco lograrán acallar las voces que denuncian y defienden los bienes comunes de las poblaciones que habitan y protegen tierras y aguas, las condiciones naturales y sociales propias, donde recrean vida y trabajo desde sus propias fuerzas y convicciones. Comunidades que deben luchar incluso para defenderse del envenenamiento hasta del aire que respiran. Así de graves están las cosas en esta colonialidad de banderias y escarapelas encubridoras de las peores entregas y deserciones.

Ante esta realidad del despojo a fuerza de incendio, topadora y “mucho palo pa´que aprendan”, lo que se sigue agrietando es el cartòn pintado y más desafinan cada día las canciones de cuna que llaman a dormir la siesta.

Se reiteran los actos de represión para favorecer la desposesión. En Catamarca, Chubut, Río Negro, Mendoza, Salta, Córdoba, en islas y riberas del Río Paraná, en diversas regiones del país, poblaciones autoconvocadas desde sus propias convicciones y fuerzas, se movilizaron asambleariamente y continúan denunciando, convocando a resistir.

Ahora es cuando la solidaridad activa debe acentuarse, expresarse sin mordazas y actuar sin sectarismos, desenmascarando los represores y sus mandantes; dando respaldo a las víctimas agredidas y la reivindicación de sus justas demandas. Promoviendo la confluencia de las luchas compañeras, pateando el tablero de la impunidad, estableciendo puntos de apoyo en común, ampliando los alcances de sus voces y mensajes, intercambiando conocimientos y experiencias con tantas rebeldías hermanas de nuestrAmérica.

Contrariamente a las propagandas desmovilizadoras, el futuro SÍ viene determinado por lo que se haga o deje de hacerse aquí y ahora. No existe un devenir predeterminado que vaya a garantizar justicia y bienestar social, protección medioambiental y soberanía popular; fuera del compromiso real de impedir ahora la destrucción de los espacios naturales y sociales donde se sostiene la existencia en base al trabajo propio y el respeto por el habitat que lo sostiene.

Sin protagonismo social de los propios habitantes regionales, de las zonas terrestres, fluviales y/o marítimas amenazadas, no existe la más mínima garantía de un futuro mejor y superador del ecocidio en marcha, del paulatino desalojo de comunidades y familias pobladoras/trabajadoras  que han de ser violentamente condenadas a la resignación obediente, para imponerles el despojo y la exclusión.

Suman y siguen los actos de violencia, de una institucionalidad corrupta y arrogante, que busca imponerse por el temor. Para ello cuentan con la complicidad de los aparatos políticos partidarios y empresariales dominantes que los promueven. Asimismo requieren de un amplio margen de silencios y disimulos prepagos. De impunidad en definitiva.

Sólo la conciencia social alerta, comunicada y movilizada puede poner freno a la renovada barbarie neoliberal en marcha. Es notorio que bajo distintas siglas y colores, compiten aspirantes a la administración de dependencias y extractivismos cuyos contratos ya están pactados. Sus proclamas electorales con piruetas diferenciadas desembocan -una y otra vez- acordando con los mismos intereses y negociados, aceptando la entrega y el coloniaje. Es decir avalan -cada quien a su manera- las causas  que fundamentan y promueven la ampliación incesante de la miseria humana y la destrucción del habitat. Los espacios y territorios  que constituyen los únicos albergues reales que garantizan una existencia posible de seres humanos y otras especies que allí conviven. 

Hay una ofensiva en marcha, decidida y comandada, para extinguir la vida en exclusivo beneficio financiero de las minorías privilegiadas, que se consideran propietarias absolutas del destino de territorios y vidas.

Estas nuevas represalias contra quienes dan testimonio, denunciando maniobras delictivas institucionalizadas y sostenidas con las peores violencias, como sucede en el feudo de San Nicolás, Provincia de Buenos Aires; no sorprenden, constituyen abusos reiterados. Ya se habían producido hechos similares en Enero del 2021 (**). Intenciones y acciones que perseveran en sus ambiciones y atropellos.

Si logran imponer el silencio, habrá sepulcro social extendido. Si hay inercia habrá más despojo. Si hay obediencia habrá sometimiento y claudicación. Sin intervención de la defensa en común, no necesitarán dictadura militar para garantizar la hegemonía terrorista de sus negocios sucios, esos de la “libertad” del mercado y mucha gente presa o perseguida.

Es cierto que cuentan con los recursos del poder, de los cuales gustan usar y abusar sin disimulo. Cuentan con sicarios institucionales y subcontratas parapoliciales. Disponen de empleados que provocan incendios por encargo y/o arrasar con topadoras. Y como si todo lo anterior fuera poco, también cuentan con la indiferencia de muchos. 

Pero aún así es insuficiente, para que el crimen les resulte perfecto, siguen necesitando la deserción de quienes resisten y denuncian sin pausa. Voces sin mordaza, conciencias sin tarifa, ejemplos de dignidad que son merecedores no sólo del respeto, sino del apoyo concreto, del compromiso en la defensa y su protección ante cualquier acto represivo. 

Quienes cuestionan y demuestran el saqueo no son amenazantes sino que están amenazados; las voluntades colectivas o individuales que defienden no son peligrosas, por el contrario están en peligro. La represión en San Nicolás es clara prueba de ello. Actos de despótismo y soberbia en aumento, que se extienden, para imponer la rapiña generalizada en distintas regiones del país.

Cada nueva agresión acentúa la convicción de que Resistir para existir es la alternativa. Lo demás son cuentos, de aquellos que terminan una y otra vez en norias o vías muertas.

Entonces el desafío sigue siendo que todas esas luchas puedan contar con la solidaridad y que esa confraternidad se nutra y multiplique con tantas capacidades compañeras como sea posible. Es necesario tender puentes, tejiendo las redes de cientos de resistencias desde el reconocimiento y el apoyo mutuo para defender la vida misma, hoy amenazada; porque en definitiva de eso se trata. Lo demás se irá viendo y de ser posible reflexionando y actuando desde el conjunto, multiplicador de fuerzas y alcances.

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