Emilce Moler pasó por el streaming de los juicios de La Retaguardia al cumplirse 48 años del secuestro de 10 militantes y estudiantes secundarios de La Plata durante la última dictadura. Se estima que hubo 340 jóvenes que cursaban el secundario y fueron desaparecidos en todo el país.
Entrevista: Fernando Tebele. Redacción: Camila Cataneo. Edición: Pedro Ramírez Otero.
La noche del 16 de septiembre de 1976 fueron secuestrados 6 estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata. Este operativo fue realizado por un grupo de tareas a cargo del general Ramón Camps. Claudia Falcone y Francisco López Muntaner tenían 16 años; María Clara Ciocchini, 18; Horacio Ungaro, 17; y Daniel Racero y Claudio de Acha tenían 18. El 8 de ese mes también habían secuestrado a Gustavo Calotti y, un día después del operativo, fueron detenidas ilegalmente Emilce Moler y Patricia Miranda. A la semana siguiente, le sucedió lo mismo a Pablo Diaz. Del grupo, solo 4 lograron sobrevivir.
“Fue la detención sistemática de estudiantes secundarios en la ciudad de La Plata que se cristalizó en 10 nombres pero fueron muchos más”, dijo Emilce Moler en diálogo con La Retaguardia al cumplirse 48 años de la “Noche de los Lápices”. Estas detenciones formaron parte del plan represivo que se llevó adelante en la última dictadura. Se estima que hubo 340 jóvenes cursantes de escuelas secundarias que fueron desaparecidos en todo el país.
“6 chicos y chicas aún continúan desaparecidos y 4 sobrevivieron”, resumió Emilce y añadió: “Se cristalizó con uno de los reclamos que fue el boleto estudiantil, pero en realidad fueron mucho más. Eran múltiples los reclamos porque éramos militantes políticos, en su mayoría de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). La política nos invadía en nuestras acciones y, a esa natural participación, nos contestaron con una brutal represión que hace que hoy estemos conmemorando no saber dónde están estos 6 chicos y chicas”.
Frente a los discursos que reivindican los crímenes cometidos en la última dictadura militar y la lucha por mantener viva la memoria, Moler dijo: “Si uno le pregunta a las nuevas generaciones cuál fue la tragedia más grande que vivieron, que recuerdan o los interpelan, no van a decir la dictadura sino tal vez la pandemia o algún caso de gatillo fácil en el barrio. Entonces, nosotros decimos ‘historia reciente’ pero para ellos está lejos de ser reciente”. La sobreviviente explicó que hay que “trabajar mucho, hablar mucho y mostrar que las acciones de hoy tienen una conexión con ese pasado. Mostrarles que no es tan lejano, que ese pasado nos invade todo el tiempo en nuestro presente”. En la misma línea, aseguró que desde las instituciones y las escuelas tienen que trabajar estos temas “no solo con las efemérides sino todos los días”, y que “cada vez que se trae un hecho al aula, hay que darle un marco institucional histórico de lo que pasó”.
Emilce planteó que todo está en crisis, haciendo referencia al proceso que se está llevando adelante para repensar lo que sucedió en otras épocas. “Cómo se relata ese pasado es cómo se interpreta el presente. Quieren apoderarse de historias del pasado para resignificarlas en el hoy, esas son cuestiones que hay que dar lucha para ello”, dijo.
El juicio
Este año finalizó el juicio que investigaba los crímenes de lesa humanidad cometidos en las Brigadas de Investigaciones de Banfield, Quilmes, Lanús y San Justo durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. Allí se abordaron los casos de la Noche de los Lápices. “Desde el punto de vista de la lucha de los organismos de derechos humanos, fue un gran logro; pero, si miramos desde la justicia absoluta, llegó tarde, y desde una mirada internacional fue impecable, porque pocos países pudieron tener la justicia que tenemos nosotros”, remarcó Moler. Además, sostuvo: “Podemos estar relativamente tranquilos, que los principales responsables estuvieron o están en la cárceles, quizás no con las condenas que queríamos, con cárcel efectiva. Sabés todo lo que costó eso y es una buena base de justicia que pudimos conseguir para las futuras generaciones”.
Durante estas décadas fueron cambiando las formas de comunicar lo que había sucedido. Emilce contó cómo es un 16 de septiembre para ella: “Antes escribía muchas cartas y ahora hago videos, podcast, streaming, todas las cuestiones digitales para dar respuesta que tienen un alcance para todas las provincias. Pensamos piezas comunicacionales para que sea el punto de partida para que una docente lo tome y puedan hablarlo en las aulas”. También habló del rol que tienen las y los docentes en las escuelas: “Lo que sucede en las aulas es único. Tienen que aprovechar el espacio de comunicación que se da con las y los estudiantes”.
La actualidad
Moler opinó acerca de la situación actual: “La democracia es lenta, requiere de muchas palabras, de discusiones y reflexiones y hoy vivimos con otras maneras de leer y de vinculamos. Tenemos que pensar qué hacemos, cómo construimos democracias sólidas y participativas en tiempos efímeros. Esa es una de las grandes tensiones que tenemos actualmente”.
La película con un solo sobreviviente
En 1986 se estrenó la película “La Noche de los Lápices”, de Héctor Olivera y Alfredo Ayala, y dio lugar a que se conociera el hecho de manera masiva. Como suele suceder cuando se genera un hecho artístico basado en una historia real, la línea entre lo que verdaderamente sucedió y lo ficcionado a veces se pierde. Así fue como quedó instalado que Pablo Díaz fue el único sobreviviente y que los jóvenes solo luchaban por el boleto estudiantil. Emilce contó: “Al principio la pasaba muy mal porque sentía que (la película) no tenía nada que ver con mi historia. No se hablaba de la militancia, ni se mencionaba a los otros compañeros sobrevivientes. Con el tiempo me fui amigando, tomando distancia y haciéndome un lugar en la historia. Reconocí que el peso y el valor de transmisión que tiene esa película es único. El impacto que tiene esta fecha tiene que ver con la película, fue una estrategia de comunicación”, y agregó: “No la recomiendo en las escuelas, hay otras producciones más actuales que pueden llegar a los jóvenes, pero está claro que es un hito en materia de derechos humanos. Las nuevas generaciones pensaran otras piezas comunicacionales que produzcan ejemplos similares”.
Fuente: https://laretaguardia.com.ar/2024/09/la-noche-de-los-lapices-en-la-mirada-de-una-sobreviviente.html