Italia_Calabria_Memoria rebelde: Maria Oliveiro se echa al monte

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Memoria rebelde: Maria Oliveiro se echa al monte

Por Iñaki Urdanibia
//kaosenlared.net/
22 de septiembre de 2023

Un país en constante transformación, una familia pobre, una mujer rebelde son las cuestiones esenciales que constituyen las materia prima de esta novela que avanza al unísono de la marcha de los intentos de unificación italiana. Giuseppe Catozzela (Milán, 1976), basándose en la historia real de la protagonista, Maria Oliveiro, que adoptaría más tarde el nombre de Ciccilla, publica la novela, editada por Armaemia: «Italiana». No cabe duda de que el autor ha trabajado con tenacidad y rigor, visitando archivos y consultando documentos, al tiempo que situando la historia en la historia general del país, en aquellos años convulsos.

Estamos a mediados del siglo XIX en Calabria en donde las familias campesinas eran conocidas por la labor a que se dedicaban; así la de Maria se dedicaban al olivo, eso sí malviviendo ya que había otros propietarios con mayor poder y extensión de tierra, dominando el cotarro y haciendo que los más débiles tuviesen que trabajar para ellos, aceptando unas condiciones cercanas a la esclavitud. Se daba la circunstancia, no exclusiva del lugar, de que el poder económico estuviese unido de manera absoluta con los otros poderes terrenales, y también celestiales. Como también parece ser, poco menos que, ley histórica, que los de arriba siempre caen de pie y sus cambios de chaqueta se dan a la misma velocidad que los cambios de gobiernos; como la espuma siempre están arriba. Al tiempo que avanza la historia vamos conociendo a más familiares y personajes del lugar: así irrumpirá una hermana de Maria, Teresa, que había sido acogida por una familia adinerada en Nápoles, hasta que la familia de acogida dejase de contar con ella. La vuelta a su pobre casa, ella que estaba acostumbrada a una vida de comodidades y otras maneras selectas, la va hacer tratar tanto a sus padres como a María, a la que hace responsable de su suerte, mala, y le hace la vida imposible: le quita la habitación que era suya, exige que se le preparen comidas aparte o coge la de de los demás si le apetece. La tal Teresa es la encarnación de la envidia, el resentimiento, y la vergüenza de pertenecer a la clase de los necesitados, tratando a los de sus casa con abierto desprecio; el padre no sabe cómo afrontar la tensa situación y concede muchos de los caprichos a la recién llegada a costa de los demás miembros de la casa.

Maria, había vivido una temporada en casa de una tía suya, cuyo marido, Terremoto, estaba en el bosque, lugar en el que se refugiaban los perseguidos de la justicia; allá tomó conciencia de la vida de quienes se oponían al poder, a los poderes, dominante. La vigilancia de los que no estaban de acuerdo con Fernando II, eran señalados y tenidos por atendibles, lo que significaba que al ser considerados como responsables de actos revolucionarios, no gozasen de libertad de movimientos, no conseguían trabajo…lo que les conducía a escapar. Si esto sirvió a Maria para conocer el ambiente de los opositores, tampoco jugó un papel menor una maestra, de nombre Donati, que le facilitaba libros, orientando sus lecturas, por la senda de la justicia y la crítica a los desmanes del poder.

El padre no veía con buenos ojos el camino que seguía Maria, y menos que se enfrentase a la recién llegada Teresa, por lo que la mandaba callar y dedicarse a tejer en ves de calentarse la cabeza con lecturas inútiles, cuando no unidas al espíritu rebelde. Temía el caballero que pudiese tener problemas, por lo que se plegaba sin chistar a las reglas que marcaban los poderosos Morelli. Pasando las páginas vamos asistiendo a los bandos que se disputan el poder: los Saboya, Vittorio Emmanuelle, Fernando, y muerto éste le sucede su hijo Francisco que promulga una ley de libertad de prensa que es pura filfa para limpiar la cara de su dinastía, el reino de las dos Sicilias, más tarde asomarán los camisas rojas de Garibaldi, que representaba el espíritu revolucionario de la época.

