Dra. Vandana Shiva: Protegiendo la biodiversidad del biocapitalismo
Dra. Vandana Shiva 22/10/2024
La biodiversidad teje la red de la vida, la infraestructura de la vida. No es un objeto, ni una cosa, ni un número. La biodiversidad es vida en complejidad autoorganizada, acción colectiva y evolución continua.
La biodiversidad está intrínsecamente vinculada a la diversidad cultural y a las comunidades locales que la han protegido durante milenios a través del conocimiento indígena. Sin embargo, está surgiendo una nueva amenaza: la financiarización de la naturaleza. Este concepto, promovido por el sector financiero bajo la falsa promesa de “conservación” y “protección” de la biodiversidad, representa una nueva forma de bioimperialismo que podría conducir a la mercantilización total de los bienes comunes que quedan en el mundo.
Las comunidades indígenas y locales han sido las guardianas de la biodiversidad durante generaciones. Mediante prácticas tradicionales y un profundo conocimiento ecológico, estas comunidades han desarrollado sistemas agrícolas sostenibles que funcionan en armonía con la naturaleza en lugar de en su contra. Estas prácticas representan una ciencia ecológica holística que contrasta marcadamente con la narrativa mecanicista dominante en el Occidente globalizado, que ve la naturaleza principalmente como un recurso para ser explotado. En la actualidad, el 80% de la biodiversidad del mundo se conserva en el 22% de la tierra donde los pueblos indígenas viven en sus economías y culturas de biodiversidad.
En los últimos años, el sector financiero ha impulsado la financiarización de la biodiversidad a través de mecanismos de mercado como los créditos de biodiversidad y las compañías de activos naturales (NAC, por sus siglas en inglés). Estas iniciativas se presentan como soluciones de conservación, pero en realidad son una nueva forma de bioimperialismo. Estos esquemas permiten al sector financiero, históricamente responsable del saqueo de los recursos naturales, determinar qué tiene valor en la naturaleza y qué no. Este enfoque corre el riesgo de convertir los últimos bienes comunes restantes en meros productos básicos para ser explotados en el mercado global.
Los créditos de biodiversidad se presentan como herramientas para financiar acciones positivas en favor de la biodiversidad. Sin embargo, detrás de esta fachada se esconden graves peligros. Al igual que los créditos de carbono, los créditos de biodiversidad corren el riesgo de convertirse en una estrategia de las empresas para evitar regulaciones estrictas y continuar con prácticas destructivas bajo una nueva apariencia. Además, la monetización de las funciones ecológicas de la naturaleza puede crear la peligrosa ilusión de que es posible sustituir las distintas funciones críticas de los ecosistemas, cuando en realidad cada función tiene un papel único e irreemplazable en el equilibrio natural. Pero el dinero no puede hacer crecer un bosque ni hacer que fluya un arroyo. Es el cuidado de las comunidades locales lo que mantiene vivos los ecosistemas.
Tenemos que abordar un profundo error ontológico que consiste en equiparar las construcciones artificiales con los flujos reales de la vida. La financiarización de la naturaleza conlleva el riesgo de una mercantilización total de los ecosistemas. Este proceso amenaza no sólo con excluir a las comunidades locales de sus tierras y recursos, sino también con alterar irreversiblemente la dinámica ecológica que sustenta la vida en la Tierra. Reducir la naturaleza a un activo financiero corre el riesgo de perpetuar un ciclo de explotación y destrucción, muy alejado de la visión de una Tierra viva e interconectada. El bioimperialismo está creando narrativas falsas e imponiéndolas en la mente del mundo a través del poder.
La protección de la biodiversidad no consiste únicamente en conservar especies y hábitats, sino también en mantener las redes y relaciones ecológicas interconectadas que sustentan la vida en la Tierra. La ciencia ecológica holística promueve métodos de producción de alimentos que no destruyan la naturaleza, sino que la valoren y la protejan. Estos métodos regenerativos son esenciales para revertir la tendencia a la pérdida de biodiversidad causada por la agricultura industrial y el monocultivo.
El Occidente globalizado ha tratado históricamente a la naturaleza como un recurso que se puede extraer. Este enfoque mecanicista ignora la interdependencia de la vida en la Tierra y promueve modelos de explotación que han llevado a la actual crisis ecológica. Pero la Naturaleza nunca trabaja en monocultivos y nunca extrae sin dar algo a cambio.
Este enfoque mecanicista ignora la interdependencia de la vida en la Tierra y promueve patrones de explotación que han llevado a la actual crisis ecológica. En cambio, los pueblos indígenas y las comunidades locales viven en simbiosis con la naturaleza, la nutren y la protegen. Este enfoque no solo sustenta la biodiversidad, sino que también mejora la resiliencia de las comunidades locales.
Defender la integridad de la biodiversidad es nuestro desafío. La biodiversidad debe ser reconocida y protegida como un bien común, no como una mercancía. Las comunidades indígenas y locales ofrecen modelos de sostenibilidad que deben ser valorados y apoyados. Contrarrestar la financiarización de la naturaleza es crucial para preservar la integridad ecológica y cultural de nuestro planeta. Solo a través de una visión holística y regenerativa podemos asegurar un futuro en el que la biodiversidad prospere, se respete la justicia social y se trate a la naturaleza con el respeto que merece. Nuestra lucha contra el bioimperialismo continúa, por un mundo donde la vida en todas sus formas sea celebrada y protegida.
fuente: https://navdanyainternational.org/protecting-biodiversity-from-biocapitalism/
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