desde Asturias
17 de abril, Día Internacional de las Luchas Campesinas
Hoy se cumplen ventinueve años de la masacre de El Dorado dos Carajás, del asesinato de ventiuna personas y de cientos de heridas que marchaban por la reforma agraria en Brasil. Años después, sólo dos de los más de ciento cincuenta agentes estatales involucrados en este crimen fueron condenados.
Desde entonces, cada 17 de abril salimos a recordar y a reivindicar la lucha por la tierra, la soberanía y seguridad alimentarias, y los derechos de los y las campesinas en este día internacional de lucha por la tierra.
Las manos de la tierra
En estos casi treinta años de luchas, los datos nos dicen que queda aún mucho camino por recorrer.
El problema del hambre y de la inseguridad alimentaria está lejos de desaparecer, todo lo contrario: ha ido en aumento desde 2015 motivado, entre otros factores, por la pandemia, los conflictos, el cambio climático y la profundización de las desigualdades. La ONU prevé que más de seiscientos millones de personas en todo el mundo se enfrentarán al hambre en 2030.
La tierra sigue estando en manos de unos pocos, entre ellos los grandes fondos de inversión que se están haciendo con ella. Esto eleva el precio del suelo de uso agrícola en numerosas regiones, tanto en el Estado español como en otros lugares de Europa. Lo que provoca, a su vez que el acceso a la tierra para las pequeñas y medianas producciones agrícolas sea más complicado y dificulta aún más la incorporación de personas jóvenes a la actividad agraria.
A pesar de que las mujeres son casi la mitad de las trabajadoras agrarias del mundo, y producen hasta el ochenta por ciento de los alimentos, poseen menos de una quinta parte de las tierras del planeta. La brecha de género sigue presente también en el mundo rural; a las dificultades de acceso a la tierra se suman los contratos temporales y precarios, que afectan en mayor medida a las trabajadoras, y las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar, de las que se responsabilizan mayoritariamente las mujeres.
El mundo en conflicto
Desde el 18 de marzo de 2025, el gobierno israelí ha ido intensificando su bloqueo total a la ayuda humanitaria, los ataques aéreos y terrestres, y los ataques deliberados contra la infraestructura alimentaria, hídrica y sanitaria de Gaza. La hambruna provocada por Israel ha sido denunciada por organismos internacionales como “peor que antes del alto el fuego” y se prevé que pronto provocará el colapso total de la infraestructura. El noventa y tres por ciento de la población palestina de Gaza se enfrenta a una inseguridad alimentaria aguda, lo que indica muerte generalizada por inanición, desnutrición aguda extremadamente crítica y colapso de los sistemas de subsistencia. El pan ha desaparecido de los mercados; las muertes se producen por deshidratación y heridas sin tratar; todas las panaderías y molinos de harina han sido destruidos; el combustible, el agua, la electricidad y los suministros médicos permanecen bloqueados.
Mientras, las políticas de rearme están en las agendas de los gobiernos europeos, como es el caso del español, que se compromete a invertir diecisiete mil millones de euros hasta 2029.
En Asturies la producción estrella por la que apuesta el gobierno autonómico también es la de las armas. Ya se cuenta con la fábrica de Trubia, división española de General Dynamics, y con la alemana Rheinmetall Expal Munitions. A las que se suman Escribano con su nuevo centro de I+D+i en La Curtidora de Avilés, el proyecto de Indra en el Tallerón, en Gijón, y el del consorcio Tess Defense, del que forma parte la propia Indra y Santa Bárbara, que buscan terrenos en la zona central.
Por si aún hay dudas sobre las cosechas del futuro, ahí están las propuestas de los parques de baterías, el enésimo intento de explotación de Salave, o la concesión de permisos para la localización de recursos mineros (cobalto, cobre, níquel, oro, plata) en todo el territorio.
Estas son solo algunas de las nocividades que atacan la tierra que debería producir alimentos sanos y seguros para toda la población.
La Soberanía Alimentaria es la respuesta
La Soberanía Alimentaria es la única alternativa real frente al hambre, las guerras, las crisis climáticas y sanitarias. Hoy más que nunca destacamos la importancia de reconocer al campesinado y toda su diversidad como sujeto de derechos y transformaciones. Su papel es crucial en sociedades que luchan por la justicia social y climática en sus territorios, proporcionando alimentos saludables y accesibles para la clase trabajadora.
Creemos que es posible vivir con dignidad en el medio rural cultivando valores humanistas, curando y cuidando la tierra, y luchando por anteponer la vida al beneficio.
Desde la Campaña Asturiana pola Soberanía Alimentaria nos sumamos, otro año más, al llamamiento mundial de la Vía Campesina para conmemorar el Día Internacional de las Luchas Campesinas, y continuar trabajando para reforzar la Soberanía Alimentaria, la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad. Y hacemos nuestras sus reivindicaciones.
Campaña Asturiana por la Soberanía Alimentaria
enviado por aaarjona@nodo50.org
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