Llegado un momento la maestra nombrada y su marido, juez, fueron detenidos por actividades subversivas, y la hermana Teresa contrae matrimonio con el hijo de la familia que domina la zona, siempre malmetiendo y llegando a dedicarse a delatar, falseando los hechos, a todo aquel que le cayese mal. Las detenciones están al orden del día. Mientras Maria se había enamorado de Pietro, que le recomendaba lecturas revolucionarias, marchándose del pueblo para enrolarse con Garibaldi, no sin antes permitirse alguna que otra paliza a su mujer. Los tiempos parecen estar cambiando con la creación de comités de orden clandestinos, y los llamamientos a la unión de los campesinos, lo que hace que que cuando se da el desembarco en Sicilia, se oíga el clamor de ¡somos libres! a la par que se publica un decreto revolucionario en Palermo.

Maria va viendo que una cosa son las proclamas y promesas y otra es la realidad que, una y otra vez, se repite a favor de los mismos y en detrimento de los de abajo. Los travestismos de no pocos seguidores de los borbones que no dudan en unirse con los liberales, a quienes habían perseguido con furia, con tal de salvar su dominio; en lo referente al cambio de chaquetas resulta paradigmático su encuentro con la maestra Donati que ahora de perseguida se ha pasado al bando de los perseguidores, al igual que los Morelli, dueños de Sicilia y de Calabria,y de la madera, el trigo, el acero y la metalurgia, son quienes salen al balcón representando a los nuevos gobernantes; del mismo modo que Salvatore Mancuso, que domina el mercado del carbón en Nápoles, o los Gullo acaparando el comercio con sus tejidos o los Mazzei con la cría sus gusanos de seda. Las promesas que quedan en papel mojado, incluidas las de Garibaldi y los suyos, que se presentan junto a Vittorio Emmanuelle II, escaman a Maria, que cada vez ve con mayor claridad y rabia que siempre pagan el pato ellos, los pobres, los de abajo, los unidos a la tierra (como he señalado de ahí los nombres. Oliveiro, Terrazzano, Zappari…). Los campesinos cada vez más mosqueados ya que la promesa del reparto de las tierras se quedó en papel mojado.

Del frente llegan noticias de Pietro, herido en combate, que envía cartas acerca de su paradero y sus hazañas: la furia, no obstante aumenta, al ver las tropelías que cometen los soldados, entregados a la rapiña…Pietro siempre en la lucha, voluntaria o forzada, con los borbones, con Garibaldi y llamado posteriormente por el Reino de Sicilia, lo que le empuja a largarse al monte, acabando siendo detenido debido a un chivatazo de la perversa Teresa que se veía con él, traicionando a su marido y a su hermana…sabido es, de todos modos, que las cosas no son cómo empiezan sino cómo acaban.

Maria Oliveiro absolutamente cansada y presa de la decepción se echa al monte, integrando una banda, en donde será bautizada con el nombre de Ciccilia, inspirado en el nombre de un sanguinario sabueso de la represión…y mientras crecen las acciones, secuestros, y los actos contra el trazado del ferrocarril, llevado a cabo por norteamericanos y por la Banca Nacional que vendía al Sur, a cambio de diferentes ventajas, chollos, etc., la represión crece en brutalidad, consagrada por la promulgación de leyes ad hoc, acompañada de comunicados contra los bandoleros, y…las leyendas sobre la mujer presentada alcanza niveles que se amplían más allá de las fronteras…narrándose en la última parte, titulada Libertad, las últimas andanzas de Maria Oliveiro y de su compañero Pietro…y algún célebre descendiente de un varilla secuestrado por ambos, ¡cosas de la vida!

El libro, que fue considerado el Mejor libro italiano de 2021 por el diario La Repubblica, retrata a una mujer que luchó como mujer y como parte de las clases explotadas, siendo reivindicada casi 160 años después, al haberse convertido en una incombustible luchadora contra siglos de opresión; todo un ejemplo y símbolo.

fuente: https://kaosenlared.net/maria-oliveiro-se-echa-al-monte/

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también editado en https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2023/09/22/mexico_chiapas-juan-vazquez-guzman-vive-la-lucha-de-bachajon-sigue/

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