“Hablaba con una vecina sobre los disparos cuando el capitán García se acercó y nos dijo ‘yo no tiré’, como cubriéndose”

Florencia Natalia Arosa vive casi en la intersección de la calle López y colectora 9 de Julio, en la localidad de San Miguel del Monte. A metros de su casa se produjo el impacto fatal del Fiat 147 contra la parte trasera izquierda de un acoplado de camión estacionado allí desde hacía no más de una hora por un desperfecto mecánico que había surgido en la ruta camino a Cañuelas. Arosa fue una de las siete personas que este miércoles 10 de mayo prestaron declaración testimonial en la tercera jornada de juicio por jurados que se realiza desde el lunes a instancias del TOC 4 de La Plata.

Oriunda de San Miguel del Monte y enfermera del hospital local, Florencia Arosa -como casi todos los testigos presenciales en este juicio- estaba entredormida en su cama cuando se sobresaltó por cuatro disparos de arma de fuego y un impacto seco, grave, metálico, que resonaron en las inmediaciones de su casa situada en calle López y colectora 9 de Julio. Asustada y confundida, se acercó a la ventana -su habitación está en un primer piso- y vio que una camioneta policial de doble cabina giraba en U y se estacionaba frente a su casa con las balizas encendidas. Bajó al patio, se acercó a la calle y luego salió también su madre y una vecina.

«Un policía sacó una botella de plástico del patrullero y pidió si se la llenábamos con agua. Mi madre entró a la casa con la botella y mientras tanto yo conversaba con la vecina sobre los disparos que habíamos escuchado minutos antes. Fue allí que el policía se acercó unos pasos y haciendo gestos con las manos nos dijo ‘yo no tiré’, como cubriéndose», relató la testigo.

Con el paso de los días y la repercusión de la Masacre de Monte en los medios de comunicación de todo el país, Florencia identificaría al efectivo policial como el capitán García, uno de los cuatro imputados por el homicidio de cuatro de las víctimas y el intento de asesinato de Rocío, la única sobreviviente. La testigo no quiso acercarse al Fiat 147 que había impactado contra el acoplado por lo que su único recuerdo es el de un vehículo tan destrozado «que había perdido hasta su forma».

Cerca de su casa vivía -y aún vive- Héctor Garcete, un albañil oriundo de Capital Federal y residente de Monte desde hace ya 20 años. Domiciliado en Almirante Brown al 75, frente a su vivienda pasó el Fiat 147 después de la medianoche del 20 de mayo de 2019. Desde atrás, a pocos metros de distancia, avanzaban los policías en la camioneta de doble cabina, y desde la ventanilla del acompañante uno de los efectivos realizó al menos dos disparos en dirección al auto. «Vi los fogonazos y escuché los disparos porque justo estaba mirando hacía la calle por un gran ventanal al frente de mí casa cuando pasaron el Fiat y el patrullero», relató Garcete a los jurados. Minutos después, el albañil oyó dos disparos más a la distancia y al rato empezaron a oírse sirenas y movimientos de vehículos que se replicaron durante toda la madrugada.

Por la mañana, y sin saber lo que había ocurrido ni como había terminado la persecución, Garcete salió rumbo a su trabajo en dirección a la Ruta nacional 3. Ya en su propia vereda pateó un casquillo de bala; unos metros más adelante, otro casquillo. Y dos más en un trayecto de no más de 400 metros. Guardo las cuatro vainas y una semana después se las entregó a los padres de Danilo Sansone, una de las víctimas de la masacre patrocinadas por la Comisión Provincial por la Memoria.

Esos casquillos de bala resultarían fundamentales para desmontar la versión policial que desde el primer momento pretendieron instalar los cuatro responsables de la masacre y otros policías de la localidad, además de la propia intendenta y funcionarios municipales: la del supuesto accidente de tránsito.

El testigo Garcete -así como muchos otros testigos de esta historia- aún debe convivir con custodia permanente de personal de Gendarmería afuera de su casa por temor a represalias por su testimonio y pruebas fundamentales aportadas a la causa.

Héctor Mensi fue otro de los testigos que declararon durante la tercera jornada del juicio por la Masacre de Monte. Camionero de la localidad de Olavarría, aquél 19 de mayo realizaba un viaje hacia Cañuelas llevando piedra para la construcción cuando se rompió el alternador de su camión y debió ingresar a San Miguel del Monte en busca de auxilio mecánico. Apenas pudo llegar hasta la vereda de un taller a las 23:30, cuando decidió no mover más el vehículo para no agravar el desperfecto. Quedó estacionado en la esquina de la colectora 9 de Julio, donde una hora después ocurriría el impacto del Fiat 147 tras la brutal persecución policial.

Mensi explicó al jurado que una vecina había llamado al municipio para quejarse por la presencia del camión y el acoplado frente a su casa, pero el hombre había explicado a las autoridades locales que hasta la mañana siguiente no podría quitarlo por el grave daño que había sufrido el alternador. De allí que, sin más remedio, el camionero se había acostado a dormir en la cabina de su transporte un poco antes de la medianoche. Minutos después se despertaría con el fuerte impacto del Fiat 147 sobre la parte izquierda y trasera de su acoplado.

“No entendía qué había pasado. Estando adentro del camión escuché a alguien decir ‘quedate quieto, quedate quieto’ e inmediatamente dos detonaciones de disparos. También escuché el silbido de una bala. Salí y me refugié detrás de un paredón a unos cinco metros del camión. Vi un cuerpo tirado en el piso, en la calle y el auto totalmente destrozado”, explicó el testigo. Cuando se sintió seguro, quiso volver a la cabina del camión y se cruzó con una agente policial, quien le informó que el auto había chocado contra el acoplado luego de haber intentado huir de una identificación policial.

Mensi fue llevado a la comisaría de Monte donde prestó declaración sobre todo lo que vio y oyó, pero sus palabras registradas en el acta fueron tergiversadas y los agentes que tomaron su testimonio pretendieron hacerle decir que en vez de disparos había oído “cortes de motocicleta”. Fue gracias a la insistencia de uno de los familiares de las víctimas -que supo de la maniobra en la comisaría- que el camionero Mensi realizó una nueva declaración.

Los demás testigos de este miércoles fueron el integrante de Gendarmería Nacional Hugo Alexis Chicahuala, quien en 2019 prestaba funciones en el Departamento de Criminalística de Campo de Mayo y fue el encargado de realizar la pericia al acoplado del camión para determinar toda la información relativa al epicentro de impacto, la dirección del choque, el porte del vehículo que colisionó con el acoplado, entre otros aspectos.

También declaró Ignacio Domingo Torres, quien vivía -y aún vive- en avenida Las Perdices del barrio Montemar por donde se produjo una parte de la persecución policial y varios de los disparos; y otros dos vecinos de la localidad, los testigos Susana Gogna y Víctor Leandro Bearzotti.

El jueves 11 se brindarán otras 7 declaraciones testimoniales desde las 10 de la mañana y hasta las 18 horas, tal como lo prevé el organigrama consensuado entre las partes. Cabe recordar que el juicio se realiza en la sala de audiencias A del edificio de tribunales de La Plata, situado en 8 entre 56 y 57.


Fuente: https://www.andaragencia.org/hablaba-con-una-vecina-sobre-los-disparos-cuando-el-capitan-garcia-se-acerco-y-nos-dijo-yo-no-tire-como-cubriendose/

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