“Salimos a las calles o somos pollo”

Lo dijo Teresa Laborde, hija de la sobreviviente Adriana Calvo, en el repudio al “homenaje a las víctimas del terrorismo” que organizó la candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel en la Legislatura porteña. Las voces de otras y otros referentes de Derechos Humanos y de integrantes del colectivo Historias Desobedientes.

Entrevistas: Fernando Tebele. Redacción: Julián Bouvier. Edición: Pedro Ramírez Otero/Valentina Maccarone Fotos: Natalia Bernades/La Retaguardia.

Victoria Villarruel, la candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza, espacio que lidera Javier Milei, organizó un “homenaje a las víctimas del terrorismo” en la Legislatura porteña. Fue en el Salón Dorado del edificio. Si bien Villarruel seleccionó casos emblemáticos e invitó a familiares de personas que fallecieron en ataques llevados a cabo por Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), es conocido que la candidata a vicepresidenta tiene como objetivo volver a poner en discusión la Teoría de los dos demonios, o más bien, reivindicar al Terrorismo de Estado. Villarruel creó el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), con llamativas similitudes al nombre del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). En las últimas semanas, la abogada Guadalupe Godoy fue entrevistada por La Retaguardia y Pulso Noticias y contó que el nombre y contacto de Villarruel aparecía en papeles del genocida 9 veces condenado Miguel Etchecolatz. También, se supo que organizaba visitas a Jorge Rafal Videla.

La Retaguardia estuvo en la movilización que hubo afuera de la Legislatura y tomó testimonios de referentes y referentas de Derechos Humanos, que son claves para comprender la gravedad institucional de este acto.

Bibiana Reibaldi es integrante de Historias Desobedientes. Este colectivo, conformado en 2017, tiene mucho para aportar ante este acto organizado por Villarruel, porque son familiares de genocidas que decidieron denunciar los crímenes de lesa humanidad perpetrados por sus familiares. “Historias Desobedientes está aquí, porque somos familiares de genocidas, pero por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Somos desobedientes, no obedientes, como Victoria Villarruel, que es hija obedientísima de todo un sistema nefasto, criminal. Es sometida, igual que su jefe. No tiene ningún tipo de cuestionamiento. Nosotros no avalamos los crímenes de lesa humanidad de nuestros familiares, sino todo lo contrario. Los repudiamos enfáticamente. Hemos recibido de la sociedad y de los organismos de derechos humanos el ejemplo de luchar y funcionar como colectivo. Juntos y juntas nos sentimos más fuertes para afrontar lo que nos tocó, atravesar y transformar lo que podamos”, dijo Reibaldi.

 

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Analia Kalinec también es integrante de Historias Desobedientes. Su padre, Eduardo Kalinec, era policía Federal y lo conocían como el “Doctor K2, un feroz torturador. Analía escribió el libro Llevaré su nombre. La hija desobediente de un genocida, publicado en 2021.

“Acá estamos, contundentemente, para repudiar estos actos. La sociedad argentina dice que no a estos atropellos. Y venimos acá, de familiar de genocida a familiar de genocida, directamente, a decirle a Villarruel que, más allá de nuestros lazos filiatorios, también tenemos el deber moral de repudiar estos crímenes. Ella es una hija obediente del genocidio, no ha podido hacer conciencia a pesar de todo el recorrido, de todos los testimonios, de todos los juicios, de todo lo que ya hemos construído como sociedad. No hay peor ciego que el que no quiere ver”, sostuvo Kalinec.

En el último tiempo, sobre todo a partir de declaraciones de Villarruel, se ha vuelto a poner en debate, primero en los medios tradicionales de comunicación y, luego, en la sociedad en general, la llamada “Teoría de los dos demonios”. Esta plantea que los sucesos de los años 70 fueron parte de una guerra, en la que los militares ―desde el monopolio de la violencia del Estado― y los militantes guerrilleros fueron igualmente responsables de la violencia de esos años y deben ser juzgados de la misma manera. “Lo que hace Villarruel es negar, pero también justificar, banalizar, reivindicar. En estos discursos aparece todo esto. Creo que si hay que ponerle un calificativo a lo que plantea es ‘lo peor de nuestra historia hecho carne en nuestra actualidad’. Los sectores más oscuros de nuestra sociedad, que siguen operando desde sectores muy poderosos y que se encarnan en personajes a veces payasescos, como es el caso de Javier Milei, que tienen un impacto muy fuerte, que todavía no logramos decodificar cómo funciona con las redes sociales ―Tik Tok, Instagram―, pero que es necesario contrarrestarlo con esta organización”, agregó Kalinec.

