“Donda es mi cuñado, me quedo más tranquila”

Esa frase se la dijo María Hilda Perez a Ana María Martí cuando las dos secuestradas estaban en la habitación de las embarazadas en la ESMA. Minutos antes se había asomado Adolfo Donda Tigel y había hablado unos minutos con Cori Pérez antes de que diera a luz a su hija Victoria Donda. Martí recordó esta frase en la audiencia 11 del juicio que investiga la apropiación de Victoria Donda en el que Donda Tigel es único imputado.

Redacción: Camila Cataneo / Fernando Tebele. Edición: Pedro Ramírez Otero. Foto: Captura de la transmisión de La Retaguardia.

Durante la mañana del lunes se llevó adelante una nueva audiencia en el juicio por la apropiación de Victoria Donda, en el que se investiga la responsabilidad de Adolfo Donda Tigel, su tío, ya condenado por haber sido parte del grupo de tareas 3.3.2 de la ESMA. Allí declararon las sobrevivientes Ana María Testa y Ana María Martí.

Ana María Martí comenzó su relato contando que la única mujer que estaba embarazada en la ESMA y que sobrevivió cuando ella estuvo en cuativerio, es Silvia Labayrú, quien también iba a declarar hoy pero finalmente fue aplazada

Estando en el exilio, Ana María, junto a Sara Solarz de Osatinsky y Alicia Milia de Pirles, realizaron un informe sobre lo que ocurría dentro del centro clandestino. Este texto fue presentado en la Asamblea de Alianza Francesa en 1979. Uno de los capítulos fue especialmente dedicado a las embarazadas. “Pusimos todo lo que sabíamos y nombramos a las mujeres que estuvieron allí y si sus hijos eran nena o nene para avisarle a las familias”. Ana María contó que encontraron a todos esos niños y que eso “trajo una tranquilidad enorme”. Luego de esta presentación viajó a Suiza, donde pidió asilo político. En el 2004 decidió volver a Argentina y al poco tiempo se reanudaron los juicios tras la caída de las leyes de impunidad y fue querellante.

Ana María contó que conoció a Cori y dio detalles de cómo fueron esos días. “Estuvo en Capucha, pero yo la vi en la pieza de las embarazadas. Era una mujer de carácter y hablaba mucho”. La sobreviviente recordó que María Hilda le dijo su nombre, el del marido y también le dijo que su cuñado era oficial de la Marina. “Cori tenía una panza gigante, era un embarazo ostensible”, manifestó mientras continuaba con su relato.

Un día, a finales de junio o julio, Victoria todavía no había nacido y en la habitación estaban Ana María, Cori y Tita. En un momento se asomó un oficial de Marina y “María Hilda se levanta, hablan cinco minutos y cuando este oficial se va, dice: “Donda es mi cuñado, me quedo tranquila”, contó y continuó: “Yo no le dí mucha importancia, porque en ese momento no sabíamos qué pasaba con las embarazadas”.

No era un secreto

“En la ESMA se sabía que había embarazadas, no era secreto para dentro sino para afuera”, remarcó Martí, y recordó que un día uno de los represores le dijo que ponga bien la dirección de la familia del bebé que había nacido porque “no sea que lo llevemos a otra familia”, lo que corrobora que a las prisioneras no les decían que los y las bebés serían apropiadas y se les cambiaría su identidad.

“Cuando nació Victoria, la vi a Cori y ella la tenía en brazos”, declaró Martí, y puntualizó en que la tenía entre las frazadas porque en esa época hacía mucho frío. Estuvo más o menos 15 días. “Fue un tiempo largo, otras embarazadas al poco tiempo de parir la trasladaban”, dijo la sobreviviente.

En un testimonio prolijo y ordenado, Martí agregó un episodio de los días posteriores al nacimiento. “Ya habían pasado algunos días y Donda venía caminando rápido y alguien le pregunta cómo estaba su sobrina. Él responde: ‘¿Qué sobrina?, yo no sé nada’, y se va a la cocina”. Victoria ya había sido apropiada por Juan Antonio Azic, “Piraña”, quien luego robaría también a la niña nacida del matrimonio Ruiz/Dameri.

“Nunca hablé con él”

Durante su primera indagatoria en este juicio, Donda Tigel aseguró haberse reunido con Martí y Pirles. La testiga aseguró no haber visto la audiencia pero sí refirió haber leído en Página 12 “que el señor Donda había declarado que me fue a ver y que había hablado conmigo porque quería saber sobre su hermano. En el juicio de Plan Sistemático (de robo de bebés) nombré a Cori y aclaré que yo no conocía al hermano de Donda”, lo contradijo Martí. “Me está usando Donda para defenderse. Si me está usando como lo hacía en la ESMA, entonces quiere decir que sigue con la misma mentalidad. Por eso tengo un poco de miedo, porque veo que hay represores que están en sus casas. Espero que los jueces tomen conciencia, porque puede traer consecuencias graves”, aseveró en el cierre. Ya sin haber causado sorpresa, el defensor Jesús Fanego pidió un careo entre ambos. La fiscalía y la querella de Abuelas de Plaza de Mayo la rechazaron aduciendo que “la testiga declaró bajo juramento de decir verdad, en cambio el imputado no está obligado a hacerlo en su defensa, por lo tanto consideramos sin sentido que se realice el careo”, dijeron tanto Pablo Parenti como Emanuel Lovelli. Los jueces Basílico y Obligado, más las juezas López Iñiguez y Namer, deberán resolver si hacen lugar o no al pedido. Es la segunda vez que Fanego pide careo entre víctimas y su defendido.

Ana Testa y los comentarios en la ESMA

Cuando estuvo en cautiverio, Ana Testa conocía a Donda Tigel como “Jerónimo” o “Palito”, pero gracias al Archivo Basterra, el informe fotográfico que el sobreviviente rescató de la ESMA, le pudo poner nombre y apellido a los represores que había conocido allí. Testa recordó a Donda Tigel en su secuestro: “El que comandaba el operativo era Donda, los demás acataban”, recordó en primer lugar; luego sumó: “Primero reconocí la voz en la tortura, después identifique las caras y después le puse los apellidos con el Archivo Basterra.

La sobreviviente volvió a relatar parte de sus padecimiento durante el cautiverio. Recibió muchas preguntas del defensor de Donda Tigel. Tuvieron algunos cruces picantes, como cuando la testiga hizo referencia al museo que existe actualmente en la ESMA. “No sé si usted lo conoce, doctor Fanego”, soltó amablemente Testa. Un no con la o extendida fue la respuesta del abogado de genocidas. En otro tramo, el defensor intentó quitarme mérito al testimonio: “No le sigo preguntando porque usted no vio nada, solo lo que le contaron”. El juez Ricardo Basílico lo cortó en seco: “Ese tipo de valoraciones sobre el testimonio son materia del alegato”.


Fuente: https://laretaguardia.com.ar/2023/03/donda-es-mi-cunado-me-quedo-mas-tranquila.html

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