 

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Teresa Laborde, hija de Adriana Calvo, nacida en cautiverio durante el secuestro de su mamá, también brindó su testimonio: “Que se cuelen tanto estos discursos en el Estado, en las instituciones era raro de imaginar. Pero esta gente nunca se fue del poder. Lo que pasa es que fue buscando diferentes estrategias para seguir dominando, desde lo económico, y ahora están intentando volver a instalar la Teoría de los dos demonios. Toda esta gente que está hoy en la calle ya puso su cuerpo, su alma y su vida para que entendamos que no hubo dos demonios, que el terrorismo fue de Estado. Hubo grupos armados, que fueron una minoría y fueron aniquilados cuando empezó la dictadura. Entonces, lo que dice Villarruel es mentira. Quieren volver a engañar a la gente. La democracia no es solo ir a votar. Si esta mujer llega a ser vicepresidenta de la Nación, va a ser democrático entre comillas, pero va a haber muchas cosas que no. Y estar acá en la calle es parte de esa democracia. Y como decía mi madre: ‘Los malos ganan cuando las buenas y los buenos no hacemos nada por impedirlo’. Yo le decía que los malos tenían mucho poder y ella me respondía: ‘Pero las buenas y los buenos somos muchos más’. Y lo que estamos viendo es eso. Somos más. O salimos a las calles, o somos pollo”.

Margarita Cruz, sobreviviente del Operativo Independencia en Tucumán, integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), , formó parte de este repudio al acto justificador del Terrorismo de Estado. “Nosotros siempre estuvimos en los juicios y sabemos cómo es el discurso de los genocidas. Lo que sucede es que ese discurso ya no solo lo escuchamos en los estrados judiciales, sino que forman parte de las instituciones del Estado, en el Poder Legislativo. Es preocupante, vienen pasando cosas en los últimos años, como fue lo del 2×1 (el beneficio para reducir las condenas a los genocidas, que no se aplicó después de que la sociedad salió a la calle a repudiarlo), que dan señales de alerta de que el pueblo tiene que seguir estando en las calles. La memoria se defiende en las calles, es en donde nos encontramos, tenemos discusiones. Que esta gente ocupe cargos institucionales y que un sector de la población los vote es preocupante y hay que enfrentarlos. La discusión ya la hicimos antes de los juicios. Acá hubo un genocidio, eso está comprobado. Hay hijos desaparecidos todavía. Quieren instalar un discurso que ya fue avasallado. Nuestro pueblo no va a abandonar nunca la memoria de nuestros 30 mil compañeros detenidos desaparecidos, que son nuestros compañeros y que fueron la parte más heroica que tuvo nuestro pueblo”, dijo Cruz.

 

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Por su parte, Jorge Braiza, quien estuvo secuestrado en el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio “El Olimpo”, también se hizo presente en las calles. Cuando La Retaguardia le consultó por qué era importante estar allí, hizo una comparación contundente. “Imaginate lo siguiente: ¿qué pensarían ustedes si esto mismo estuviera pasando en el parlamento de Israel y un grupo de nazis dijera ‘vamos a reivindicar a los muertos nazistas o hijos de nazis que murieron por la resistencia, como en el gueto de Varsovia o en toda Europa’? ¿Sería posible hacer un acto de reivindicación de ese genocidio en ese parlamento? Esa es la razón por la que estoy acá. Tenemos que dejar de calcular qué es lo políticamente correcto y seguir con esto. Adonde vayan los iremos a buscar”, dijo.


Fuente: https://laretaguardia.com.ar/2023/09/salimos-a-las-calles-o-somos-pollo.html

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